Vinicius riega la flor de Solari y evita el desastre ante el Pucela
- Un gol del brasileño rebotado en Kiko Olivas y un penalti convertido por Sergio Ramos evitan el empate
- Datos y estadísticas del Real Madrid 2-0 Real Valladolid
Ficha técnica:
2 - Real Madrid: Courtois; Odriozola, Nacho, Sergio Ramos, Reguilón; Casemiro (Isco, m.56), Kroos; Bale (Lucas Vázquez, 71), Modric, Asensio (Vinicius, m.73); y Benzema.
0 - Real Valladolid: Masip; Moyano (Cop, m.85), Kiko Olivas, Calero, Nacho; Antoñito, Alcaraz, Míchel, Leo Suárez (Óscar Plano, m.76); Toni Villa (Verde, m.69) y Enes Ünal.
Goles:
1-0, m.83: Olivas (p.p.).
2-0, m.89: Ramos (p).
Lopetegui ya no está, ahora es Solari el que está al mando en el Real Madrid y en su primer partido de Liga se ha vivido la desesperación ante la falta de gol durante 80 minutos y el éxtasis de ver a Vinicius como el salvador en los últimos diez minutos. Un gol del brasileño y otro de Sergio Ramos han evitado que el argentino empezara pegándosela frente al Real Valladolid. [Datos y estadísticas del Real Madrid 2-0 Real Valladolid
Con mucha fortuna pero el talentoso brasileño se ha metido al madridismo en el bolsillo, que gritó su nombre cuando Sergio Ramos recogía el balón para lanzar el penalti.
Mismas caras, mismas sensaciones
Se espera a un Real Madrid diferente al de Lopetegui en el Bernabéu pero el equipo de Solari fue un calco a ese que decepciona semana tras semana desde que arrancara la Liga. Las pocas novedades de Solari respecto a Julen fueron los laterales, el canterano Reguilón en la izquierda y el casi inédito Odriozola en la derecha.
El argentino está ante la oportunidad de su vida pero no parece que quiera revolucionar con precipitación las cosas. El vestuario vuelve a demostrar que tiene mucho peso pero Solari deberá escribir mil veces que sin valentía no se triunfa en el Real Madrid.
En las ganas tal vez se vislumbró un nuevo impulso pero en el juego nada de nada. Las mismas carencias, especialmente de cara a puerta. Con llevar la iniciativa del juego y dominar la posesión no basta para ganar a un equipo serio y bien plantado como el Pucela de Sergio. Se necesita marcar goles y de eso los blancos no saben esta temporada.
Benzema y Bale siguen negados con el gol
Fueron varias las ocasiones que generaron los de Solari, volcados especialmente por la banda izquierda, y casi todas concluyeron con un buen centro al corazón del área. Allí tenían que finalizar Benzema y Bale pero sus intentonas no ponían en apuros a Masip para desesperación del respetable.
Tanto fue creciendo el enfado del público del Bernabéu que con las ocasiones de Antoñito en el 33’ y de Unal en el 39’ estallaron y comenzó a fluir la música de viento. La pitada al término de los primeros 45 minutos fue sonora.
Vinicius se gana al Santiago Bernabéu
En la segunda parte la ansiedad de los merengues fue creciendo. Solari parecía mantener la calma pero no dudó en mover ficha al introducir en el campo a Isco para sustituir a Casemiro. Con el cambio se tocó la corneta pero las mejores ocasiones no se reproducían en la portería de Masip —soberbio en todas sus intervenciones— sino en la de Courtois. De no ser por el larguero, tanto Alcaraz como Toni Villa podían haber adelantado a los visitantes.
Entraron al campo Lucas Vázquez y Vinicius, se fueron Asensio y, entre pitos, Gareth Bale. El brasileño es desde la salida de Lopetegui la gran esperanza del madridismo y, como por arte del azar, se erigió en protagonista del partido.
Corría el minuto 82, el Bernabéu estaba desquiciado y Vinicius se atrevió con valentía a jugarse un balón puesto en juego desde el córner. Recortó a un defensor y tiró a puerta sin dudarlo. La dirección llevaba al balón al banderín de córner contrario pero el codo de Kiko Olivas introdujo el balón en las mallas blanquivioletas. Explotaba de júbilo el jugador y la grada madridista.
Tanta era la algarabía con el brasileño que cuando Benzema se iba al suelo en el área y el colegiado indicaba el punto de penalti, el estadio gritó “Vinicius, Vinicus”. Sin embargo el capitán es Sergio Ramos, tal vez el jugador con más personalidad de la competición, y no dudó en coger el balón, colocarlo y marcar a lo Panenka.
Se evitó el desastre con algo de fortuna, de esa que hasta ahora no había en Chamartín.