Cuatro años de cárcel al expresidente del Racing Francisco Pernía por corrupción en una escuela de Brasil

• La sentencia le condena por un delito de apropiación indebida y otro de administración desleal
• La Audiencia de Cantabria condena también a sus socios Iñaki Urquijo y Juan Vergara

El expresidente del Racing Francisco Pernía, a su salida de un juzgado en 2015.

La Audiencia de Cantabria ha condenado a cuatro años de cárcel al expresidente del Racing de Santanderpor la gestión de la escuela de fútbol que el club cántabro creó en Brasil, así como a un año y seis meses a Iñaki Urquijo y Juan Vergara, los socios de la empresa que llevó a cabo ese proyecto.

En una sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, la Audiencia condena también a Pernía a indemnizar al Racing de Santander con 127.357,84 euros más intereses, y solidariamente junto a Urquijo y Vergara con otros 60.840 euros.

La Audiencia considera a Pernía autor de un delito de apropiación indebida y otro de administración desleal,  por el que también deberá pagar una multa de 3.600 euros, y a Vergara y Urquijo les condena por un delito de apropiación indebida, por lo que tendrán que abonar una multa de 840 euros cada uno, informa Efe.

Francisco Pernía fue presidente del Racing de Santander desde 2006 a 2011. El 28 de octubre de ese año presentó su dimisión en bloque junto al resto del consejo de administración, después de una etapa convulsa al frente del club cántabro, con un supuesto testaferro en forma de socio indio Ali Syed.

A partir de ahí empezó el periplo judicial de Pernía, llevado ante los tribunales por los pequeños accionistas del Racing, que le acusaron de los mismos delitos por los que se le condena este viernes pero acerca de su gestión en general.

Su sucesor Ángel Lavín, también estaba siendo juzgado y el año pasado fue condenado a tres años y medio de cárcel por administración desleal en primera instancia, aunque se encuentra recurrida. Los juicios a ambos fueron separados, quedando el de Pernía en la Audiencia y el de Lavín en el TSJC.

Lavín fue destituido en 2014 por la junta de accionistas del club tras otro polémico mandato. El club se fue ahogando económicamente y todo un histórico del fútbol español llegó a descender a Segunda B y estuvo amenazado de desaparecer.