El Tour apunta a septiembre
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El Tour de Francia no es un sólo un evento deportivo: es orgullo nacional en crudo. Algo tan francés como la Torre Eiffel o la Marsellesa. Una gigantesca bandera tricolor que a mueve miles de personas cada día. Y, en realidad, lo que menos hay en un Tour son ciclistas: 176 en la última edición. 30.000 agentes entre protección civil, bomberos y gendarmería, 6.000 vehículos, 2.000 periodistas acreditados, 400 montadores de vallas, 100 miembros de la organización, otros 500 animadores en la caravana publicitaria, y 500 más entre miembros de equipos (mecánicos, doctores, cocineros o asistentes) ¡Ah! Y una media de 10 millones de personas apostadas en las cunetas de toda Francia. Por si este circo no fuera lo suficientemente grande: se mueve, sin parar, durante casi un mes.
Cuando el Presidente francés, Emmanuel Macron, decía este lunes que "los principales festivales y eventos con una gran asistencia no podrán celebrarse al menos hasta mediados de julio", en su mente estaba dibujando a un ciclista vestido de amarillo seguido de un pelotón multicolor. Pero no pronunció la palabra 'Tour' en ningún momento. Aún nadie ha dicho en Francia que la 'grande boucle' se va aplazar, pero parece inevitable tal y como están las cosas. Falta hacerlo oficial. Y, de hecho, la empresa organizadora (ASO) ya trabaja desde hace semanas en un calendario alternativo, para el que barajan del 25 de julio al 16 de agosto, o del 29 de agosto al 20 de septiembre, como apunta el periódico galo Dauphiné Liberé Ambas opciones obligarían a desplazar también a la Vuelta a España. Este miércoles se reunirán los organizadores para aprobar el nuevo calendario.
“Pedro Delgado: No va a poderse dar cabida a todos“
"Todo el mundo tiene claro que se va a retrasar al menos un mes, y aunque sea así no va a poderse dar cabida a todos", cuenta Pedro Delgado, comentarista de TVE y ganador tanto de un Tour como de dos Vueltas. "Me da miedo porque los organizadores del Tour de Francia son los propietarios también de la Vuelta Ciclista a España. No me gusta esta situación".
Javier Guillén, director de la Vuelta, ha asegurado este martes en el Telediario que su posición no ha variado: "Necesitamos que el Tour de Francia se celebre y que lo haga con las mejores garantías posibles. Desde la Vuelta trabajamos con la ilusión de que se respeten nuestras fechas si bien estamos abiertos a buscar soluciones, somos conscientes de la situación tan excepcional que estamos viviendo".
El actual Presidente de la Unión Ciclista Internacional, el francés David Lappartient, ya se había mostrado partidario antes de esta crisis de reducir a dos semanas Vuelta y Giro, con lo que sólo una de las tres grandes, el Tour, duraría tres semanas. "Nadie se ha acercado a nosotros -reconoce Guilén- ni siquiera la UCI planteándonos que tanto el Giro como la Vuelta queden reducidas a solo dos semanas. Queremos que sean respetadas las carreras con su duración histórica".
Físicamente imposible
La condición física de los propios deportistas es otro de los grandes problemas para reiniciar la temporada en mitad del año. Más aún si debutaran, nada menos, que en el Tour. Preparar una carrera de tres semanas requiere de muchos meses de entrenamientos, concentraciones en altura y competiciones previas... y, ahora mismo, en vez de todo eso, tenemos a ciclistas haciendo rodillo en casa. Llevan así más de un mes. Luis Ángel Maté, corredor del Cofidis, nos cuenta que "es muy difícil... es imposible, intentamos mantener la condición física haciendo ejercicio 'indoor' y cuidando la alimentación. No hay entrenamiento en altura, no hay carretera que al final es la base de nuestra preparación, pero nos adaptamos a esta situación lo mejor que podemos".
El responsable de entrenadores del equipo Movistar, Mikel Zabala, hace una valoración de lo que supone para los corredores una preparación tan precaria... sumada a la incertidumbre: “Estamos a la expectativa de saber cuáles serán las fechas definitivas y qué se va a poder correr. Algunos de nuestros ciclistas que viven en Alemania o EE.UU. pueden salir a entrenar en carretera estos días pero aquí no: aquí estamos trabajando con rodillos virtuales y la premisa es no machacarse en exceso, para poder guardar fuerzas al reinicio de la temporada".
Uno de los que sí se machaca es Omar Fraile, integrante de la "armada española" del conjunto Astana. Nos confiesa entre una media sonrisa (mientras monta en bici en el salón de casa) que "los rodillos inteligentes y las distintas plataformas (Bkool o Zwift) lo que hacen es que sea más entretenido, que el entrenamiento resulte más ameno. Está claro que es más difícil, que a todos nos gusta rodar en grupeta, en la carretera, pero ahora es época de estar en casa. Intentaremos llegar a la primera carrera lo mejor preparados posible. ¡Sea la que sea!".
Una nueva esperanza
En Francia, por culpa de la pandemia de coronavirus, ya han muerto 15.000 personas. Y es junto a Italia y España el país europeo con más casos de coronavirus: los países de Giro, Vuelta y Tour. Cancelar toda la temporada es un hecho que sobrevuela al pelotón estos días. Una decisión que no quiere tomar nadie: el motor del ciclismo es la publicidad y quien apriete el botón de "cancelar" será el responsable de pérdidas millonarias, la ruina para muchos como opina Perico: "el Tour es el gran evento mundial de este deporte y todo lo que no sea su celebración puede suponer una crisis económica realmente grande y que equipos profesionales desaparezcan".
“Maté: Ojalá sea el punto de inflexión este verano para salir de esta pesadilla“
"Tenemos que ser conscientes del momento histórico que estamos viviendo" dice Maté. El marbellí lleva 10 años corriendo en un conjunto francés y eso le hace entender mucho más que el idioma galo: "ojalá sea el punto de inflexión este verano para salir de esta pesadilla que estamos viviendo actualmente. Que correr el Tour represente la vuelta a la normalidad de la sociedad europea".
Levantar la bandera del Tour en 2020 supondría que se ha ganado la guerra al coronavirus. Un icónico desfile de la victoria frente al Arco del Triunfo. El final perfecto para esta película de terror. Pero todos sabemos lo que a los malos les cuesta morirse en las pelis de terror. Y no sabemos aún lo que falta para para que salgan los títulos de crédito.