El Leganés sale de zona de descenso tras imponerse a un apagado Alavés
- Un gol de En Nesyri cerca del descanso corta las alas de los vitorianos (1-0)
- Narración y estadísticas del Leganés - Alavés de la Jornada 13 de Liga
Ficha técnica:
1 - Leganés: Lunin, Nyom, Tarín, Omeruo, Siovas, Jonathan Silva; Rubén Pérez, Recio (Vesga, min.38), Óscar Rodríguez (Eraso, min.83); En Nesyri (Sabin Merino, min.85) y Carrillo.
0 - Alavés: Pacheco; Agirregabiria (Guidetti, min.80), Laguardia, Ximo Navarro, Duarte; Ibai, Brasanac, Manu García, Jony (Burgui, min.62); Sobrino (Bastón, min.62) y Calleri.
Goles: 1-0, min.42: En Nesyri.
Árbitro: Javier Alberola Rojas (Comité castellano-manchego). Amonestó a Oscar Rodríguez (min.15), Duarte (min.49), Brasanac (min.52), Nyom (min.61), Laguardia (min.73), Burgui (min.73), Bastón (min.75).
Encuentro disputado en el estadio Butarque ante 9.863 espectadores.
Un gol de En Nesyri cerca del intermedio le ha permitido al Leganés cortar las alas del Alavés (1-0) y seguir exhibiendo músculo en casa con un triunfo muy importante en lo psicológico que le permite salir de la zona de descenso.
Sin ser una final, el anfitrión se la tomaba casi como tal. El contexto invitaba a ello pues ganar suponía escapar de la zona de descenso, morada habitual del equipo en el tramo inicial de la competición.
Las sensaciones, pese a ello, eran positivas después de acercarse al triunfo en Girona la jornada anterior y de convertir Butarque en un campo de minas para los visitantes. Allí cayó el Barcelona y sufrió el Atlético para llevarse un empate. Quedaba por ver la reacción de un Alavés estimulante y estimulado por caminar en la azotea clasificatoria.
Para ello tenían los vascos que superar el vértigo en un lugar recurrente durante las últimas campañas pero que pocas veces habían logrado coronar, ninguna en el siglo XXI y solo una en nueve visitas.
Empezó el duelo frío como el clima, con unos y otros más pendientes de no fallar que de acertar. Eso afectó a la fluidez y cercenó el espíritu ofensivo hasta que el Leganés descifró cómo podía hacer más daño. O al menos hasta que encontró la forma de ejecutar su plan, pues la presencia arriba de Carrillo y En Nesyri era toda una invitación al ataque por vía aérea desde el inicio.
Tres cabezazos seguidos conectaron entre los dos, un par el argentino y otro el marroquí. El primero, de Carrillo, se marchó desviado. En los otros dos tuvo que aparecer Pacheco, más exigido en el de En Nesyri pues le obligó a meter la punta de los dedos para mandarla a córner.
Hubo otros acercamientos, un centro envenenado de Óscar Rodríguez que se paseó por el área y un disparo alto desde la frontal de Siovas. Era la mejor manera de atemorizar a un Alavés que al filo del descanso acabaría encajando.
Carrillo difícilmente saldrá en las repeticiones del gol, pero no será por falta de merecimiento. Siempre batallador, peleó por un balón intrascendente hasta rascar un saque de banda que él mismo ejecutó con premura hacia Nyom. Centró el lateral al segundo palo, la dejó atrás Jonathan Silva y completó la acción en el interior del área En Neysiri con un tiro que llegó a tocar el portero.
Dura segunda parte
Tras el paso por vestuarios se vio a los vitorianos más voluntariosos sin que por ello disminuyera el ímpetu de su rival. Vesga, que había entrado en la primera mitad sustituyendo al lesionado Recio, la mandó fuera desde la frontal y Óscar Rodríguez se encontró con Pacheco a una distancia parecida pero más escorado.
En busca de soluciones miró Abelardo al banquillo y optó por dar entrada a Burgui y Bastón en lugar de Jony y Sobrino. De poco sirvió la apuesta debido a los derroteros que tomaba un enfrentamiento donde la elaboración perdía la guerra con el juego brusco y los parones.
Por eso hubo más brega que ocasiones, más cuerpo a cuerpo que fintas. Tiros lejanos que se iban por encima del larguero. Justo lo que le convenía al Leganés, preocupado por defender a capa y espada una ventaja que valía oro en lo práctico y lo anímico. Al final pasaron los minutos y se confirmó una victoria de crédito para seguir creyendo, la misma que durante al menos unas horas les permitirá escapar del descenso.