El crédito de Zidane en el Madrid, en números rojos
- La eliminación en Copa ante el Leganés se suma a la ya larga lista de tropiezos
- Al técnico francés solo le queda la Champions y no ofrece garantías
- Crónica: El Leganés deja KO al Madrid, por Mario Vallejo
El Real Madrid hace aguas tras la eliminación en Copa ante el Leganés (1-2). El resultado, unido a la pésima imagen -una vez más-, dirige todas las miradas al banquillo, donde Zinedine Zidane ha agotado su crédito y lo tiene ya en números rojos.
'Zizou' llegó el 4 de enero de 2016 como el gran salvador de un conjunto blanco a la deriva. Ganó la Champions de esa temporada, la Supercopa de Europa y el Mundialito de ese mismo año. Al siguiente, 2017, cinco títulos y una imagen que hicieron nombrar al Madrid el mejor equipo del mundo.
Pero el Mundial de Clubes del pasado diciembre fue un espejismo en un desierto en el que el Madrid ha liquidado su imagen.
Muchas líneas se han escrito ya de lo que le pasa a los blancos en Liga; faltaba hablar de la Copa. El Madrid se retira de la competición sin pasar de cuartos por cuarto año consecutivo y, además, no ha sido capaz de ganar en su estadio a Fuenlabrada, Numancia ni Leganés.
Cuando muchos medios califican de "pepinazo", haciendo un juego de palabras con el apodo de 'pepineros' del Leganés, el citado "pepinazo" lo es para el técnico marsellés.
Zidane no ha podido contener esta vez el enfado del madridismo. Su política de la tranquilidad, del "aquí no pasa nada, jugamos bien pero la pelota no quiere entrar" cada vez convence menos.
Marca Benzema, para nada
Ya ni que marque Benzema, su sexto gol de la temporada en 22 partidos, le salva. La olla a presión del Bernabéu no fue tal ante el Leganés y sí al término del partido, con una afición muy caliente exgiendo responsabilidades. El gabinete de crisis que se celebró de urgencia en el antepalco de Chamartín muestra que la credibilidad de Zizou está en el filo de la navaja.
Falta una semana para que se cierre el mercado de invierno y muchos aficionados siguen echando en cara al técnico su negativa a hacer fichajes. El penúltimo fiasco, el de Kepa Arrizabalaga, que parecía prácticamente segura su llegada y se paralizó por expreso deseo del entrenador.
Pero también las decisiones técnicas, como la de dejar fuera de la convocatoria a Bale -Cristiano Ronaldo estaba aún convaleciente por su brecha en la cara-, dejar en el banquillo a Modric y sentar a Isco cuando el partido se puso más feo.
Más feo se pone el panorama para el Madrid y para Zidane.