Isco tira del carro de la Roja
- El malagueño está siendo el mejor jugador de una selección necesitada de cambios
- La defensa es una de las zonas más cuestionadas y uno de los puntos débiles del esquema
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La selección española está con el billete a octavos, pero ha cambiado la primera clase por la turista en apenas tres partidos, lo que ha durado la fase de grupos. Sin duda, el tema Lopetegui sí ha pasado gran factura a un equipo que ahora está bajo el control de Fernando Hierro. El malagueño es poco amigo de los cambios, pero se está quedando sin margen de maniobra.
La reacción de la Roja al varapalo de la destitución del vasco dos días antes del debut ante Portugal pareció cerrar el tema, pero una vez completados los dos partidos ante Irán y Marruecos las sensaciones que quedan no son nada buenas. Ahora toca medirse a Rusia en un partido donde ya no hay vuelta atrás.
Esta selección estaba confeccionada y muy bien trabajada por Julen Lopetegui, cada partido estudiado y analizado al milímetro. El conjutno que ha heredado forzosamente Hierro ha sufrido una metamorfosis inversa a la de la mariposa. Los jugadores que aún perduran de aquella campeona del mundo en Sudáfrica están dando claros síntomas de final de ciclo.
Isco se ha encargado de hacerse grande en el equipo. El jugador del Real Madrid ha tomado las riendas dentro del campo, es quien dirige los mejores momentos de un grupo al que le empiezan a faltar las ideas y a fallar sus puntales. Hierro dijo en su día que Raúl era como un Ferrari, pues ahora su Ferrari es el malagueño.
El de Arroyo de la Miel se está asociando con todos y llevando el máximo peligro por la mejor zona del campo que funciona en la selección, la izquierda. Ante Marruecos conectó perfectamente con Inesta y Jordi Alba. Además, Isco se echó al equipo a al espalda en los peores momentos, bajando a su propio campo para comenzar y acabar la jugada.
El problema no es solo de De Gea
Uno de los jugadores más señalados desde el inicio del Mundial ha sido David de Gea. El meta del Manchester United tuvo una actuación muy controvertida el día de Portugal, precedida de un amitoso ante Suiza donde empezaron todos sus problemas de falta de seguridad.
El foco puesto en el cancerbero ha desviado la atención sobre Sergio Ramos y Gerard Piqué, que se mostraron muy lejos del nivel esperado ante Marruecos y tampoco estuvieron brillantes en los dos encuentros anteriores. Los dos centrales están llegando tarde a las jugadas y leyendo mal el juego rival.
El capitán de la Roja tuvo un claro error en el primer gol maroquí, mientras, el zaguero del Barcelona también comprometió a De Gea en el que pudo ser el 0-2 para Marruecos, cuando dejó que un saque de banda se convirtiera en otro mano a mano de Boutaieb ante el portero madrileño. En esa acción Ramos también llegó tarde a la cobertura.
La seguridad de un portero empieza en su defensa y en este caso, la defensa no le está poniendo nada fácil las cosas a De Gea.
Otro de los puntos débiles en este conjunto está en el lateral derecho. Ante la lesión de Carvajal se probó con Odriozola y Nacho, aunque ninguno de los dos llegó a convencer por completo, a pesar de que ambos lograron marcar cuando les tocó jugar. El jugador de la Real ante Túnez y el del Madrid, ante Portugal.
Con Carvajal recuperado se esperaba que se solucionase el problema, pero al de Leganés le está pasando factura la falta de ritmo tras casi un mes parado por culpa de su lesión. El paso de los partidos le tendría que llevar a su mejor nivel, que debe aparecer antes de que sea demasaido tarde.
En el mediocentro, Busquets es de los pocos jugadores que está logrando ir de menos a más, siguiendo el proceso inverso de la actuación de la selección en este Mundial de Rusia. El futbolista del Barça hizo su mejor partido ante Marruecos, volviendo a ser ese pulmón único e indispensable.
Silva, desconectado
Su mejor compañero en esa demarcación es Koke, pero el atlético no tiene la plena confianza de Hierro y se está alternado con Thiago, situación que lleva al equipo a juntarse con muchos futbolistas del mismo perfil que se está conviertiendo en algo contraproducente.
La parte derecha del campo está dejando la peores sensaciones. Silva, que fue el mejor jugador de la fase de clasificación al Mundial, está desaparecido, muy lejos de su mejor estado de forma. Le cuesta mucho entrar en juego y no está siendo decisivo ni en la creación ni en la finalización.
Tampoco Iniesta está dando su mejor versión. Los minutos de lucidez del de Fuentealbilla empiezan a ser cada vez más escasos. Físicamente está para poco más de una hora de juego. El error en el primer gol de Marruecos le hizo despertar por orgullo y mostró su mejores minutos del torneo, generando el empate y creando varias ocasiones claras, pero el paso de los minutos le volvió a pasar factura, la gasolina ya no da para los 90 minutos, una situación que ha sabido gestionar Valverde a lo largo de la temporada con el Barcelona.
La zona dedicada al gol fue la más cuestioando antes de comenzar el torneo. La no convocatoria de Morata y el estilo tan opuesto de Costa al de Rodrigo y Aspas dejaron muchas dudas. Pero el hispanobrasieño ha respondido con sus armas en los dos primeros partidos, haciendo tres tantos que han resultado decisivos para estar en octavos.
Costa no participa mucho de juego, pero libera al equipo cuando descarga de espalda a portería, además, está encontrando sus oportunidades. Ante Marruecos se quedó sin marcar, pero estuvo a punto de lograrlo.
Y si Costa se queda sin ideas aparece Aspas, junto con Isco, el futbolista más en forma de la selección y no solo porque convierta en gol los pocos minutos de los que dispone. El galledo podría ser una buena alternativa a Silva.
Solo quedan cuatro días para que España se mida a Rusia y no es Hierro muy amigo de hacer cambios, pero el equipo necesita cierto retoques que requieren de valentía en el banquillo. Unas decisiones que pueden definir el fututo de la Roja en un Mundial que se empieza a poner cuesta arriba.