La victoria más abultada de la historia de los Mundiales genera críticas al formato de competición
- Hungría ha barrido a Corea del Sur 64-0; y además Holanda ha derrotado 33-0 a Sudáfrica
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El torneo femenino de waterpolo del Mundial de Gwangju ha arrancado con dos palizas que han generado críticas sobre el formato de competición. Primero, la victoria de Holanda frente a Sudáfrica por 33-0 y luego la de Hungría sobre Corea del Sur, 64-0, la más abultada de la historia de la competición.
Hasta ahora, según los datos de la propia Federación Internacional de Natación (FINA), la mayor paliza se la había dado la selección masculina de Croacia a la de Nueva Zelanda en el Mundial de 1994 (38-1) [en inglés].
Un cuarto de siglo después, las húngaras han pulverizado ese récord ante un equipo sin más experiencia en grandes campeonatos internacionales que los Juegos de Seúl 1988, donde como en esta ocasión participaron como país anfitrión.
A pesar del varapalo, el equipo ha sido muy animado desde las gradas, según la crónica de los organizadores. La agencia Yonhap explica que el combinado se ha formado ex profeso para este torneo con exnadadoras y que todas salvo una tienen menos de 20 años.
Pero no ha sido el único resultado escandaloso. Poco antes, Holanda había derrotado al combinado sudafricano por 33-0, que a la postre ha sido el tercero más desequilibrado de los Mundiales.
Y por si fuera poco, la vigente campeona, Estados Unidos, ha vencido a Nueva Zelanda por 22-3.
Esta desiguladad tan grande ha sido criticada por aficionados del waterpolo. El comentarista de TVE Dani Ballart, ha recordado en Twitter que ya en el pasado Europeo este desequilibrio dio que hablar cuando Turquía recibió 99 goles en 3 partidos y su capitana rompió a llorar después de jugar contra España. “El formato de competición no es correcto”, ha dicho el ex campeón olímpico. “Competir 16 equipos es un disparate”, ha concluido el técnico en la red social, donde otros comentaristas también han criticado la competición.
En 2003, la FINA amplió el torneo femenino de 12 a 16 equipos participantes para igualarlo al masculino.
En la natación artística, también en fase de expansión internacional, hay una enorme diferencia entre las potencias mundiales y los equipos que terminan en últimas posiciones. Sin nota mínima de clasificación, poco a poco aumenta el número de participantes y se alarga la duración de las sesiones con poca emoción en algunas fases.
Igualmente, las eliminatorias de algunas carreras cortas de natación fueron objeto de polémica en ocasiones por el escaso nivel de ciertos competidores que acudían con invitación. Tras la célebre actuación de Eric Moussambani en Sídney 2000, la FINA tomó una serie de medidas, entre ellas las mínimas obligatorias para todas las pruebas.