El último homenaje a Kobe Bryant: una vida en púrpura y oro
- Su funeral público, y el del resto de las ocho víctimas, tendrá lugar este lunes en el Staples Center
- El escolta vistió durante 20 años la camiseta de Los Ángeles Lakers
La legendaria carrera de Kobe Bryant no podría entenderse sin la camiseta de Los Ángeles Lakers. El escolta llegó a convertirse en el emblema de la segunda franquicia más exitosa de la NBA, gracias a su voraz apetito competitivo y a su implicación en el bienestar de la ciudad californiana, por delante de mitos como Jerry West, George Mikan, 'Magic' Johnson, Shaquille O'Neal o Kareem Abdul-Jabbar. Se dejó el alma y logró que su huella marcara a fuego a compañeros y aficionados. Este lunes, a las 19:00 (hora española) el Staples Center le rendirá su último homenaje.
Su fatídica muerte, provocada por un accidente de helicóptero en el que también perecieron ocho personas más, paralizó el planeta. Su carisma se alargaba más allá de los límites de una pista. Bryant no era solo un tipo pegado a pelota, sino que su modelo vital, conocido como 'Mamba mentality', se exponía como meridiano ejemplo de no rendirse ante las adversidades. Su figura era tan alargada que el deceso necesitaba un reconocimiento público, tras el rigor del luto íntimo de la familia. Ese memorial tendrá lugar en el Staples Center, su segunda casa, donde tantos lanzamientos intentó, y ante más de 20.000 asistentes.
La fecha no ha sido elegida al azar. El día 24 está relacionado con el mítico dorsal que lució en la segunda parte de su trayectoria, mientras que el mes de febrero (segundo mes del año) está entroncando con el número 2 que gustaba portar a su hija Gigi, quien también murió en el accidente. Este homenaje será recordado por siempre, como otras gestas históricas que, de una forma u otra, levantaron del asiento a los aficionados del balón dorado y que llevaban la impronta de la 'Mamba Negra'.
La llegada a la NBA (26 de junio de 1996)
Kobe fue un adelantado a su tiempo. Se presentó al draft sin pasar la 'mili' universitaria, en virtud de su talento desbordante y de sus 30,8 puntos y 12 rebotes en su temporada final en el instituto de Lower Merion. Enamoró a Jerry West, por aquel entonces general manager de los Lakers, en un entrenamiento personal previo al evento. El logo de la NBA no dudó y decidió apostarlo todo por aquel adolescente. Llegó un pacto de caballeros con los Hornets para hacerse con sus servicios. Los de Charlotte debían elegir al muchacho en la decimotercera elección de la noche y, a cambio, recibirían al poste Vlade Divac. Los acontecimientos de desarrollaron según lo acordado. El matrimonio Bryant-Lakers se iniciaba.
El más joven entre las estrellas (8 de febrero de 1998)
A sus 19 años, la liga reconoció el talento de Bryant al incluirlo en All-Star de Nueva York. Se convirtió en el baloncestista de menor edad en tener minutos en el partido de la ‘clase alta’ de la NBA. Fue la primera de sus 18 selecciones, la segunda marca más amplia en la historia, tan solo superado por las 19 de un tal Kareem Abdul-Jabbar. Además, ganaría cinco premios MVP’s (2002, 2007, 2009 y 2011), el más prolífico junto a Bob Pettit.
El primer anillo (5 de mayo de 2000)
La gloria, que todos los jugadores de la NBA buscan a lo largo de sus carreras, encontró a Kobe de forma temprana. Con solo 21 años, podía enseñar engarzado en sus dedos el anillo de campeón. Promedió en los partidos decisivos unos cuantiosos 21,1 puntos para convertirse en el escudero perfecto de un Shaquille O’Neal. El pívot, a ritmo de MVP y junto a Bryant, guio a los angelinos a tres títulos en cuatro viajes a las finales siguiendo la filosofía zen de Phil Jackson.
Los 81 puntos (22 de enero de 2006)
La mayor exhibición ofensiva de la NBA moderna tuvo lugar en Toronto. José Manuel Calderón, base del conjunto canadiense, fue testigo directo de los 81 tantos (55 en la segunda mitad) que convirtieron a Bryant en el segundo máximo anotador de la NBA en un partido, tan solo por detrás de los inhumanos 100 de Wilt Chamberlain. Su esfuerzo encestador fue vital para sostener a los Lakers en la temporada. A lo largo del curso, logró 27 partidos por encima de las 40 unidades y finalizó con la mejor media anotadora (35,4) de su carrera.
Campeón ante los Celtics (17 de junio de 2010)
El quinto anillo de campeón de Kobe llegó ante los Celtics. En un agónico séptimo partido en el Staples, el de Philadephia aportó 23 puntos y 15 rebotes para dar a los californianos su último triunfo en la liga. Terminó las finales como el más valorado, a pesar de arrastrar una dolorosa lesión en el dedo índice de su mano derecha, y devolvió la moneda a los de Boston, que habían hecho sucumbir a los Lakers en los partidos por el título de 2008. Para siempre, su icónica foto sobre la mesa de anotadores del pabellón, donde ofrecía a su enfervorecida parroquia la victoria.
Y Jordan quedó atrás (14 de diciembre de 2014)
Michael Jordan siempre fue el espejo sobre el que se miró Kobe. Tanto lo estudió y tanto lo imitó que terminó por transformarse en el jugador que más se ha parecido al mítico ‘23’. La carrera de fondo por superar su figura tuvo su culmen en la línea de tiros libres del pabellón de los Minnesota Timberwolves. Con todo el público en silencio, Bryant convirtió sus dos intentos desde el 4,60 para superar al de North Carolina en el tercer puesto de la lista de máximos anotadores históricos de la NBA. El escolta de Los Ángeles Lakers se retiraría con 33.643, mientras que Jordan dejó su marca en 32.392.
Eternos '8' y '24' (18 de diciembre de 2017)
La NBA presenta récords casi imposibles de batir y Kobe guarda uno de ellos. El escolta es el único jugador que presume de dos números retirados por la misma franquicia. El ocho y el veinticuatro significan grandeza. Con el primero, anotó 16.777 puntos y sumó tres anillos, en diez temporadas. Con el segundo, en los mismos cursos, agrupó 16.866 tantos, dos campeonatos y un MVP. Imposible elegir. Los Lakers tampoco lo hicieron. Ambos dorsales lucen inmaculados en el cielo del Staples, guardando las andanzas de los de púrpura y oro.