Los herederos de 'los bajitos': ¿tiene España sucesores de Xavi e Iniesta?
- Isco, Thiago y Koke fueron llamados para dar el relevo, pero ahora la 'generación Luis Enrique' empieza a abrirse paso
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Durante más de un lustro, la selección española de fútbol dominó, mediante la posesión y el juego combinativo, el panorama futbolístico mundial. Iniesta, Xavi, XaviSilva a nivel internacional.
Selecciones como la italiana o la alemana copiaron y mejoraron, algunas con más suerte que otras, el modelo concebido por Luis Aragonés y desarrollado por Del Bosque, aunque la propia España encalló en el origen. Sus dirigentes deportivos no intuyeron el ocaso de la edad de oro y acaeció el fracaso del Mundial 2014 La Selección, herida en el orgullo, buscó en las categorías inferiores dignos herederos de ‘los bajitos’ para corregir una inercia que había tocado fondo en Brasil. Isco Alarcón y Thiago Alcántara fueron los señalados para capitanear una nueva era basada en el mismo modelo de juego de antaño.
Isco (38 partidos | 12 goles)
El malagueño era ese centrocampista de nueva generación capaz de marcar el ritmo de los encuentros y de incidir en tres cuartos, como el mejor mediapunta. En España, al igual que en el Madrid. Para el recuerdo de los aficionados queda aquel partido ante Italia en el Bernabéu, donde actuó como ‘falso nueve’, anotó dos tantos (uno tras extraordinario golpeo de falta) y encarriló la clasificación para Rusia 2018.
Thiago Alcántara (37 partidos | 2 goles)
El habilidoso jugador del Bayer de Múnich se presentó en el fútbol internacional como ‘MVP’ (y segundo máximo artillero) en el Europeo Sub-21 del año 2013. Fichó por el conjunto bávaro, tras la marcha de Guardiola de ‘Can Baça’ para sobresalir como uno de los cabecillas del proyecto y ordenarse como ‘el nuevo Xavi’, pero con sangre carioca. Sin embargo, las lesiones, sobre todo en las rodillas, recortaron una progresión que parecía no tener techo.
Koke (44 partidos)
Con solo 28 años, el capitán del Atlético de Madrid ya ha vivido dos mundiales (2014 y 2018). Fue el único miembro de esta nueva hornada que experimentó la decepción en Brasil, tiempo en el que ya se había convertido en una pieza importante en el esquema del ‘Cholo’ Simeone. En Rusia, fue titular junto a Busquets en los dos encuentros de mayor calado (debut ante Portugal y en los octavos, contra los anfitriones) y quizás le pesaron los deficientes resultados. La savia nueva ha taponado su trayectoria en la ‘Roja’.
Morata (33 partidos | 17 goles)
Si sustituir a Xavi e Iniesta es una empresa difícil de gestionar, heredar el puesto de Torres y Villa está al mismo nivel. El madrileño ya es uno de los máximos artilleros históricos de España (14º) y mira el Top 10 con ambición. Esta temporada ha encontrado, tras varios años de gira por Europa, la titularidad en el Atlético y, sobre todo, su mejor versión. El ‘9’ de la Selección invita a pensar que estará varios años sobre sus hombros.
Saúl Ñíguez (19 partidos | 3 goles)
El ilicitano es la bisagra que une a las dos España: la del toque y la del control con ida y vuelta. Tiene apenas 25 años y es esto un veterano, gracias a las trincheras de Simeone. Su polivalencia y derroche físico hizo que se convirtiera en un fijo con la llegada de Luis Enrique al mando de la Luis EnriqueSelección. Mucho futuro en este nuevo equipo.
Asensio (24 partidos | 1 gol)
Con Julen Lopetegui (tanto en España como en el Madrid) gozó de minutos. Venía de ofrecer destellos bajo la batuta de Zidane y se le prometía un futuro brillante. Los altibajos blancos durante el curso 2018/2019 y su lesión de rodilla en los albores de esta campaña han frenado su progresión. Es joven y todavía se le espera. El talento se le cae de los bolsillos.
La 'generación Luis Enrique’
Los nuevos futbolistas otorgaron a España aires renovados, pero solo en las fases de clasificación. La Selección de Del Bosque y posteriormente de Lopetequi e Hierro chocó con el muro de octavos en la Eurocopa 2016 y en el Mundial de 2018. La cita por la estrella en Rusia provocó que el combinado nacional muriera en base de su propio invento. Había posesión, sí, pero la profundidad brillaba por su ausencia y la preponderancia del físico había vuelto a ser determinante.
Era necesaria una nueva revolución y Luis Enrique y Robert Moreno la llevaron a cabo. España tenía toque, pero carecía de ida y vuelta. Fabián, Rodri u Oyarzábal iban a ser las bombonas de oxígeno de un conjunto que todavía guarda rescoldos de Sudáfrica. Eso sí, sin olvidar los nuevos talentos que comienzan a irrumpir en Primera División.
Rodri (11 partidos)
Un año bajo el manto de Simeone le bastó para captar la atención de Guardiola. En el City se ha hecho amo del centro del campo y, con un Busquets en la parte final de su carrera, está llamado a ser el nuevo pivote sobre el que circule el fútbol de la Selección.
Dani Ceballos (9 partidos | 1 gol)
El mejor jugador del Europeo Sub-21 del 2017 explotó en Primera División con el Betis y saltó al Madrid, donde no encontró oportunidades. Ahora, vive a las órdenes de Arteta en el Arsenal, donde comenzó con buen pie, aunque las lesiones han hecho mella en su año. De todos modos, Luis Enrique siempre le ha depositado confianza, con minutos o sin ellos en su club.
Fabián (6 partidos | 1 gol)
Caso parecido al de Ceballos: ‘MVP’ del Europeo Sub 21 de 2019, explotó con el Betis y se marchó a un grande, en este caso el Nápoles. En tierras italianas ha ido moldeando su juego y se ha convertido en una de las perlas jóvenes del continente. Trabajo, calidad y un excelente golpeo a puerta son sus alicientes
Oyarzabal (7 partidos | 2 goles)
Con tan solo 23 años es el capitán de la Real Sociedad y poco a poco se está ganando un hueco en las convocatorias. Su físico y su polivalencia para desarrollar un papel notable en todos los frentes del ataque le disponen como uno de los arietes nacionales para la próxima década.
Ansu Fati (Sin debutar)
La perla de la cantera del Barcelona ya llama a las puertas de la Selección y todavía no es mayor de edad. En el equipo de Setién conserva un puesto de peso en la rotación y con su desborde en banda podría aportar una vertiente diferente al fútbol tradicional de España. Puede ser esa chispa que ayude a desatascar los partidos.