Sandro Rosell niega que recibiera mordidas por partidos de la selección brasileña
- El expresidente del Barça ha comenzado a declarar este martes en el juicio que se sigue contra él en la Audiencia Nacional
- Lo ha hecho a preguntas de su defensa, que ejerce el abogado Pau Molins, tras negarse a responder a la Fiscalía
El expresidente del F.C. Barcelona Sandro Rosell ha negado haber recibido "comisiones legales ni ilegales" por los derechos audiovisuales de 25 partidos amistosos de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) por los que se le acusa de blanquear 20 millones de euros y quedarse con al menos 6,5 millones.
Al término de la sesión de este martes, la presidenta del tribunal, Concepción Espejel, ha anunciado que el miércoles la Sala comunicará su decisión sobre la petición de libertad de los dos acusados en prisión provisional desde mayo de 2017, Rosell y Besolí.
Rosell ha comenzado a declarar en el juicio que se sigue contra él y otras cuatro personas, entre ellas su mujer, en la Audiencia Nacional. "No tengo nada que esconder, soy inocente de todo lo que me imputa la Fiscalía y voy a defender mi prestigio y mi honor", ha terminado diciendo.
Lo ha hecho a preguntas de su defensa, que ejerce el abogado Pau Molins, tras negarse a responder a la Fiscalía, que pide para él 11 años de cárcel y 59 millones de euros de multa, por "tantas falsedades y errores" que, según él, contiene el escrito de acusación. En su relato, Rosell ha explicado que alcanzó en 2006 ese contrato con la CBF como intermediario de la compañía saudí ISE, competidora de Al Jazeera, tras ofrecer a la federación brasileña el doble del dinero que les estaban pagando por esos partidos.
De los 600.000 euros que les habían pagado en la temporada anterior por un partido, él pasó a ofrecer 1.150.000 euros tras convencer al propietario de ISE diciéndole que "lo barato si lo pagas más caro termina dando más dinero".
"Se puede pagar más para ganar más", ha reiterado en varias ocasiones, recordando que en el mundo del marketing lo importante es darle valor a lo que en principio no lo tiene como ha dicho que él hizo con el balón de la liga de fútbol profesional española, que de regalarlo Adidas pasó a comprarlo Nike por "una fortuna" y eso le reportó grandes beneficios.
Ha insistido en que "no hubo comisiones legales ni ilegales" derivadas del contrato con la CBF, sino "solo una retribución" a su empresa por parte de ISE y ha asegurado que al entonces presidente de la CBF, Ricardo Teixeira, no le exigió el pago de esas comisiones que le atribuye la Fiscalía.
Según su explicación, el contrato con la CBF por 25 partidos amistosos de la selección brasileña de fútbol alcanzó los 27 millones de euros y de esa cantidad ISE se comprometió a darle en torno al 10 por ciento por su actuación como intermediario.
En lo que lleva declarando, Rosell ha pasado de puntillas por el tiempo que estuvo en el Barça, del que al hablar, ha dicho, que se le va "la olla" porque cuando habla del club "se saltan las emociones".
Dejó de cobrar 2,5 milllones
Rosell ha recordado que incluso cuando se presentó a las elecciones a la Presidencia del FC Barcelona canceló el contrato con ISE y dejó de cobrar 2,5 millones de euros sin saber si iba a ganarlas. "Pero era mi ilusión y así lo hice", ha apostillado.
Ha añadido que cuando fue elegido presidente del club decidió vender su empresa BSM y que ISE se la compró por trece millones de euros, que no terminó de cobrar en su totalidad.
Ha negado también que un pago que le hizo a Teixeira fuera para ocultar una comisión por el contrato de patrocinio de la marca Nike a la selección brasileña por un total de cinco millones de euros sino que fue para cancelar un préstamo que el expresidente de la CBF le había realizado para invertir en dos apartamentos en Andorra.
La esposa de Rosell, Marta Pineda, para quien la Fiscalía pide siete años de cárcel, ha admitido que su marido la incluyó en la empresa BSM como apoderada para hacerse cargo de algunas firmas cuando él estaba de viaje, pero ha asegurado que ella no tomaba decisiones en los negocios.
Por su parte, Joan Besolí, que se enfrenta a una petición de diez años de prisión, visiblemente emocionado al relatar sus circunstancias personales cuando fue detenido -su hijo estaba en el hospital con una lesión medular-, ha defendido la legalidad de las operaciones con sociedades que realizó con Rosell y Teixeira a través del banco andorrano Andbank.