José Herrada, sus más de dos meses de confinamiento y el volver a pedalear libremente
- El ciclista conquense del Cofidis vuelve a la carretera tras verse obligado a hacer cuarentena en Abu Dabi y en España
- "No pensemos que esto ha pasado ya, queda mucho que recorrer para recuperar la normalidad"
Cuando el pasado 4 de mayo miles de deportistas profesionales españoles pudieron por fin salir de sus casas para poder entrenar al aire libre se produjo una liberación —no solo física sino también mental— inédita para unos cuerpos acostumbrados a ejercitarse desde prácticamente la niñez.
Esa sensación fue especial para dos hermanos, los ciclistas José y Jesús Herrada, que pudieron salir a rodar con su bicicleta por las carreteras circundantes a su Mota del Cuervo (Cuenca) natal después de 60 días encerrados.
La cuarentena a la que se vieron obligados todos los españoles tras la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno por culpa de la Covid-19 significó para la gran mayoría un shock difícil de asimilar que conllevó desde trastornos físicos a psicológicos pasando por irremediables alteraciones del sueño.
Para los Herrada fue una de las etapas más llevaderas de entre todas las muchas que han disputado en su vida ya que venían de estar confinados durante más de 10 días en un hotel de Abu Dabi como consecuencia de la suspensión de Tour de los Emiratos, el pasado 27 de febrero.
“Aquí en casa sí que duermo bien. Allí en Abu Dabi había noches que dormías mejor y otras peor porque no parabas de darle vueltas a la cabeza al estar lejos de casa, de la familia”, confiesa José, el mayor de los dos ciclistas Herrada.
Los dos españoles permanecieron junto a sus compañeros del equipo World Tour Cofidis recluidos sin poder salir del hotel y eso que no se encontraban entre los casos de positivo por Covid-19 que se detectaron entre el personal que participaba en la disputa de la carrera.
“Lo malo de Abu Dabi fue la incertidumbre de que no tener información, nadie nos decía nada. El día que se canceló la carrera nos encerraron a todos en el hotel y por la noche varios equipos pasamos test. Nosotros dimos todos negativo pero al día siguiente veíamos cómo algunos equipos hacían las maletas y otros no. Nadie explicaba por qué unos se iban y por qué otros nos quedábamos”, explica.
“Cuando la mayoría de equipos se fueron, nos aislaron en nuestra planta y en nuestras habitaciones. No te quedaba otra que ver películas porque el poco ejercicio que podías hacer era en la habitación. Nos dejaron unos rodillos los últimos dos días nada más”, añade.
Esta situación insólita llevó incluso a los directivos del equipo francés a plantear una huelga de hambre para requerir la liberación de sus corredores. Esa ‘excarcelación’ tuvo lugar el domingo 8 de marzo, cuando los ciclistas del Cofidis y de los otros equipos retenidos —siempre y cuando no hubieran dado positivo en el test de la Covid-19— pudieron tomar un vuelo con destino a Europa.
Cuando aterrizaron en el viejo continente la situación en Italia era alarmante y fue un preámbulo de lo que se viviría en España unos días más tarde. Herrada iba a tener que vivir otro período de cuarentena confinado, pero ahora estaba en Cuenca, en su Mota del Cuervo, y junto a su mujer e hijos pequeños.
"Tenemos que ser optimistas y estar preparados para todo"
Las consecuencias que la pandemia Covid-19 puede acabar teniendo para el ciclismo están todavía por ver. Lo que ya ha conseguido seguro la bacteria es alterar por completo el calendario previsto y dejar en el aire la consecución de las carreras más importantes del mundo, entre ellas, las tres grandes vueltas por etapas (Tour, Vuelta y Giro).
“Yo, sinceramente, claro no lo veo. Es complicado que arranquen las carreras pero hay que ser optimista y estar preparado para lo que pueda venir. Lo más importante ahora mismo es arrancar en cuanto se pueda. Tenemos que intentar correr cuanto antes, en condiciones de seguridad, sea la fecha que sea”, afirma.
Ante una posible situación similar a la vivida, una nueva suspensión en mitad de una prueba, Herrada “no sabría decir si la palabra miedo es la más adecuada”. “Los pruebas están planteadas a partir de agosto por lo que veremos cómo estamos en ese momento. No sería lo correcto correr de cualquier manera, sería un riesgo innecesario”, expresa.
Y es que la cancelación de carreras como el Tour de Francia podría dañar de manera irreversible al ciclismo. “La crisis está afectando ya. Hay equipos que han reducido salarios y los sponsors si no hay carreras, si no hay ingresos, no patrocinan. Nosotros por suerte tenemos un patrocinador bastante entero que está cumpliendo, el problema sería si no hay carreras. Peligraría todo el pelotón”, asevera.
“Que no pensemos que esto ha pasado ya porque queda bastante por delante. Mucho camino por delante para volver a la normalidad que teníamos antes”, concluye.