Nadal defiende el US Open ante el resurgir de Djokovic
- El tenista español, número uno del mundo, se presenta como el principal favorito al último 'grande' del año
- 'Nole' es su principal adversario y ya le venció en semifinales de Wimbledon
- Garbiñe Muguruza afronta como incógnita el torneo, con Serena y Halep como favoritas
El tenista español Rafa Nadal afronta desde este lunes el desafío de defender el título del US Open, el último Grand Slam de una temporada que quiere de nuevo bordar con letras de oro en Nueva York, donde la lucha está abierta a cualquier arranque de motivación además de las amenazas de Roger Federer y el despertar de Novak Djokovic.
Nadal disfruta de un 2018 pletórico, igual que lo fue 2017, cuando recuperó su mejor nivel tras un par de temporadas de dudas y problemas físicos. El balear es de nuevo una máquina, con 40 partidos ganados y 3 perdidos, cinco títulos -Montecarlo, Barcelona, Roma, Roland Garros y Canadá- y el hambre intacta como número uno del mundo 10 años después de alcanzar esa cima por primera vez.
"Como todo el mundo sabe, me hago mayor", dijo el balear en su primera rueda de prensa en suelo estadounidense. En verdad parece una segunda juventud, pero Nadal ya ha dejado claro varias veces su intención de dosificar y estirar al máximo su carrera. Por ello decidió saltarse Cincinnati, eso sí tras alzarse con el título en Toronto, y llegar fresco a la gran cita del verano.
El último 'grande' con el que convertir una temporada de sobresaliente en matrícula, y de paso acercarse a los 20 'Grand Slams' de Federer. El campeón de 17 de esos debuta este lunes, en el último turno de la Central, ante David Ferrer y tiene un camino asequible hasta cuartos, con Thiem o Anderson, luego Del Potro y finalmente Djokovic o Federer, si no hay sorpresas.
Nadal no ha dado pie a muchas los últimos dos años. El pasado 2017, seis títulos y en este lleva cinco de momento, y eso que inauguró el circuito ya en la gira de tierra por una latosa lesión. La arcilla le dio la confianza y la garantía de los deberes hechos, pero el tres veces campeón en Nueva York guarda gasolina para la traca final. En Flushing Meadows, Djokovic parece el más en forma.
Djokovic o Federer, la amenaza
El serbio está de vuelta como ya confirmó en Wimbledon, con su 13º Grand Slam y dejando a Nadal en semifinales, y hace una semana ganando en Cincinnati a Federer el noveno y último Masters 1000 que le faltaba. Después de deambular sin motivación y lastrado por las lesiones, el de Belgrado vuelve a ser el 'Chacal', que podría encontrarse con Federer en cuartos. El suizo, en cambio, no dejó buenas sensaciones en esa final de Ohio.
El de Basilea tiene cuentas pendientes en la Gran Manzana, con la década que se cumple de su quinto y último título. Además, el Abierto estadounidense cuenta con los tapados, no cabezas de serie, Andy Murray, tras su larga recuperación y lesión de cadera, y Stan Wawrinka. A tener en cuentan son también los Zverev, Cilic, Dimitrov, Nishikori, Goffin..., las nuevas generaciones o los americanos, que juegan en casa y no ganan desde que lo hiciera Andy Roddick en 2003.
La representación española también aspira alto, con Pablo Carreño a buen nivel tras las notables actuaciones en Cincy y Winston-Salem, dispuesto a repetir o mejorar las semifinales del año pasado, o Roberto Bautista. La motivación que emana de la Arthur Ashe o la Louis Armstrong puede contagiar a Feliciano, en su 67 'grande' consecutivo, Verdasco, Munar o Carballés.
La incógnita de Garbiñe
La tenista española Garbiñe Muguruza inicia este lunes el complicado reto de sacar su mejor versión para el US Open, el último 'grande' de la temporada al que llega sin ritmo ni buenas sensaciones, con duras favoritas como Simona Halep y Serena Williams, y el objetivo de darse la opción de pelear por un nuevo año saboreando el 'Grand Slam'.
Más allá del título en Monterrey, la temporada de la exnúmero uno del mundo ha estado entre las lesiones y las derrotas inesperadas. Así comenzó 2018, con la retirada en Brisbane y escasos partidos en la gira oceánica, contando la eliminación temprana en Melbourne. Tampoco funcionó el periplo americano después, aunque la conquista de la cita mexicana cambió el sabor de boca.