El Supremo confirma la condena de 15 años por abusos a menores al exseleccionador de atletismo Miguel Ángel Millán
- El técnico fue denunciado por dos jóvenes a los que entrenó cuando eran menores
- Otro de sus pupilos fue el medallista olímpico Antonio Peñalver, plata en Barcelona'92
La sala de lo penal del Tribunal Supremo ha desestimado el recurso del exseleccionador nacional de atletismo Miguel Ángel Millán Sagrera contra su condena a 15 años y seis meses de cárcel por abusar sexualmente de dos jóvenes a los que entrenaba cuando eran menores de edad en Tenerife.
Millán fue condenado en febrero de 2019 por la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife y presentó un recurso de apelación al Tribunal Superior de Justicia de Canarias que fue desestimado, tras lo cual planteó al Tribunal Supremo un recurso de casación que ahora ha sido también desestimado.
El recurso de casación se basaba en la presunta indefensión y vulneración de la presunción de inocencia sufrida durante la fase de instrucción y el juicio, en relación con la admisión de testigos y por valoración errónea de la prueba, entre otras consideraciones.
El Supremo argumenta que la declaración de las actuaciones como secretas en la fase de instrucción se hizo de forma justificada y por tiempo moderado y por tanto no se vulneró el derecho de defensa.
En cuanto a la presencia de testigos en el juicio oral que no tenían relación con los hechos denunciados, pero que declararon a su vez haber sido víctimas en el pasado de los abusos sexuales del entrenador, el Supremo la considera pertinente al servir para reforzar la credibilidad de los dos menores que habían denunciado a Millán.
Miguel Ángel Millán, que permanece en prisión desde enero de 2017, fue durante años uno de los entrenadores más prestigiosos del país, al haber preparado a figuras del deporte de la talla de Antonio Peñalver, medalla de plata en los Juegos de Barcelona de 1992, quien declaró en su contra durante el juicio.
Además de la pena de 15 años y seis meses de cárcel, Millán fue condenado por la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife a inhabilitación especial para ejercer como entrenador, a indemnizar a sus víctimas, a no desarrollar actividades deportivas con menores de edad y a participar en un programa formativo de orientación sexual.
"Oposición y repugnancia"
El primer caso se produjo entre los años 2010 y 2011, cuando la víctima contaba entre 13 y 14 años, y el segundo en 2015, y ambos jóvenes denunciaron los hechos en 2017.
De acuerdo con la sentencia, el exseleccionador de Pruebas Combinadas, nacido en 1950 en Lorca (Murcia), se ganó a la confianza de la primera víctima, a la que ilusionó al prometerle que llegaría a ser un gran atleta con él y podrían vivir juntos muchas experiencias.
Cuando el menor se atrevía a contrariarle sexualmente, el entrenador respondía con reacciones de decepción y malestar en el ámbito deportivo.
La sentencia indica que al igual que ocurrió con el primer menor, se ganó la confianza del segundo joven y abusó de él a pesar de su "oposición y repugnancia".