EE.UU. acusa a supuestos espías rusos de pirateo vinculado a un escándalo de dopaje
- Habrían obtenido información para boicotear los trabajos de las agencias antidopajes internacionales
- Así lo ha comunicado el Departamento de Justicia estadounidense a través de un comunicado
Estados Unidos acusó a siete supuestos espías rusos de hacer un pirateo cibernético a empresas de control de dopaje, en un intento de socavar los esfuerzos internacionales por sacar a la luz una trama entre los atletas de Rusia.
"Entre los objetivos de la conspiración se encontraba la divulgación de información robada como parte de una campaña de influencia diseñada para socavar, tomar represalias y deslegitimar los esfuerzos de las organizaciones internacionales antidopaje", informó el Departamento de Justicia de EE.UU. en un comunicado.
El equipo olímpico de Rusia no pudo participar en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 en PyeongChang (Corea del Sur) bajo su bandera y lo tuvo que hacer bajo un emblema neutral por un escándalo de dopaje, que afectó a 1.000 atletas de este país en 30 deportes.
El fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, señaló en una rueda de prensa que este tipo de campañas de piratería informática "representan una seria amenaza" para la seguridad del país.
"Estamos acusando a siete oficiales de la GRU por múltiples delitos, incluyendo el uso de piratería para difundir la información personal de cientos de oficiales y atletas antidopaje como parte de un esfuerzo por distraer la atención del programa de dopaje patrocinado por el estado de Rusia", apuntó Sessions.
"Todo esto se hizo para debilitar los esfuerzos de muchas organizaciones para garantizar la integridad de los Juegos Olímpicos y otros eventos deportivos", añadió el fiscal.
Habrían actuado como funcionarios del gobierno ruso
El escándalo de dopaje al que se refirió Sessions, que afectó a 1.000 atletas de ese país de 30 deportes, provocó que los deportistas rusos fuesen excluidos, mirados con sospecha o privados de ver ondear su bandera o escuchar su himno, incluso después de colgarse el oro al pecho, en dos Juegos Olímpicos -Río de Janeiro y PyeongChang- y numerosos Europeos y Mundiales.
Mitos del deporte mundial como la zarina de la pértiga, Yelena Isinbáyeva, tuvieron que retirarse sin honor y otros, como el campeón mundial de 110 metros vallas, Serguéi Shubenkov, vieron truncada su progresión al ser marginados como auténticos parias.
Por su parte, el director del FBI, Christopher Wray, aseguró que los siete presuntos piratas cibernéticos llevaron a cabo estas prácticas "como funcionarios del Gobierno ruso", y les culpó de "dañar a víctimas inocentes, a la economía de EE.UU. y a organizaciones mundiales".
"El FBI no permitirá que ningún Gobierno, grupo o individuo amenace a nuestra gente, nuestro país o nuestros socios. Trabajaremos incansablemente para encontrarlos, detenerlos y llevarlos ante la justicia", remarcó Wray.
La Justicia estadounidense identificó a los presuntos piratas informáticos como Aleksei Sergeyevich, Evgenii Mikhaylovich, Ivan Sergeyevich, Artem Andreyevich, Dmitriy Sergeyevich, Oleg Mikhaylovich Sotnikov y Alexey Valerevich Minin, todos ellos rusos.
Tres de los siete acusados en este caso fueron previamente inculpados en una acusación presentada en julio de este año por la Justicia estadounidense relacionada con una conspiración para interferir en las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2016.