Torres se despide con un 'doblete' ante su afición
- 'El Niño' ha sido el autor de los dos goles del empate ante el Eibar (2-2)
- Lucas fue expulsado en la segunda mitad por ver la segunda amarilla
- También podría ser el último partido de Griezmann como rojiblanco
- Datos y estadísticas del Atlético de Madrid 2-2 Eibar
- Ficha técnica:
2 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Savic, Lucas, Filipe; Koke (Griezmann, m. 58), Gabi, Saúl, Vitolo (Giménez, m. 65); Correa (Diego Costa, m. 58) y Fernando Torres.
2 - Eibar: Dmitrovic; Rubén Peña, Paulo Oliveira, Lombán (Arbilla, m. 66), Cote; Dani García, Escalante; Alejo (Charles, m. 79), Jordán, Orellana; y Kike García (Xesc, m. 90).
Fernando Torres se ha despedido de la mejor manera posible de su Atlético de Madrid, tras ser el autor de los dos goles del empate de su equipo ante el Eibar (2-2) en el último choque de la temporada. [Datos del Atlético 2-2 Eibar
El Metropolitano ha dado la mejor despedida posible a la la leyenda del club, tras la resaca por la fiesta en Neptuno el pasado viernes, donde celebraron la Liga Europa ganada ante el Marsella.
Además de la despedida de Torres, también ha podido ser el último partido como rojiblanco de Antonie Griezmann, la estrella del club las últimas tres campañas.
La leyenda de Torres no sólo se mide en partidos, muchos (404), ni en goles, muchos también (129), ni en títulos, sino en cariño, en agradecimiento, en pertenencia, en pasión y en sentimientos, en cada una de las muestras de afecto que genera entre su hinchada y viceversa, en una vida ligada por siempre a los colores rojiblancos.
Porque no había nada en juego para el Atlético en la Liga desde anoche, desde el 2-2 del Real Madrid, que selló la segunda posición del conjunto rojiblanco -termina entre los dos primeros por quinta vez en los últimos 40 años-, pero sí emocionalmente. Era el adiós de Fernando Torres. Un aliciente gigantesco para dedicarle la victoria.
La despedida de una leyenda del equipo rojiblanco, con un vínculo inquebrantable para siempre entre ambos, 16 años juntos sobre el césped. El motivo que acaparó un Metropolitano para agradecerle tanto, honrarle como se merece y homenajear a uno de los suyos; un ídolo, mucho más que un futbolista, un atlético eterno.
Este domingo, como capitán, con el trofeo de la Liga Europa para ofrecérselo a su afición, con un estadio que explotó cuando coreó su nombre y con un partido, el último como rojiblanco, en el que le aguardaban muchas emociones que permanecerán para siempre en su memoria dentro de una fiesta, pero con un invitado incómodo.
La despedida soñada
Porque el Eibar, competitivo, marcó primero. No había tirado entre los tres palos hasta el minuto 35, pero cuando lo hizo irrumpió con determinación, con un pase de Jordán que Kike García, más rápido que la salida de Jan Oblak, aprovechó con un remate raso para inaugurar el marcador y golpear al conjunto rojiblanco (0-1).
Antes, en un duelo entretenido, las ocasiones habían sido del Atlético, cuando Fernando Torres rozó el gol primero con un disparo demasiado cruzado y después con un remate en una preciosa acción por la izquierda entre Vitolo y Filipe Luis; luego también, con el 1-1 apenas siete minutos después del 0-1. Lo firmó el homenajeado.
La jugada la comenzó Gabi, con un pase estupendo, con el que, junto al desmarque de Correa, desarmó la defensa adelantada de su adversario, con el argentino ya con el balón hacia la portería Dmitrovic, con Torres a su lado, justo para recibir el regalo de su compañero para marcar el gol, para añadir más festejos al día (1-1).
El estadio 'estalló' como nunca. No era un gol más. Era de Torres. No fue el último, aún le quedaba otro, el del 2-1, a la carrera, con una definición sutil ante Dmitrovic a la hora del partido, con una jugada muy de las suyas, con la que tantas y tantas veces ha hecho feliz a sus aficionados, hoy por enésima ocasión.
Aún quedaba media hora, ya estaba Antoine Griezmann sobre el campo, primero recibido con división de opiniones, entre más pitos que aplausos -se le vio afectado por los silbidos-, por su posible fichaje por el Barcelona, pero después aclamado por todo el estadio, a petición de Gabi y Godín, para quizá intentar aún inclinarle a su permanencia en el equipo rojiblanco.
El Atlético ya jugaba entonces con diez, por la expulsión por doble amarilla de Lucas Hernández, y sufría con el 2-1, nivelado con un golazo de Rubén Peña desde fuera del área, que completó el empate del Eibar en la fiesta de Torres, sin los tres puntos, pero con el mejor premio para un jugador: el cariño para siempre de su hinchada.
Homenaje a Torres
Concluido el partido con el 2-2, comenzaron los homenajes. Jugadores, técnicos y preparadores rojiblancos hicieron un pasillo mientras Torres salía por el túnel de vestuarios secándose las lágrimas. Volvió a ingresar, chocando las manos de sus compañeros para ver un emotivo vídeo con retazos de su carrera.
Celebró la afición del Wanda Metropolitano como si ocurriera en el terreno de juego algunos de los goles más significativos de su carrera rojiblanca: el primero al Albacete en Segunda, el acrobático tanto al Betis, alguno al Madrid, el de la final de la Eurocopa 2008 que dio a España el título ante Alemania; y la Liga Europa de Lyon.
En representación del equipo, Gabi le entregó una camiseta enmarcada y firmada por toda la plantilla y tomó la palabra en nombre del equipo y de la afición.
"Recuerdo las palabras de Fernando cuando volvió, que dijo que qué había hecho él para merecer todo eso. Y digo yo, ¿qué hemos hecho nosotros para merecer que seas el máximo exponente del Atletico en todo el mundo, Fernando?", dijo Gabi mientras Torres ya no podía reprimir las lágrimas