Nadal anula a Djokovic para lograr su 13º Roland Garros e igualar a Federer en Grand Slams
- El español se impone en la final parisina por 6-0, 6-2 y 7-5 en dos horas y 40 minutos
- Así hemos contado la final de Roland Garros entre Rafa Nadal y Novak Djokovic
Enlaces relacionados
Roland Garros solo puede tener un rey y ese es Rafa Nadal. El español ha batido a Novak Djokovic, vigente número uno mundial, por 6-0, 6-2 y 7-5 en dos horas y 45 minutos. Es el 13º título en París para el balear y supone igualar a Roger Federer con 20 Grand Slams.
Un Djokovic casi invicto en este 2020 -solo había perdido el partido del US Open contra Carreño, y por descalificación- parecía más favorito que el rey de París.
Pero han pesado más los títulos y las 17-7 victorias de Nadal en tierra batida que las 29-26 de 'Nole' en el global y su racha actual. Da igual qué versión de Djokovic se vea en la temporada, incluso en la agobiante de 2011 encontró refugio Rafa en su Roland Garros.
Más que el serbio, la cara de la tarde debió ser la de un croata: Goran Ivanisevic. El entrenador se pavoneaba en la previa de que su pupilo lo tenía prácticamente hecho y descartaba las opciones de Nadal. Error.
Segundo 'rosco' de Rafa en sus duelos particulares
Djokovic no empezó sintiéndose cómodo. El serbio cedió el saque en el primer juego del partido, abusando de las dejadas para tratar de romper el ritmo de Rafa, que no mordió el anzuelo.
El techo cubierto de la Philippe Chatrier por la lluvia se suponía que iba a favorecer a 'Nole', porque asemejaría más el bote de la pelota a una pista rápida, pero se le vio desdibujado.
Después de 55 partidos juntos, Nadal no se quiso confiar y se fue a matar aprovechando el bajon de su rival. Salvando tres bolas de rotura en el cuarto juego, el balear mató el intento de reacción de 'Nole' y puso la directa en el set.
Volvió a romperle por tercera vez para ponerse 5-0 y saque para ganar la manga. Ahí se vio uno de los cambios de Rafa respecto a los anteriores partidos contra Djokovic. No quiso dejarse llevar cuando se vio con dos ventajas consolidadas y fue a por el serbio para no permitirle reaccionar.
Casi sin fisuras, sin cometer errores no forzados, 6-0 en 48 minutos; un 'rosco' como el de la final de Roma del año pasado. Los dos únicos en la historia de sus duelos particulares.
Maquillaje en el marcador, no en el juego
Tuvo que levantar otras tres pelotas de rotura Djokovic para ganar su primer juego. Señal de que nunca se le debe dar por muerto, de que lo logrado en el set anterior por Rafa fue fruto de tener que jugar un tenis al límite de la perfección.
A la tercera ocasión en el siguiente juego de saque sí que lo logró Nadal, a base de agotamiento físico y emocional de su oponente. Djokovic resoplaba en la silla tras el 2-1. Con una doble falta y una bola rebotada en la red, el número uno del mundo entregaba el siguiente 'break' y tal vez el set.
El serbio pudo ganar un juego más con su saque. Pero si el resultado era mejor que en el set anterior, las sensaciones que dejaba su juego sobre la pista eran más endebles.
La reacción de 'Nole' llega tarde
Solo hubo cuatro remontadas en finales de Roland Garros en la 'era Open'. Djokovic nunca lo había logrado frente a Nadal. Tuvo que esperar más de dos horas en esta final para lograr ir por delante en el marcador y celebrar su primer 'break' para anular otro anterior de Rafa (4-3)
No se le puede reprochar al balcánico falta de pundonor -tal vez sí de fe-, pero a cada intento de aflojar las tuercas llegaba Nadal con una llave inglesa en forma de raqueta. Y si hacía falta hacer de juez de silla, lo hacía.
Así llegó el séptimo 'break' para ponerse 6-5 y saque: enmendó una decisión del principal y supuso doble falta de 'Nole' que no se creía lo que estaba viendo. Y es que París solo puede tener un rey, el que ha ganado cuatro veces Roland Garros sin ceder un set y ha alcanzado las 100 victorias.