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NBA

Golden State Warriors, la nueva dinastía que domina la NBA

  • Los de San Francisco logran su sexto anillo tras vencer a los Cavaliers
  • Las elecciones en el draft, claves en la formación de su plantilla

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Los Golden State Warriors celebran su sexto anillo.
Los Golden State Warriors celebran su sexto anillo.

El título de campeón de la NBA logrado este sábado por Golden State Warriors al vencer en el cuarto partido de la final a Cleveland Cavaliers confirma que el equipo de San Francisco es ya uno de los grandes conjuntos de la historia de la NBA, elevando a la franquicia a la categoría de dinastía.

Los Durant, Curry, Thompson y compañía han logrado tres de los últimos cuatro anillos de la NBA, todos contra los Cavaliers de LeBron James, que solo logró 'robarles' el de la temporada 2015/2016. En total, la franquicia californiana tiene seis títulos de campeón, los mismos que los Chicago Bulls -todos logrados en la etapa de Michael Jordan-, pero muy lejos de los 17 de los Celtics y de los 16 de los Lakers.

Ahora mismo, y con la plantilla actual de los Golden State Warriors, parece complicado pensar en que un equipo vaya a romper su dominio en los próximos años. Los cinco hombres que conforman su 'núcleo duro' -Stephen Curry, Kevin Durant, Klay Thompson, Draymond Green y Andre Iguodala- están plenamente comprometidos con el proyecto y todavía tienen muchos años por delante para seguir llenando de trofeos las vitrinas de la franquicia.

Todos ellos saben que en otro lugar podrían ganar más dinero pero nadie les puede ofrecer un proyecto con tantas garantías de éxito como los Warriors, que además preparan para 2019 la mudanza a un nuevo pabellón, el Chase Center, en una de las mejores zonas de San Francisco, lo que debe suponer un crecimiento económico para el equipo.

Los Warriors barren a los Cavaliers y revalidan su título de campeones de la NBA

Buen ojo en el draft

Lo cierto es que hace apenas unos años parecía casi imposible pensar que los Warriors pudieran estar entre los favoritos no ya a ganar un anillo, ni siquiera a superar un par de rondas de play-off. Tras los buenos años de Baron Davis y Monta Ellis mediada la primera década de siglo, los años siguientes fueron de travesía en el desierto. Pero su buen ojo en el draft cambió la historia de la franquicia y, seguramente, de la NBA.

En 2009, el mismo año en que fue elegido en el draft Ricky Rubio (número 5), los de la Bahía seleccionaron en el 7 a Stephen Curry, que pasó desapercibido para equipos como Memphis Grizzlies, Sacramento Kings o Minnesotta Timberwolves, que 'draftearon' antes que él a nombres hoy casi irrelevantes como Hashemm Thabeet (número 2), Tyreke Evans (4) o Jonny Flynn (6).

Dos años después repitieron operación y se hicieron en la lotería con Klay Thompson a pesar de tener el número 11. El equipo campeón terminaría de coger hechuras en 2012, con la llegada -otra vez a través del draft- de Harrison Barnes (número 7) y, sobre todo, de Draymond Green, que fue seleccionado en el número 35, lo que quiere decir que estuvo disponible para los 30 equipos de la NBA y que todos lo dejaron pasar, incapaces de ver las cualidades de un jugador total, capaz de pasar y rebotear como nadie y, sobre todo, ser el alma defensiva de la plantilla.

Llega Kerr y empieza el dominio

La llegada de Steve Kerr al banquillo en la temporada 2014/2015 supuso el inicio del dominio de los Warriors. Kerr era entonces un entrenador novato, que ni siquiera había ejercido como asistente.

Pero los propietarios de la franquicia confiaron en él y Kerr -ganador de cinco anillos como jugador, tres en los Bulls y dos en San Antonio- respondió aprovechando la capacidad ofensiva de la plantilla pero también su fortaleza defensiva, con aportaciones fundamentales de jugadores de la segunda unidad como el 'sexto hombre' Andre Iguodala o el base Shaun Livingston, un jugador prácticamente deshauciado por las lesiones que el técnico reclamó como guinda a su proyecto, con magníficos resultados.

El primer año de Kerr, los Warriors lograron el anillo, el cuarto de la franquicia, que había logrado dos cuando aún se llamaban Philadelphia Warriors (1947 y 1956) y uno más, ya en San Francisco (1975), liderados por Rick Barry.

Fue el primer enfrentamiento contra los Cavaliers de LeBron James, con quienes comenzaría una rivalidad que no ha hecho más que crecer estos años. De hecho, nunca hasta ahora dos equipos se habían enfrentado cuatro veces consecutivas en la final de la NBA.

Al año siguiente, en la 2015/2016, los Warriors empezaron como un tiro y lograron la marca de 73 victorias en la temporada, batiendo el récord que poseían los Bulls de Michael Jordan.

Pero no fue suficiente y los Cavaliers, contra pronóstico, les derrotaron en la final, con un gran Kyrie Irving que un año después terminaría por bajarse del barco, cansado de estar eternamente bajo la alargada sombra de LeBron James.

Kevin Durant y 'The Hamptons Five'

Los Warriors reaccionaron a la derrota con un golpe de efecto inesperado: el fichaje de Kevin Durant, seguramente el mejor jugador de la liga tras el 'extraterrestre' LeBron.

Fueron los pesos pesados del equipo los que se encargaron de convencer personalmente al alero: Curry, Thompson, Green e Iguodala se trasladaron a los Hamptons, donde Durant se encontraba de vacaciones, y Durant terminó por aceptar la oferta de los de San Francisco. Por eso, cuando estos cinco hombres coinciden en pista se les conoce como 'The Hamptons Five'.

El resultado fue una nueva final en 2017 contra los Cavaliers, la tercera consecutiva, y una victoria contundente, con Durant como MVP.

Y llegamos a la presente temporada, en la que los Warriors han sabido mantener a su bloque y, a pesar de que las lesiones les dejaron por debajo de Houston Rockets en temporada regular, los play-offs han sido casi un paseo para Curry y compañía, algo que simboliza a la perfección el 4-0 que le han endosado en la final a los Cleveland Cavaliers.

Como decimos, el futuro tiene una pinta inmejorable para los de la Bahía de San Francisco, sobre todo si saben gestionar la complicada ingeniería financiera que va a suponer mantener a sus estrellas, a las que evidentemente les llegan ofertas millonarias de todas partes.

Si mantienen el bloque, no parece que haya equipo capaz de romper en los próximos años la hegemonía de los Warriors.