Sara García: "Quiero romper la barrera de las mujeres en categoría original"
- La zamorana será la primera mujer en competir en motos sin asistencia
- Sigue el Rally Dakar 2019, del 6 al 17 de enero en Teledeporte y RTVE.es
Sara García (Zamora 1988) es una debutante en el Dakar, pero no en el mundo de la moto. La zamorana afincada en Madrid ya sabe lo que es ganar un campeonato de Bajas, de España y del Mundo, pero cuando se inició tenía en mente un sueño: el 'raid' más importante del mundo, así como su objetivo: "Quiero romper la barrera de las mujeres en categoría original". [Entrevista completa en el vídeo a continuación]
García quiere ser la primera mujer de la historia en completar la carrera en la categoría sin asistencia, en la que el piloto está solo ante su montura. Aunque le ha salido una competidora en la rusa Anastasiya Nifontova; la que quede por delante será la primera de la historia, aunque ya ambas han escrito una página.
"Vamos simplemente a finalizar", dice sobre su objetivo, "pero espero que sea el principio de algo. Quiero romper la barrera de las mujeres en esta categoría", añade.
“El Dakar en categoría original, sin asistencia, es el espíritu de la carrera“
Una categoría en la que se compite sin más asistencia que la te puedan proporcionar otros pilotos de la misma clase. Como ella misma explica: "Eres el único que va a acceder a tu moto. La organización te transporta un baúl de 80 litros, un juego de llantas y neumáticos y una tienda de campaña. Eres tú el que tiene que hacer el repaso de la etapa, de los puntos débiles de tu vehículo y el mantenimiento diario".
Sin embargo, también defiende que es "el espíritu de la carrera, lo que es el Dakar en sus inicios". Y aunque lo que le espera es duro, llegar tampoco ha sido fácil: "Ha sido un esfuerzo titánico, un trabajo de varios años de todo un equipo".
Y sobre todo es caro: "El peor tramo de la carrera. Solo la inscripción son 16.500 euros y el presupuesto está en torno a 50.000 euros".
Pero ella tenía claro que debía llegar a la salida en Lima el próximo 6 de enero, por una razón familiar: "Yo tengo una ligadura a este rally que es mi padre. Fue mecánico a finales de los ochenta durante cuatro años de un equipo que se llamaba Hernández y Fernández. Siempre he crecido con historias del Dakar".
“Tras el accidente en Marruecos necesité un psicólogo deportivo para volver a subirme a la moto“
No solo el dinero es un obstáculo. El camino es duro y en una categoría tan expuesta como son las motos, un accidente te puede dejar fuera. Ella sufrió uno muy grave en Marruecos: "Me podía haber quedado tetrapléjica. Cuando desperté no podía mover las manos ni los pies. Luego necesité un psicólogo deportivo para volver a subirme a la moto. Mi duda era si llegaría al Mundial de Bajas, pero la cabeza pudo al físico y gané una de las etapas de la Baja Aragón, quedando segunda de la carrera".
"Una mujer al principio hace gracia, pero la mentalidad cambia cuando les pasas"
Un susto que queda ya en el pasado, pero aún hay obstáculos que salvar en un deporte considerado de hombres: "Siempre te encuentras con gente con mentalidad retrógrada, pero yo he tenido mucha suerte con mis compañeros. Cuando una mujer accede a un deporte de hombre hace gracia al principio porque es la excepción, pero cambia cuando empiezas a estar delante y una coleta les pasa".
Una vez en Perú, Sara García deberá demostrar su pericia en la navegación, que califica de "súper importante" en un rally con un 70% de arena: "Los kilómetros en arena se hacen eternos, sobre todo en Perú".
“Nos orientamos con un papel, como un rollo de pergamino“
Para afrontar esas dificultades cuentan con un sistema muy simple, muy en la línea de ese espíritu aventurero del Dakar: "El sistema de navegación es súper simple, no te dan cartografía, llevamos un GPS solo de confirmación. Nos orientamos con un papel, un rollo como de pergamino que mueves con un mandito en el manillar y un cuentakilómetros, que es lo que tienes que cuadrar con tu 'roadbook'".
Todo un reto con el que Sara García quiere demostrar que las mujeres son tan capaces como los hombres -y más que algunos de ellos- de terminarlo y llegar a la meta.