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Juegos Olímpicos

Siete preguntas sobre los Juegos de Tokio a un año de su nueva fecha

  • La evolución de la pandemia genera más dudas que certezas sobre la cita olímpica
  • Un repaso de las cuestiones más sensibles para los organizadores, deportistas y ciudadanos

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Falta justo un año para los Juegos de Tokio

La pandemia del coronavirus, que ha provocado la suspensión de miles y miles de acontecimientos en todo el mundo desde hace unos meses, obligó también al aplazamiento a 2021 que viene de los Juegos Olímpicos de Tokio, cuya nueva inauguración está prevista para dentro un año exacto.

No obstante, todavía se tienen muy pocas certezas sobre cómo será la mayor cita deportiva que, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, no se celebrará cuatro años después de que se apagara la llama olímpica en la anterior ciudad anfitriona.

Estas son las principales dudas que se ciernen sobre Tokio 2020+1:

¿Se celebrarán?

La evolución de la crisis sanitaria determinará seguramente la respuesta a la gran pregunta. El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, resumía el estado de la cuestión esta misma semana: "Nadie sabe cómo será el mundo en julio de 2021. Nos estamos preparando para múltiples escenarios, siempre con la preocupación por la salud de los participantes como prioridad absoluta". Por su parte, el comité organizador prevé hacer a partir de septiembre una planificación a gran escala de las medidas de contención de la COVID-19.

Después del aplazamiento decidido en marzo, los organizadores enseguida reprogramaron los Juegos a las mismas fechas del 2021, es decir, que la inauguración tendrá lugar el viernes de la tercera semana de julio y durarán 16 días, aunque la competición de algunos deportes empezarán dos jornadas antes. Es decir, será entre el 23 de julio y el 8 de agosto y con los mismos horarios que iban a tener este verano. Y los Paralímpicos, entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre de 2021.

No parece viable ningún otro aplazamiento, tal y como señaló en el programa Objetivo Tokio de Teledeporte el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. En caso de que no se pueda celebrar, probablemente tendrían que cancelarse y el turno pasaría a París 2024.

¿Será en las mismas instalaciones?

El comité organizador aseguró la semana pasada que todas las sedes que iban a acoger los Juegos en 2020 podrán emplearse también en 2021, incluida la Villa Olímpica y los centros de prensa y de radiotelevisión. Este era un gran reto toda vez que muchas de esas infraestructuras ya estaban comprometidas para otros fines el año que viene, empezando por los apartamentos de los atletas, que debían ser entregados a sus nuevos propietarios tras la competición.

Con todo, el director ejecutivo de Tokio 2020, Toshiro Muto, indicó que en los próximos meses habrá que "coordinar y ajustar" asuntos relevantes relativos, entre otras cosas, al alojamiento.

¿Quiénes podrán competir?

El número de participantes por prueba no ha cambiado. En total, está previsto que compitan unos 11.000 atletas. Los que ya hubieran conseguido la clasificación para 2020, mantendrán su billete para el año que viene. "Eso es así porque seguirán siendo los Juegos de la XXXII Olimpiada", dijo Thomas Bach.

Hasta el aplazamiento se habían repartido el 57% de las plazas totales y solo estaba cerrada la clasificación en ciclismo (en las modalidades de pista y carretera), hípica, hockey y sóftbol, con la definición de los componentes de los equipos en manos de cada país. En los demás deportes están aún en juego casi 5.000 plazas.

Hace unos días, el COI aprobó los nuevos sistemas de clasificación con "ajustes importantes" en atletismo, ciclismo, halterofilia, baloncesto y judo y con la confirmación de que el torneo masculino de fútbol será sub-24, en lugar de sub-23, para que puedan participar todos los jugadores que iban a hacerlo ahora a pesar de que se pasen por un año del anterior límite. A la inversa, también se beneficiarán los competidores de otras disciplinas donde se fija una edad mínima de participación y la cumplirán en este periodo.

Algunas federaciones han fijado fechas de las nuevas pruebas de clasificación, otras ya han tenido que hacer cambios sobre la reprogramación por la evolución de la pandemia y un tercer grupo se mantiene a la espera.

¿Habrá público?

Los responsables han sido muy evasivos sobre esta cuestión. Esperan que sí, pero si para entonces no hay una vacuna disponible para todo el mundo o un tratamiento eficaz, la celebración de actos multitudinarios es muy delicada. En términos generales, los organizadores hablan de un "formato simplificado" del acontecimiento, no solo en lo que a competición se refiere, ya que alrededor de los Juegos tienen lugar muchos otros actos.

De momento no han planteado públicamente la posibilidad que sí han puesto en práctica otras muchas entidades, como es la disputa a puerta cerrada de las competiciones.

En caso de que finalmente sí haya público y además no haya que reducir aforos, los organizadores han garantizado que las entradas ya vendidas serán válidas en 2021, pero también reembolsables desde el otoño próximo.

¿Qué coste tendrá el aplazamiento?

La cancelación, modificación o ampliación de contratos de sedes y contratistas va a tener un importante impacto en las cuentas de Tokio 2020 (que conserva esa denominación comercial a pesar del cambio de año). El COI dijo que "se tratará de reducir al máximo posible" y "sin que ello tenga impacto en la calidad de la competición". El responsable de la comisión de coordinación del organismo, John Coates, puso el énfasis en discernir "lo que es necesario y lo que (simplemente) estaría bien tener", pero no es imprescindible.

En abril, y a falta de estimaciones más precisas, el Comité reservó 850 millones de dólares (730 millones de euros) para sobrecostes derivados del aplazamiento.

Desde el comité organizador, Yoshiro Mori dijo que estos Juegos "serán diferentes a cualquier otro". "Hay que centrarse en la simplicidad. Todas las partes deben revisar sus objetivos", añadió, sin dar aún ninguna estimación de la parte que le corresponderá asumir a las adminitraciones japonesas.

Antes de que fueran pospuestos, los organizadores habían estimado que los Juegos costarían 12.600 millones de dólares (10.800 millones de euros), aunque una auditoría del gobierno indicó en diciembre que el costo real era de 28.000 millones (24.100 millones de euros), de los que todo salvo 5.600 millones de dólares (4.800 millones de euros) es dinero de los contribuyentes, informa la agencia AP.

¿Cómo están la ciudad y el país?

En términos de salud pública, Japón ha sido uno de los países donde el coronavirus ha tenido menos incidencia por una serie de factores, desde culturales hasta geográficos. Sin embargo, en los últimos días se han multiplicado los contagios y esta misma semana se han alcanzado los mil fallecidos diagnosticados con la COVID-19. En total se acerca a 30.000 contagios, de los que unos 10.000 en la capital, Tokio, donde viven casi 14 millones de personas.

Por ahora, el país tiene cerradas las fronteras incluso a los extranjeros con permiso de residencia permanente en el país (que tiene una de las políticas de inmigración más restrictivas del mundo). Solo este miércoles el primer ministro Shinzo Abe ha dicho que va van a considerar las condiciones para permitir la entrada de atletas y otras personas involucradas en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.

Por otra parte, una encuesta publicada el pasado fin de semana por la agencia Kyodo reveló que solo el 24% de los japoneses está a favor de que Tokio albergue el año que viene los Juegos.

Siete de cada diez japoneses, en contra de los Juegos

En este sentido cobra más importancia la reciente reelección de la gobernadora de la metrópoli, Yuriko Koike, "la única de los candidatos que había hecho de los Juegos uno de los focos de su política", según el mensaje de felicitación y alivio que difundió el presidente del comité organizador.

¿Y los deportistas?

Preocupados lógicamente por su preparación, la situación ha ido variando en función de la situación sanitaria y las limitaciones impuestas por las autoridades de cada territorio. Así, si en marzo o abril algunos competidores españoles se quejaban de que iban a tener menos meses de entrenamiento de cara a la cita tokiota, ahora ellos están ejercitándose con cierta normalidad mientras en otros países están confinados.

En estos momentos, en general en los países de Oceanía, Asia y Europa la competición está en marcha bajo estrictas medidas de seguridad, más o menos como en la mayoría de África. Por contra, en América hay muchas restricciones y en unos cuantos casos las federaciones nacionales o determinados comités olímpicos están enviando a sus mejores deportistas a los países que completaron la desescaladas, como los nadadores brasileños, que están instalándose en Portugal.