Simeone, Torres: la afición los quiere a los dos
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La afición del Atlético de Madrid se pronunció sobre la polémica entre su entrenador, el argentino Diego Simeone, y el delantero Fernando Torres, dejando claro con sus cánticos que quiere a los dos en el equipo durante el duelo de Liga Europa contra el Copenhague danés, con victoria rojiblanca 1-0.
Los cánticos de "Ole, Ole, Ole, 'Cholo' Simeone" y "Fernando Torres", seguidos y en el primer cuarto de hora del encuentro, demostraron que la afición quiere a su técnico y al jugador más simbólico del equipo en el mismo barco, en un partido intrascendente.
El encuentro llegada con el ambiente enrarecido, después de un miércoles en el que, fuera de cualquier guión, se destapó la polémica después de que en una pregunta en la rueda de prensa al entrenador Diego Pablo Simeone sobre si haría los mismos esfuerzos que hizo para retener al francés Antoine Griezmann con Fernando Torres, el técnico contestara "no".
El mismo miércoles Simeone explicó que la pregunta era "capciosa", buscaba "la polémica", pero reconoció que ese "no" era "justo con su pensamiento" y criticó que haya "un grupo que solo piensa en una persona" mientras él "piensa en el equipo"; pero el debate entre partidarios del técnico y del '9' estaba servido.
Por si fuera poco, a los condicionantes extrafutbolísticos se sumaban la posible e inesperada salida del belga Yannick Carrasco al fútbol chino, por la que los agentes del jugador están negociando y con la que es inevitable relacionar la ausencia del extremo rojiblanco de la convocatoria.
El plebiscito comenzó desde el anuncio de las alineaciones, aún con menos de media entrada debido a la temprana hora de partido para un jueves laborable. El público jaleó a Fernando Torres, pero también lo hizo con su entrenador, Diego Pablo Simeone.
El mensaje fue claro: la afición rojiblanca presente en el Wanda Metropolitano quiere tanto al técnico que les ha llevado a cosechar cinco títulos en seis años, como al delantero que fue un símbolo de los años complicados y regresó hace tres años. Y de paso, desplazó la culpa hacia los medios de comunicación.