Iker Casillas, la leyenda de 'El Santo'
- El portero ha logrado 19 títulos con el Madrid, cuatro con el Oporto y dos Eurocopas y Mundial con España
- Precoz y talentoso, su carrera profesional ha estado muy marcada por Del Bosque y Mourinho en los banquillos
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La retirada de Iker Casillas, anunciada por el propio portero español, pone el punto a una carrera futbolística de dos décadas plagada de éxitos deportivos. Real Madrid, sobre todo, selección española y Oporto en su última etapa han sido sus escudos.
Casillas deja un palmarés de 19 títulos: 3 Copas de Europa, 3 Mundiales de Clubes, 2 Supercopas de Europa, 5 Ligas, 2 Copas del Rey y 4 Supercopas de España. En Portugal, con el Oporto, ha logrado 2 Ligas, 1 Copa y 1 Supercopa. Y ha sido internacional con España en 167 ocasiones con la que ha ganado un Mundial, dos Eurocopas y un Mundial sub-20.
En 1999 debutaba con el Real Madrid un joven portero de apenas 18 años llamado Iker Casillas. Era el 12 de septiembre en San Mamés, en partido de Liga con John Toshack de entrenador. El galés sería sustituido por Vicente del Bosque, uno de los hombres clave en su carrera.
El técnico salmantino fue el encargado de manejar, no sin altibajos, la juventud de una de las promesas del fútbol español, que ese mismo año se proclamaba campeón del mundo sub-20 con la selección.
Con Del Bosque, Iker fue el elegido para la final de la Champions de 2000 en París, la de la Octava. Campeón de Liga en la temporada siguiente, su puesto pareció peligrar en la 2001-2002 con César Sánchez disputándole la titularidad.
'El Santo' aparece en Glasgow
Así pasó en la final de la Champions de 2002, en Glasgow. Pero la lesión de Sánchez le dio una segunda oportunidad y sus paradas ante el Bayer Leverkusen resultaron a la postre tan decisivas como el gol de volea de Zidane para ganar la Novena. Ahí se gestó 'El Santo' o 'San Íker'.
Su trayectoria en el Madrid sufrió los mismos altibajos que el resto del equipo. Pero ya había comenzado a forjarse su leyenda en la selección española al mismo tiempo. Debutó en 2000, pero fue el Mundial de Corea y Japón de 2002 el que le afianzó en la portería. Recordada fue su tanda de penaltis ante Irlanda, aunque no tuvo la misma suerte en cuartos frente a Corea del Sur.
Pero el destino le reservaba otra tanda decisiva para volver a forjar su leyenda. Eran los cuartos de final de la Eurocopa 2008, frente a Italia. Sus paradas reverdecieron el mito y se convirtió en pieza clave del primero de los tres éxitos consecutivos de la Roja, entonces de la mano de Luis Aragonés.
Luego llegaría Del Bosque, otra vez, para convertir al ya capitán de la selección en indiscutible en la siguiente Eurocopa (2012). Aunque en medio quedó su Mundial 2010: tras empezar encajando críticas y verse en tela de juicio por motivos extradeportivos -su relación con la periodista Sara Carbonero- volvió a aparecer 'El Santo' para detener un penalti a Paraguay en cuartos y un mano a mano ante Robben en la final.
Con el beso a Carbonero en la zona mixta parecía ahuyentar fantasmas, pero no se imaginaba lo que iba a pasar en su otra casa. Ese mismo año el Madrid fichaba a José Mourinho para el banquillo blanco.
La pesadilla con Mourinho
Con el portugués tuvo una relación de amor-odio, según narran los periodistas que cubren la actualidad madridista. Salvo en la última temporada de 'Mou', que le discutió la titularidad en favor de Diego López, estuvo bajo los palos en la Copa de 2011 y la Liga posterior, dos de los únicos títulos del luso como técnico del Madrid.
Mourinho llevó la tensión para contrarrestar el dominio del Barça hasta el punto de que se hizo necesaria la mediación de Casillas con una llamada a su amigo Xavi Hernández para calmar las aguas revueltas. Eso le valió a ambos la consecución del Príncipe de Asturias de los Deportes en 2012; a la vez, la animadversión eterna del 'mourinhismo'.
La marcha de Mourinho y la llegada de Carlo Ancelotti no aliviaron su situación. Las acusaciones veladas del primero sobre filtraciones a la prensa le pusieron en la diana de parte de la afición. Su error en el gol de Godín en la final de la Champions 2014 en Lisboa no pasó inadvertido para dicho sector, a pesar de que luego lo arregló su amigo Sergio Ramos con el tanto que forzó la prórroga y la consecución de la Décima. También ganó la Copa, en un año 2014 en la que solo la Liga se le escapó a los blancos con 'Carletto'.
Había quedado marcado y su despedida entre lágrimas al verano siguiente supuso un adiós doloroso del club que había sido como su casa. El tiempo y la distancia desde Oporto le devolvieron algo de ese cariño perdido, que se reforzó con la noticia del susto tras su infarto y se deberá consolidar ahora en su despedida.