Carlsen derrota a Nakamura en la final y se lleva el torneo que lleva su nombre
- El campeón mundial de ajedrez se lleva el torneo disputado por internet al vencer en la final por 2,5 a 1,5 puntos
- Coronavirus: última hora en directo | Mapa de España | Así evoluciona la curva en las CC.AA.
- Mapa mundial | ¿Qué es el coronavirus? | La situación en las UCIs | El balance en las residencias de España
El noruego Magnus Carlsen, campeón mundial de ajedrez, se alzó con el título en el torneo por internet que lleva su nombre al batir en la final, por 2,5 a 1,5 puntos, al estadounidense Hikaru Nakamura, número uno del mundo en partidas relámpago.
A juzgar por las características de los contendientes, era la final más probable del Magnus Carlsen Invitational, primer torneo de elite "on line", seguido masivamente por los aficionados en días de confinamiento en todo el mundo por la pandemia de COVID-19.
Carlsen y Nakamura, que ya se enfrentaron en la primera jornada del torneo (con victoria del primero en el desempate), volvieron a batirse en una final que se presentaba sin un claro favorito, después de los errores clamorosos cometidos por el campeón mundial tanto en la liguilla como en la semifinal contra Ding Liren.
Nakamura, líder al término de la primera fase, era tal vez el rival más complicado para Carlsen, al que ha derrotado una sola vez en ajedrez clásico (Bilbao, 2016) pero a quien ha infligido 19 derrotas en partidas relámpago (blitz).
Carlsen impartió al norteamericano una lección magistral en el primero de los cuatro asaltos, que empezó con la línea más común de la apertura inglesa. Los dos bandos jugaron con precisión en el medio juego, pero Carlsen fue más profundo en una partida muy técnica que desembocó en un final aparentemente simple.
El campeón mundial exhibió entonces su maestría para maniobrar lentamente, creando debilidades en el campo enemigo para someterlo a una muerte lenta que acabó en 84 movimientos.
Nakamura no daba su brazo a torcer
Nakamura regresó con ganas de pelea y en la segunda partida administró a Carlsen su misma medicina. En un gambito de dama rehusado, el estadounidense nunca cedió la iniciativa, presionando sobre la defensa activa del noruego, que entró en apuros de tiempo.
Con un minuto en el reloj, Carlsen sucumbió en un final de caballo y cinco peones por bando. Se rindió después de 57 jugadas y el marcador del encuentro recuperaba el empate.
Carlsen volvió a la carga con blancas en la tercera, abriendo con peón de dama. El campeón, en una lucha abierta, cambió dos piezas por una torre negra y dos peones de ventaja. El final, con torre y alfil blancos frente a la pareja de caballos y un alfil negro daba ventaja a Carlsen, que liquidó la contienda asestando golpes certeros sobre un rival que se había quedado sin tiempo para pensar.
Nakamura, de padre japonés y madre estadounidense, tenía que jugársela con blancas en la cuarta para forzar un desempate a partidas relámpago (5 minutos por jugador, más 3 segundos de incremento por jugada) en el que su condición de número uno mundial a este ritmo le autorizaba a sentirse favorito.
En una semieslava, Nakamura se dio de bruces frente a la mejor versión de Carlsen, que, a diferencia de las frivolidades que se permitió en encuentros anteriores, jugó muy sólido para asegurarse, al menos, las tablas y el consiguiente premio de 70.000 dólares.
Sin mucha convicción -su rostro lo denotaba- el norteamericano emprendió un ataque de compromiso. Carlsen, después de reflexionar casi 5 minutos, entró en una línea con peón de menos que revitalizó a su adversario, pero fue un espejismo. Negando con la cabeza, Nakamura reconoció que el fortín de su adversario era inexpugnable.
Las tablas en 57 movimientos le concedieron a Magnus Carlsen la victoria final en su torneo.