El Barça, campeón de Copa con revancha y agonía ante el Madrid
- El conjunto azulgrana vence en la final de Gran Canaria por 90-92
- El Madrid desperdició la última jugada para culminar una gran remontada
- Es el 24º título para los barcelonistas, que frenan la racha merengue
- La llegada de Pesic al banquillo del Barcelona, clave para el triunfo
Ficha Técnica:
90. Real Madrid (21+13+18+38): Causeur (2), Doncic (14), Campazzo (14), Tavares (2), Thompkins (17) -quinteto titular- Randolph (2), Fernández (14), Reyes (2), Ayón (3), Carroll (18), y Taylor (2).
92. FC Barcelona Lassa (15+25+27+25): Hanga (12), Heurtel (8), Sanders (12), Tomic (17) y Moerman (4) -quinteto inicial-, Ribas (21), Navarro (-), Oriola (9), Claver (7), Koponen (2).
Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Emilio Pérez Pizarro y Carlos Peruga. Eliminaron por personales a los barcelonistas Moermann, en el minuto 37, y a Adam Hanga, en el minuto 38. También fue eliminado el madridista Campazzo, en el minuto 40.
Incidencias: Unos 9.912 espectadores acudieron hoy al encuentro correspondiente a la final de la Copa del Rey 2018, que se ha celebrado en Las Palmas de Gran Canaria.
La Copa del Rey de baloncesto tiene nuevo dueño en el Clásico de la final jugada en Gran Canaria. Dos años después del último duelo entre Real Madrid y FC Barcelona, los culés se toman la revancha en el mismo escenario (90-92).
Independientemente de la valoración que se haga de los jugadores, hay un hombre al que se le puede dar el título honorífico de 'MVP': Svetislav Pesic. El técnico tomó las riendas de un Barça roto, en su peor momento (19-22 en balance de partidos) y lo ha convertido en el primer campeón de la temporada.
El serbio hizo recuperar la fe a un conjunto de jugadores, a los que uno por uno nadie discute, y los hizo funcionar como en verdadero equipo. El francés Thomas Heurtel fue nombrado 'MVP' de la competición, pero en la final se salió Pau Ribas (21 puntos, 24 de valoración) y le secundaron Ante Tomic (17 y 17) y Adam Hanga (12-14).
Todo parecía preparado para una nueva exhibición del Madrid, que buscaba su quinto título consecutivo. Pero así es la magia de la Copa, en la que ocho equipos pelean por un sueño en solo cuatro días.
Los de Pablo Laso, muy erráticos durante 30 minutos, dieron la cara al final del partido como dignos defensores y regalaron un desenlace emocionante cuando al final del tercer cuarto parecía ya decidido para el Barça; llegaron a reducir una desventaja de 18 a dos a falta de 11 segundos para el pitido final.
En esos diez segundos pasó de todo. Oriola tuvo tiros libres para sellar la victoria, pero falló y el Madrid tuvo la última jugada, pero Causeur falló el triple que habría culminado otra remontada histórica.
A esa situación llegaron gracias a la veteranía de Campazzo (14 y 17), forzando faltas y anotando las que le hacían, y los triples de un Thompkins (17 y 18) casi desapercibido hasta ese tramo final.
Inicio igualado
Ambos equipos empezaron el partido con mucho respeto mutuo y bastantes fallos. Ninguno llevaba el ritmo del partido, aunque el Madrid dominaba el marcador por poca renta.
En el Barça avisaban Ante Tomic -que siempre se crece ante su exequipo- y Pau Ribas, mientras que en el lado merengue era Luka Doncic desde la línea de tiros libres el que hacía más daño (14 y 16 al final). Pero de seis arriba para el Madrid (21-15) se pasó a lo contrario a favor del Barça en los siguientes diez minutos (34-40).
En el descanso ya avisaba Laso en una entrevista para Movistar+, la clave estaba en el rebote. Los de Pesic dominaban esa faceta del juego tanto en la propia pintura como en ataque, merced a un gran Tomic.
El Barça despega y casi se complica
En la reanudación siguió esa tónica y se sumó la pájara madridista. En solo dos minutos el Barcelona firmó un 11-0, que casi desarboló a los blancos. Ribas puso la máxima del partido hasta ese momento (40-58) y solo gracias al pundonor de Rudy Fernández no se hundió del todo el Madrid. Al final del tercer cuarto la brecha era de "solo" 15 puntos.
Sin embargo, en los últimos diez minutos el todavía campeón tiró de orgullo, presión a toda cancha y forzar jugadas de tres para lograr lo que parecía imposible.
Pesic desde el banquillo ordenaba mantener la calma y agotar las jugadas para que el reloj hiciera el resto. Y el resto, ya contado más arriba, es historia de la Copa.