Brasil confirma su papel de favorita en un Mundial sin Messi ni Cristiano

• Neymar fue protagonista ante México y ya piensa en Bélgica, su siguiente rival
• Messi y Cristiano fueron eclipsados por dos jugadores del PGS, Mbappé y Cavani
• Por primera vez en octavos tres partidos se decidieron en la tanda de penaltis

Brasil confirma su favoritismo en un Mundial sin Messi ni Cristiano

Superados ya los octavos de final del Mundial de Rusia el conjunto de Brasil es la gran favorito a alzar la Copa del Mundo el próximo 15 de julio en Moscú. La canarinha, que solventó sin problemas su cruce contra México, es de las pocas selecciones que está cumpliendo los pronósticos en esta cita de la que ya se han despedido Leo Messi y Cristiano Ronaldo.

El argentino y el portugués dijeron adiós con solo unas horas de diferencia tras ser eclispados por dos atros del París Saint Germain.

Primero fue la albiceleste la que cayó ante Francia tras un brillante partido de Mbappé. Los de Sampaoli, que lograron remontar el tanto inicial de Griezmann, se quedaron sin ideas cuando Mbappé tomó el mando de los 'bleus' y sentenció a Argentina a la contra (4-2).

Poco después, Cavani clasificó a Uruguay y dejó a Portugal en la cuenta. El delantero del PSG fue determinante con sus dos goles y anuló a un Cristiano que solo acaparó los focos precisamente cuando acompañó al 'matador' uruguayo a salir del campo por su lesión.

Así, Messi y Cristiano, los dos astros del fútbol de la última década que buscaban la gran gloria mundialista, se quedaron sin ella.

Neymar, a ser protagonista

Ahora Neymar, tercer finalista al Balón de Oro en 2017 y 2015, tiene ante sí una magnífica oportunidad de cuajar un gran Mundial y postularse en una posición ventajosa de cara al Balón de Oro de 2018.

Tras una fase de grupos más bien discreta, el delantero del PSG por fin fue protagonista en la victoria de Brasil ante México.  Anotó un gol y dio la asistencia del otro, demostrando que está en su mejor forma y que ya ha superado su dudoso arranque después de superar la lesión que le tuvo alejado de los terrenos de juego desde finales de febrero.

Ahora, deberá refendar todo eso ante Bélgica, su próximo rival, que vuelve a sonar como una de las candidatas al título.

Y eso, pese a que estuvo a punto de sufrir un auténtico cataclismo futbolístico ante Japón. La selección nipona rozó un pase histórico al situarse 0-2 al inicio del segundo periodo con los goles de Haraguchi e Inui. Pero Bélgica no perdió la fe. Un gol con cierta fortuna del defensa Jan Vertonghen le permitió levantarse de la lona. Después Fellaini igualó la contienda y en la última jugada Chadli selló el 3-2 definitivo para citarse con Brasil.

Tres tandas de penaltis en ocho partidos

Pero el duelo Bélgica-Japón no fue el único con emoción. Y es que en estos octavos de final se ha alcanzado la marca histórica de tres tandas de penaltis, la primera de ellas, en el partido de España ante Rusia.

Así,  la Roja sucumbió a la maldición del anfitrión. Nunca había ganado a un conjunto local en un Mundial y deberá seguir intentándolo. Dominó y manejó el balón con tanta insistencia como incapacidad y carencia de ideas.

Rusia, muy inferior, se limitó en el Luzhniki a defender, a aprovechar un penalti absurdo de Gerard Piqué para empatar y lo confió todo a una contra y luego a la tanda de penaltis, en la que Igor Akinfeev detuvo los tiros de Koke Resurrección e Iago Aspas y mandó al conjunto de Fernando Hierro de vuelta a casa. Sin duda un auténtico bombazo dada la diferencia de nivel que hay entre los dos equipos.

Croacia también estuvo a punto del KO inesperado ante una sobria y hasta ambiciosa Dinamarca, que también le mandó a los penaltis tras igualar a uno. Pese al enorme partido del meta nórdico Kasper Schmeichel, el arquero balcánico Danijel Subasic fue aún más decisivo y Luka Modric, Ivan Rakitic y compañía mantienen su candidatura a volver a estar entre los mejores si no se dejan sorprender también por Rusia.

Los octavos se completaron este jueves. Suecia selló primero el pase con otra demostración de colectivo ante una desdibujada Suiza, a la que derrotó por 1-0 con un gol afortunado de Emil Forsberg. El equipo escandinavo, verdugo en las eliminatorias de clasificación de Holanda, en la repesca de Italia y en la fase de grupos de este Mundial de la defensora del título, Alemania, hizo valer de nuevo el colectivo en su primer torneo de la era 'post-Zlatan' (Ibrahimovic) y se perfilan como un oponente muy correoso y duro para Inglaterra, que fue el último en sellar su clasificación al ganar a Colombia en otra confrontación agónica y taquicárdica resuelta en los penaltis, con un 4-3 favorable a los ingleses.