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NBA

Clippers, Lakers y Bucks, favoritos en una temporada más abierta que nunca

  • El movimiento de estrellas como Westbrook, Davis o Durant abre el abanico de aspirantes al anillo
  • Marc Gasol y Serge Ibaka defienden título en los Raptors, mermados por la salida de Kawhi Leonard

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Arranca la NBA más abierta de los últimos tiempos

Por primera vez en muchos años arranca la temporada en la NBA sin un favorito claro para enfundarse el anillo de campeón allá por el mes de junio de 2020. Los movimientos de estrellas que se han producido durante el verano han convertido en favoritos a equipos que hace unos meses apenas tenían opciones -Clippers y Lakers principalmente-, y han descabalgado de esa posición a otros como Raptors, Celtics o Warriors.

Jugadores-franquicia como Kawhi Leonard, Kevin Durant, Anthony Davis, Russell Westbrook o Kyrie Irvirng no vestirán la misma camiseta que la temporada pasada, lo que supone un movimiento sin precedentes en una NBA más abierta que nunca.

La competencia está en el Oeste

Sobre el papel, la conferencia Oeste volverá a ser la más competida a la hora de buscar puesto en el play-off por el título. Y, como decimos, todos los ojos están puestos en Los Ángeles, donde sus dos equipos se han reforzado de manera estelar.

Especialmente los Clippers, que han logrado hacerse con los servicios de dos de las principales figuras de la liga, Kawhi Leonard –que deja los Raptors campeones para liderar a uno de los equipos de su ciudad natal- y Paul George –quien abandona los Thunder en busca de un proyecto campeón- y además mantener el núcleo de una plantilla que ya fue una de las sorpresas el año pasado: Patrick Beverly, Montrezl Harrell o Lou Williams, entre otros. A los mandos, uno de los entrenadores más prestigiosos, Doc Rivers, que en su séptima temporada en los Clippers sabe que todo lo que no sea ganar el anillo se considerará un fracaso.

Enfrente, el ‘vecino rico’ de Los Ángeles, los Lakers, han completado la renovación iniciada el año pasado con la llegada de LeBron James añadiendo a su nómina a otro ‘estrellón’ como Anthony Davis. Un dúo que se verá bien respaldado por hombres como el prometedor Kyle Kuzma y veteranos como Rajon Rondo o Dwight Howard.

Lo peor es que, para ello, los Lakers han perdido buena parte del talento joven que han venido amasando en estos años de reconstrucción (Ball, Ingram, Hart, además de varias elecciones de ‘draft’) y solo un nuevo anillo –el que sería el número 17 y les igualaría a los Celtics- puede justificar este arriesgado movimiento.

Un escalón por detrás de ellos, aunque no muy lejos, habría que situar a Houston Rockets, eterno aspirante en los últimos años que, sin embargo, lleva sin jugar la final de la NBA desde mediados de los 90, cuando logró sus dos únicos anillos de la mano de hombres como Hakeem Olajuwon o Clyde Drexler.

Ahora, al proyecto liderado por James Harden se suma Russell Westbrook, quien deja su equipo de toda la vida, los Thunder, en busca de un anillo que se les resiste a ambos. Harden y Westbrook ya fueron compañeros en Oklahoma City, con cuya camiseta disputaron –y perdieron- la final de 2012 ante Miami y la gran duda es cómo mezclarán dos hombres acostumbrados a asumir el protagonismo y los tiros en momentos decisivos.

El adiós de Durant marca a los Warriors

Tampoco podemos olvidar a Golden State Warriors, el gran dominador de la liga en los últimos años –ha disputado las últimas cinco finales y ha ganado tres anillos-. Pero el verano en los despachos de los Warriors ha sido muy complicado, con la salida de Kevin Durant y de buena parte de su segunda unidad -Livingston, Iguodala, Bell, Cousins, Jerebko-. A eso se une la lesión de larga duración de Klay Thompson, que podría apartarle de las canchas el resto de la temporada.

Pero no hay que olvidar que los de la bahía de San Francisco mantienen a Stephen Curry y Draymond Green, dos habituales del All-Star, y se han hecho con los servicios de D’Angelo Russell, que viene de confirmar en Brooklyn todo lo que prometía en su elección en el draft. Quizá insuficiente para el anillo pero desde luego uno de los equipos más entretenidos de ver de la actual NBA.

Para completar el cuadro de destacados en esta conferencia Oeste hay que mencionar a Denver Nuggets, que mantienen a su núcleo principal -Jokic, Millsap, Murray- y esperan que jóvenes como Michael Porter Jr o el novato Bol Bol den un paso adelante que suponga un salto de calidad necesario para que les haga aspirar al título final. Habrá que ver el papel que desempeña Juancho Hernangómez en la franquicia de las Rocosas, donde ha alternado períodos estelares con otros de ostracismo. Para muchos, estos Nuggets son el auténtico ‘tapado’ de la NBA.

No podemos olvidar a equipos como Portland Trail Blazers, nuevo destino de Pau Gasol y franquicia que siempre termina dando la campanada en play-offs; Utah Jazz, que pese a la salida de Ricky Rubio mantienen a hombres como Donovan Mitchell o Rudy Gobert, a quienes se han sumado fichajes como Michael Conley o Bojan Bogdanovic; Dallas Mavericks, con el dúo europeo Doncic-Porzingis, una de las parejas más vistosas de la liga; o San Antonio Spurs, equipo al que nadie incluye nunca en los pronósticos pero que siempre termina entre los mejores.

Capítulo aparte merece New Orleans Pelicans: la franquicia de Luisiana ha sabido amortiguar el impacto de la salida de su jugador estrella, Anthony Davis, con la contratación de jóvenes con mucho futuro -Brandon Ingram, Josh Hart, Lonzo Ball- y veteranos con oficio -Derrick Favors, J.J. Redick-. Movimientos que han tenido la guinda inesperada del número 1 del draft, un Zion Williamson que en sus primeras apariciones de pretemporada está generando una enorme expectación. Aunque el novato se perderá por lesión el inicio de la competición, los Pelicans son, a priori, uno de los grandes atractivos de la campaña.

Los Bucks, favoritos en el Este

En la conferencia Este, la salida de Kawhi Leonard de Toronto Raptors deja al actual campeón con pocas opciones de renovar el título, pese a que los canadienses mantienen a buena parte de su núcleo como Marc Gasol, Ibaka, Lowry y un Paskal Siakam al que acaban de renovar por el máximo -130 millones de dólares en cuatro años- para que sea su jugador franquicia a medio plazo. Pero pocos ven a los Raptors capaces de reeditar el anillo sin el concurso de Leonard, MVP de las pasadas finales.

Esta circunstancia deja a los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo -MVP de la pasada liga regular- como claros favoritos. Los Bucks, el mejor conjunto de la temporada regular el pasado año, han renovado a Khris Middleton, escudero de lujo del griego, y han logrado fichajes de veteranos interesantes -Robin Lopez, Kyle Korver, Wesley Matthews-, aunque han perdido por el camino a Malcolm Brogdom, mejor novato hace dos campañas y uno de esos bases que mejoran el juego colectivo de cualquier equipo. Pese a ello, la obligación de los Bucks es al menos disputar la final de la NBA, algo que no hacen desde 1974, cuando militaba en sus filas un tal Kareem Abdul-Jabbar.

Un escalón por debajo de los de Milwaukee hay varios equipos, entre ellos Philadelphia 76ers, quienes han logrado el fichaje del dominicano Al Horford, que junto a Joel Embiid y Thobias Harris está llamado a conformar uno de los juegos interiores más poderosos de la NBA. Pero las opciones reales de los Sixers pasan por la mejora ofensiva del australiano Ben Simmons, cuyas carencias en el tiro de larga distancia le impiden ser el jugador dominante que todos esperaban de él cuando fue número 1 del draft en 2017.

Otro de los aspirantes es Brooklyn Nets, que este verano ha sumado a su plantilla a dos grandes estrellas como Kyrie Irving y Kevin Durant, aunque este último se perderá prácticamente toda la temporada tras romperse el tendón de Aquiles en las últimas finales. Si no fuera por esa circunstancia todo el mundo daría a los Nets como grandes favoritos, pero la ausencia de Durant hace que las esperanzas queden aplazadas para la próxima campaña. Sin embargo, una plantilla en el que, además, de Irving, cuenta con nombres como DeAndre Jordan, Jarret Allen,Wilson Chandler o Spencer Dinwiddie está llamada a dar mucha guerra en play-offs.

El cuarteto de favoritos en el Este se completa con Boston Celtics, a priori debilitados tras las salidas de Irving y Horford, pero que han logrado hacerse con los servicios de Kemba Walker, uno de los bases más contrastados de la competición. Es cierto que el proyecto que prometían ser los Celtics hace tres o cuatro temporadas se ha quedado a medio camino, pero aún cuentan con talento joven (Brown, Tatum) y veteranos contrastados (Hayward, Smart , Kanter) como para ser tenidos en consideración.

Más allá de estos cuatro equipos, en el Este solo destaca Miami Heat, quienes han logrado en el mercado a una gran estrella como Jimmy Butler y a un rookie con muy buena pinta -Tyler Herro- para rematar una plantilla en la que permanecen hombres como Dragic, Adebayo, Waiters o Winslow.

Marc e Ibaka defienden título

En cuanto a los españoles, las salidas de Álex Abrines y Niko Mirotic rumbo a Barcelona y el hecho de que Calderón siga a la espera de equipo –con la duda de si anticipará o no su retirada- reduce a seis la nómina de jugadores seleccionables: los hermanos Gasol, los Hernángómez, Ricky Rubio y Serge Ibaka.

Marc e Ibaka defienden título y Rubio llega a un proyecto ilusionante en Phoenix pero al que aún le queda tiempo para madurar. Pau Gasol, todavía lesionado, busca recuperar sensaciones y minutos en Portland con la esperanza de rematar una trayectoria impresionante en los Juegos Olímpicos de Japón. Mientras que Juancho y Willy Hernángómez esperan asentarse en las rotaciones de sus equipos –Nuggets y Hornets- tras una temporada poco satisfactoria para ambos.

Ibaka y Marc Gasol serán los primeros en saltar a escena: será este mismo martes, a partir de las 2:00 hora española, en el encuentro inaugural que enfrentará a Toronto Raptors contra New Orleans Pelicans y en el que se les hará entrega pública de sus anillos de campeones. Dos horas y media después, Clippers y Lakers se enfrentarán por primera vez esta campaña en uno de los duelos más esperados.

Será el pistoletazo de salida a una temporada con 2.460 partidos de liga regular en una competición que cada vez tiene un seguimiento más global y a la que ni siquiera la crisis con China parece mermar en su capacidad económica y mediática.