Firmino imita el 'aguanís' de Raúl para darle su primer Mundial de Clubes al Liverpool
- Los 'red' se impusieron en la prórroga con un tanto muy parecido al del siete del Real Madrid hace 21 años
- El VAR corrigió al árbitro que había señalado un penalti en el descuento del tiempo reglamentario
Ficha técnica:
1. Liverpool: Alisson, Alexander-Arnold, Virgil Van Dijk, Joe Gomez, Andrew Robertson; Jordan Henderson, Keita (m.100 James Milner), Oxlade-Chamberlain (m.75 Adam Lallana) ; Mohamed Salah (m.121 Xherdan Shaquiri), Roberto Firmino (m.105 Divock Origi) y Sadio Mané.
Entrenador: Jurgen Klopp
0.Flamengo: Diego Alves; Rafinha, Rodrigo Caio, Pablo Marí, Filipe Luís; Gérson (m.102 Lincoln), Willian Arao (m.120 Orlando Berrío), Giorgian De Arrascaeta (m.77 Vitinho); Éverton Ribeiro (m.82 Diego), Bruno Henrique y Gabriel Barbosa 'Gabigol'.
Entrenador: Jorge Jesus
Goles: 1-0, m.99: Firmino.
Árbitro: el catarí Abdulrahman Al Jassim amonestó a Mané (m.46), Salah (m.81), Vitinho (m.90), Firmino (m.100), Milner (m.105) y Diego (m.112).
VAR: el español Juan Martínez Munuera.
Incidencias: final del Mundial de Clubes jugado en el estadio Internacional Khalifa, en Doha, capital de Catar. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, estuvo presente, entre otras autoridades.
El Liverpool cierra un año histórico alzando el Mundial de Clubes tras vencer al Flamengo por 1-0 en la prórroga en la final disputada en Catar. El brasileño Roberto Firmino ha marcado el gol de la victoria en una jugada similar a la de Raúl en 1998 para darle la antigua Copa Intercontinental al Real Madrid, al que sucede en el palmarés del trofeo tras tres títulos seguidos del equipo blanco.
El equipo de Jürgen Klopp termina un 2019 para el recuerdo de los aficionados que llevaban un largo periodo 'caminando solos' y ahora tiene un conjunto a la altura de una de las mejores hinchadas del mundo. La Champions ante el Tottenham, el liderato en la Premier (que no ha ganado nunca en el actual formato) con diez puntos de ventaja y un partido menos y el campeonato logrado en Catar vuelven a colocar al Liverpool en el olimpo.
En la reedición de la final de 1981, el cuadro dirigido por el alemán Jurgen Klopp consumó su venganza en el minuto 99 frente a un digno campeón de la Copa Libertadores, que plantó cara hasta el pitido final.
El Liverpool, seis veces campeón europeo, rompió así una racha de tres finales perdidas (1981, 1984 y 2005) para confirmarse como el mejor club del planeta, sucediendo al Real Madrid, y prolonga la hegemonía del fútbol del Viejo Continente.
El Flamengo, también campeón de la Liga brasileña, dominó la primera mitad, sufrió en la segunda y llegó a la prórroga con más corazón que energía.
El Liverpool arrancó la final a toda velocidad. En apenas cinco minutos dispuso de tres oportunidades en las botas de Firmino, en un mano a mano con Diego Alves, Keita y Alexander-Arnold.
Los ingleses dejaron claro su estatus de favorito, mientras los brasileños aguantaban como podían las combinaciones del tridente ofensivo 'red'.
Ya lo había avisado Jorge Jesus en la previa: "los campeones de Europa tienen a los mejores jugadores del mundo". El ímpetu del Liverpool amainó, sin embargo, pasados los primeros quince minutos y renunció a la posesión.
Ello favoreció que los campeones de la Libertadores empezaran a crear peligro con el trabajo incansable de Gerson en el medio y la velocidad endiablada de Bruno Henrique en el ataque.
El delantero brasileño encontró un agujero negro en el lado izquierdo de la zaga y lo explotó hasta la saciedad. Solo faltó rematar entre los tres palos de la meta de Alisson, en una primera mitad de ritmo más bien espeso.
Solo un rifirrafe entre Mané y Rafinha rompió un poco la monotonía antes del descanso. En la segunda parte el partido se rompió con los dos equipos en busca de un gol que se percibía como definitivo.
Firmino volvió a fallar inexplicablemente un remate a media altura, franco, desde el punto de penalti que estrelló al palo. Salah tampoco consiguió definir dentro del área un centro cruzado.
El "más querido" de Brasil avisó con un disparo de Gabigol que se fue alto. Minutos después, ajustó más la mira y obligó a Alisson a estirarse.
El nueve, héroe en la final de la Libertadores dos goles, pidió además un penalti por un toque de Van Dijk en la cara. El árbitro y el VAR guardaron silencio. El máximo goleador del equipo continuó percutiendo. Lo intentó de nuevo con una media chilena. Alisson, bien posicionado, atajó bien.
El ritmo era frenético, pero el marcador no se movía. Los miles de flamenguistas en el Internacional Khalifa vibraban, mientras los ingleses veían con preocupación como se retiraba lesionado Oxlade-Chamberlain.
En los minutos finales, el Liverpool se hizo dueño y señor del juego y acorraló a los cariocas.
Diego Alves sacó una mano milagrosa a tiro de Henderson desde la frontal del área y aún faltaba la intervención del VAR para elevar la partida al máximo de suspense.
En el tiempo de descuento, el videoarbitraje, a los mandos del español Martínez Munuera, le mostró al árbitro catarí que la falta de Rafinha sobre Mané no era falta, ni había sido dentro del área, y anuló el penalti que había marcado.
Sin tiempo para más y con el Flamengo pidiendo la hora, la final se fue a la prórroga, a la que el equipo carioca llegó extenuado y en un contragolpe conducido por Mané lo culminó Firmino.
El delantero de la selección brasileña no erró a la tercera, controló, amagó y disparó para darle al Liverpool su primera corona mundial.