Damián Quintero: "Por mi cabeza sólo pasa ganar el oro"
- El karateka malagueño asegura que “la presión la tiene mi gran rival, Ryo Kiyuna porque está en su casa”
- Quintero reconoce que “es un tremendo error” que el kárate no sea disciplina olímpica en París 2024
Damián Quintero (Buenos Aires, 1984) es sinónimo de éxito. Desde los siete años, que comenzó su andadura en el mundo del Karate, en un pequeño gimnasio de Torremolinos (Málaga), no ha parado de cosechar grandes alegrías para este deporte. Diecisiete años sin bajar del podio en un Campeonato de Europa, con diez oros a sus espaldas. Es número 1 en la clasificación mundial de Kata y bicampeón del mundo.
Es difícil ser profeta en tu tierra, pero el pasado fin de semana en la Liga Nacional -celebrada en Málaga- volviste a demostrar que, de momento, no tienes rival.
La verdad que así es. Un buen torneo de la Liga Nacional que, después de toda esta pandemia, me permitió, en este caso, rodar un poco y ver realmente cómo nos sentimos en competición. Me hizo mucha ilusión porque son muchos años que vengo compitiendo y muy poco había competido por España y más en mi tierra, en Málaga. La lástima es que no estaba ante mi público malagueño.
Victorias nacionales que respaldan el buen trabajo que estás realizando camino al objetivo principal: Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Sí, allá por enero, empezó la temporada bastante bien, tuvimos tres competiciones internacionales, que realmente es lo que me da a mí un buen feedback de cómo me encuentro porque ahí me enfrento a los rivales que tendré en los Juegos Olímpicos. A partir de marzo, con la Covid-19, se canceló absolutamente todo a nivel internacional y lo único que pudimos hacer es algo a nivel nacional a final de año. Fue una prueba que tuve en octubre y esta pasada semana. Aunque los resultados acompañen, realmente lo que me fijo más es en el nivel que yo rindo encima del tatami para ver de cara a la temporada que viene -en el caso de que haya pruebas internacionales- a ver cómo me encuentro.
¿Cuáles son las siguientes pruebas previstas antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020?
Tenemos un calendario provisional de la Federación Internacional, en la cual hay varios torneos del circuito mundial, como Lisboa, Rabat, etc, antes de verano. En mayo sería el Campeonato de Europa y allá por junio hay un preolímpico, pero en ese yo no compito porque tengo la plaza asegurada para los Juegos Olímpicos y no se me permite competir, que será en París. Yo espero que sean grandes test para foguearme y ver las distintas estrategias que puedo llevar de cara a los Juegos Olímpicos y en agosto cuando me toque competir en el gran evento esté en condiciones óptimas.
Llegar a ser número 1 del mundo no es fácil en cualquier deporte, pero creo que es más difícil mantenerse. ¿Llegas a Tokio 2020 con presión sabiendo que no puedes fallar?
Realmente no porque no lo veo así. Es cierto que es mucho más difícil mantenerse, sobre todo, durante tantísimos años, creo que son dieciocho años los que estoy en el equipo nacional. Obviamente ha habido años mejores, pero los últimos están siendo brutales. Lo difícil es mantenerse ahí arriba, pero creo que la presión la tiene, en este caso, mi gran rival que es Ryo Kiyuna porque también es uno de los favoritos y, por supuesto, está en su casa. A veces, parece ser que, al estar en casa, es terreno conocido y muchas veces es mejor. Hay también gente que es todo lo contrario. No le gusta competir en su país. La presión la tiene él encima. Al final, el trabajo que hemos hecho durante tantísimos años -porque preparar unos Juegos Olímpicos no son tres meses, sino varios años-, tienen que salir en ese tatami de Tokio. Yo simplemente lo que tengo que hacer es estar tranquilo y disfrutar con la convicción de haber hecho un gran trabajo durante todo este tiempo.
¿No lograr el oro olímpico sería un fracaso para ti?
Yo creo que no. Al final, por supuesto, voy a ir a luchar por el oro olímpico, pero una medalla olímpica de cualquier color sería un excelente resultado porque si nos ponemos a contar cuántos deportistas a nivel mundial de todos los deportes tiene una medalla olímpica, pues creo, que son muy pocos en comparación con la población. Cualquier metal me valdría, pero como soy inconformista en este sentido, solo por mi cabeza pasa el oro y hay que luchar por él.
Una pena que en Tokio 2020 no haya competición de kata por equipos, donde España es una potencia mundial.
Sí, ya cuando se nos dijo que el kárate pasaba a ser disciplina olímpica para Tokio y salieron las modalidades, pues fue una pena porque yo he estado durante 12 años dentro del equipo nacional compitiendo en esa modalidad de equipos y hemos obtenido grandísimos resultados. El equipo, que funciona tanto masculino como femenino, está muy bien posicionado a nivel europeo y mundial. No te digo yo que habría una medalla asegurada ahí, pero al final lo que pasa con el comité olímpico internacional y los Juegos Olímpicos está relacionado con el número de deportistas que pueden participar y, en este caso, en kárate se tenía que reducir, al igual que se hizo en kumité, la otra modalidad en combate que se redujo peso.
Para la gente que no conozca bien esta disciplina, hay dos modalidades: kata y kumité. ¿Puedes explicarme las diferencias entre ambas?
El kumité es un combate en sí, es mucho más visible, uno contra otro, en el cual gana el que más puntos tenga dependiendo las técnicas que se hagan, tanto de puño como de pierna. Valen distintos puntos. Se gana por diferencia de ocho o por el que tenga más puntos una vez se haya agotado el tiempo. La modalidad de kata, la que yo practico, el significado directamente del japonés sería como formas. Nosotros realizamos unos ejercicios, que son los katas, que tienen sus técnicas y, previamente, establecidas. Tienen sus nombres, por eso, cuando vamos a competir, tenemos que decir el nombre de kata que realizamos para que el juez sepa qué kata vamos a realizar. Dentro de los katas, hay distintas líneas de ataque y defensa, de técnicas de puño, de pierna, de mano abierta, en las cuales no se nos ve pegarle solo al aire -como dice o maldice mucha gente-, sino lo que nosotros estamos realizando es un ejercicio que tiene su aplicación como si fuera un combate real, pero en este caso, imaginario.
¿Crees que en la modalidad de kata la psicología es fundamental? Es decir, ¿el aspecto psicológico qué papel juega para ganar un combate?
A los niveles que nos movemos, si estamos hablando de Top-1, Top-2 mundial, creo que sí. La cabeza, al final, es un alto porcentaje en que ganes el oro o la plata. En una final de campeonato del mundo o de Juegos Olímpicos, todos son buenos, tienen un gran nivel técnico o atlético, entonces, la diferencia radica en la cabeza: en esa psicología, en ese saber estar, en esa confianza que tengas tú mismo, en saber manejar esa situación y controlar todos los factores externos que te pueden desestabilizar. En ese momento, estás tan concentrado, que no te das cuenta y es la diferencia que radica entre uno u otro.
¿El respeto y la humildad son los valores fundamentales en el kárate?
Sí, en general, en cualquier deporte, tiene muchos valores, estamos constantemente hablando de los valores del deporte, pero sí es verdad, que dentro del kárate, el respeto y la humildad son los valores más arraigados porque, si te das cuenta, cada vez que nos enfrentamos a un rival, lo saludamos y cada vez que terminamos -hayamos ganado o perdido- lo saludamos de la misma manera, al igual que los jueces. Creo que esa marcialidad que tiene el deporte del kárate, que viene de un arte marcial, es lo que se nos inculca: el respeto al adversario porque estamos hablando que antiguamente no había competiciones. Cuando se iba a luchar era vida o muerte. Ellos igualmente se saludaban y fallecía una persona por cuestiones de la guerra, pero en este caso, en la competición es el respeto y la humildad que tenemos a nuestro contrincante, hayamos ganado o perdido.
El kárate es un deporte que ha ido a la alza en licencias. Esta disciplina consiguió la plaza olímpica en Tokio por primera vez, pero la pierde en los Juegos Olímpicos de París 2024. La alegría ha durado poco.
La verdad que sí. No hemos debutado y ya nos han sacado del programa olímpico. Estamos un poco, ya no en shock porque se veía venir, hace meses que sabíamos que no estábamos propuestos y podía ocurrir que se ratificara que el karate no iba a estar en París 2024. Es un tremendo error, no se ha evaluado el Kárate. No hay ningún informe en el cual ponga que el kárate no puede ser deporte olímpico. Todo lo contrario. Nosotros cumplimos todos los requisitos que el comité olímpico internacional plantea para que tú seas una disciplina olímpica. Creo que deberían esperar, por lo menos, a nuestro debut en Tokio 2020 para ver cómo nos desenvolvemos como deporte olímpico y si el espectáculo es el que nosotros creemos que va a ser. Ya a raíz de ahí, tomar una decisión, pero no creo que se nos tenga que sacar sin respuesta alguna.
Si se gana el oro olímpico, prácticamente habrías ganado todo, ¿cuál sería tu siguiente reto?
El año que viene, después de los Juegos Olímpicos, tengo un campeonato del mundo en Dubai, que será por noviembre. Me imagino que sería cerrar el año así. Primero, el gran objetivo son los Juegos Olímpicos y las pruebas que hay antes me sirven de entrenamiento. El Mundial, por el rebufo que vamos de los Juegos Olímpicos, si gano el oro, entrenaré a tope para intentar quedar campeón del mundo. Después, ya veremos para 2022 qué nos depara el futuro. Lo que más pienso es en el oro en los Juegos Olímpicos.
¿Cuál es la edad límite para practicar kárate?
No hay edad límite para practicar kárate. Si tenemos que poner una edad límite, si tenemos que hablar de competición, pero es algo obvio, uno conforme va haciéndose mayor, va perdiendo elasticidad, fuerza, potencia, velocidad, son todas las actitudes que tienes que tener para poder realizar los katas o los combates. Como karateka, para practicar en cualquier gimnasio, no hay edad y puedes empezar desde los tres años y hasta los noventa cinco o los que dures.
Dicho de otro modo, Damián, ¿hasta cuándo crees estar compitiendo de manera profesional?
No lo sé realmente. Me planteo el 2021. A mi edad que llevo tantísimos años en el equipo nacional, son muchas competiciones, tienes que dejar muchas cosas de lado, por tanto, también quería retomar ciertos proyectos que tengo parados porque estoy full time para los Juegos Olímpicos. Lo primero que haré es terminar la temporada que viene y luego iremos año a año. No sé cuándo me vaya a retirar. Lo único que pasa por mi cabeza es entrenar y estar en plena forma.
¿Qué proyectos te gustaría retomar?
Al final soy ingeniero aeronáutico y tengo una vía de vuelta -porque ya estuve trabajando de ingeniero- para poder centrarme en la ingeniería, pero también soy un apasionado del deporte, por supuesto. Tengo un master en gestión deportiva. Quiero ver también un camino por ahí dentro del mundo del deporte. A lo mejor me gustaría trabajar en esto, y si es en el mio, mucho mejor. Creo que es muy importante la visión de un deportista en puestos, no siempre que sea como entrenador, sino en puestos directivos o de gestión, en los cuales muchas veces, tanto instituciones como federaciones, cojean un poco en el sentido de que no se presta tanta atención a la verdadera parte importante del mundo del deporte que son los deportistas. Tengo mucho que aportar en ese sentido e incluso tengo más que aportar que como entrenador porque también considero que porque tú hayas sido muy buen deportista en tu disciplina no quiere decir que seas un gran entrenador o vayas a poder entrenar a campeones del mundo.
En ese sentido, ¿prefieres estar entonces en puestos directivos más que en ser formador desde la base?
Si me das a elegir, yo creo que mi valor añadido viene más en puestos directivos, más de gestión. No descarto que pueda valer como entrenador, pero con los conocimientos y la formación que tengo, yo soy sincero y creo que valdría más para estar en otro puesto y ayudar, por supuesto, siempre pensando en el deportista, desde otro punto de vista que no sea, en mi caso, el tatami, el campo de fútbol o la pista de baloncesto, porque me veo más formado y capacitado para ello. Sí, mis resultados, obviamente, me avalan, puedo ser a lo mejor un gran motivador al lado de chicos o chicas compitiendo en un tatami, pero no me valdría a mí mismo como persona o me estaría engañando a mí mismo como persona si fuera solo un motivador y no pudiera entrenarlo un poco mejor para que sea él o ella mejores.
Aunque, de momento, ¿la ambición y la motivación van a perdurar en los próximos años?
Por supuesto que sí. No pienso en la retirada para nada, yo y todo el equipo tenemos un 2021 apasionante y después ya iremos viendo. Luego hay que ver qué ocurrirá con nuestro deporte. Salimos de ser disciplina olímpica para París 2024, el siguiente ciclo empezará en 2022. Aquí en España ya sabemos que la diferencia entre un deporte olímpico y no olímpico es muy grande en cuanto a ayudas económicas, repercusión mediática, a todas las subvenciones que pueda recibir una federación, etc. Entonces, todo ese apoyo que hemos tenido durante todo este ciclo olímpico que ha sido grandísimo y hemos sido capaces de forjar un gran equipo alrededor de todos los deportistas y estamos tan bien cuidados, pues esperemos que no se pierda de cara al siguiente ciclo, aunque no estemos dentro de él.