Ucrania pone a prueba a la campeona de Europa en su debut

• La selección española se mide a uno de los "tapados" del torneo, según Lucas Mondelo
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La pívot de la selección española Laura Nicholls, en un partido de la gira de preparación.

La selección española de baloncesto inicia su andadura en el Eurobasket 2019, donde defiende el título de 2017, ante la Ucrania de Alina Iagupova, un debut exigente ante uno de los "tapados" del torneo, como califica el seleccionador, Lucas Mondelo, al rival.

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Iagupova es la líder indiscutible de su equipo, promediando 30 puntos por partido, pero no es el único recurso con que cuentan. Junto a la escolta están las ala-pívot Olesia Malashenko y Taisiia Udodenko, la alero Liudmyla Naumenko y el regreso de la veterana escolta Oleksandra Radulovic.

El técnico Goran Boskovic, que no incluyó en un principio a Iagupova en la lista inicial, tiene mimbres suficientes para jugar un gran baloncesto, apoyado en una defensa "que tiende mil y una trampas al rival" como explicó Mondelo el día de la partida del equipo al torneo.

Así que no será fácil el debut español porque a la complejidad del primer partido de un campeonato, por los nervios, el nivel de arbitraje y demás circunstancias, hay que añadir un equipo alto, fuerte, anotador y correoso, que no aparece entre los más favoritos, pero si en la lista de las posibles sorpresas.

El equipo español cuenta con la ventaja de los automatismos adquiridos con el paso de los últimos exitosos años, pero también con el hándicap de la ausencia de una de la mejores jugadoras de Europa de la última década, Alba Torrens.

La baja de la alero mallorquina tendrá que ser contrarrestado con el paso adelante del resto de jugadoras, sobre todo en el apartado anotador, y también en el rol de líder en pista, en el que Marta Xargay tiene mucho que decir.

España prefiere centrarse en el partido a disputar y no levantar mucho la vista, pero está claro, y así lo han manifestado en múltiples ocasiones, que el objetivo son los cuartos de final, a los que se llega de forma directa ganando el grupo o tras disputar unos agónicos octavos de final que luego pueden pasar factura.