Del tikitaka de Guardiola al rock'n'roll de Klopp... ¿Cómo ha cambiado el fútbol en 10 años?
- El estilo del Barça impregnó a la selección española, dominó el mundo y era el ejemplo a imitar
- Diez años después, el aplastante triunfo del Liverpool en la Premier ante el City de Pep vislumbra un nuevo orden mundial
Año 2010 - Barça de Guardiola
El Barcelona del sextete, dirigido por Pep Guardiola, volvía a ganar la Liga y caía incomprensiblemente en semifinales de Champions ante el Inter de Milán de José Mourinho. Con siete jugadores en la convocatoria de ese equipo y cinco fijos en el once, España se proclamaba por primera vez campeona del mundo en Sudáfrica. Dos centrales, Piqué y Puyol, un mediocentro posicional, Sergio Busquets, y dos interiores, Xavi e Iniesta.
[Especial: Cuando fuimos campeones del mundo
Sacar el balón jugado desde el portero, mediocentro insertado entre centrales con los laterales largos e ir ganando terreno poco a poco hasta encerrar al rival en su área. Posesiones largas hasta encontrar la fisura y una presión tras pérdida que te devolvía el balón tan rápido que los oponentes se hartaban de correr tras él. El 'tikitaka' era alabado y tratado de imitar.
Año 2020 - Liverpool de Klopp
El Liverpool del alemán Jurgen Klopp ha alcanzado las dos últimas finales de Champions, ganando la de 2019, y ha pasado por encima del Manchester City de Pep Guardiola en la Premier League, con 23 puntos de ventaja cantó el alirón a falta de siete jornadas, récord de precocidad en la liga inglesa.
El estilo es frenético, la línea menos trascendente es el centro del campo, la más importante en el antes mencionado. Las transiciones vertiginosas se mezclan con el juego posicional y la presión alta con la media e incluso se siente cómodo encerrado en su área. Un dominio sorprendente de casi todas las facetas del juego con el contraataque y la presión incansable como señas más claras de identidad. El rock'n'roll de Klopp es el nuevo 'tikitaka'.
¿Cómo ha cambiado el fútbol en estos diez años?
Como si de una brecha en Matrix se tratase, el Barça de Pep Guardiola parecía haber conseguido la manera de ganar siempre, tener en casi todo momento el balón. "Cuando tú tienes el balón, el rival no lo tiene", la sencilla frase de Johan Cruyff que el más aventajado de sus discípulos elevó a filosofía.
Los equipos comenzaron enfrentándose a ese estilo con un repliegue intensivo, como el Inter de Mourinho con el doble lateral, y balones largos a la espalda de los centrales cuando superan el mediocampo para evitar la presión tras pérdida. Los jugadores marcan una filosofía de juego: cuando tienes a Xavi y a Iniesta encuentras el pase que rompe líneas y con Puyol y Piqué (en su mejor momento) no temes los balones a la espalda.
Cuando los técnicos más atrevidos osaban a optar por una presión adelantada, sus jugadores acababan hartos de perseguir sombras. La solución fue combinar ambas y esperar a que los años pasaran factura a esa maravillosa generación de futbolistas.
Ahora, el estilo que domina es mixto. La mayoría de equipos son capaces de mantener el balón y saben desarrollar una presión alta, cada vez están más preparados tácticamente. Hay que asumir que en fases de los partidos habrá dificultades que hay que solventar. Por lo tanto, hay que sentirse cómodo en distintas alturas de presión y con el balón en tu poder, manejar el contraataque y el juego de posesión.
Klopp ha sabido sacar el máximo de sus jugadores, ha fichado bien en posiciones clave (Alisson y Van Dick), ha confiado en un chico de la casa (Arnold) y un fichaje silencioso (Robertson) y los ha convertido en los mejores laterales del mundo. Wijnaldum personifica los centrocampistas que quiere, 'todocampistas' con sacrificio y mucha llegada.
Arriba, Firmino es el Benzemá que hace mejores a Salah y Mané. Hasta en las ventas ha acertado el extrovertido alemán, dejó marchar a cambio de una cuantiosa suma a Coutinho cuando el senegalés estaba preparado para asumir su rol.
El fútbol en diez años ha pasado de encumbrar, elogiar, admirar y tratar de imitar el estilo del Barça de Pep que contagió a la selección de Del Bosque y tuvo su continuidad en la Alemania de Joachim Low. Ahora, el mundo alaba al Liverpool de Klopp y su rock'n'roll frenético.