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Mundial de balonmano | Selección española

Los Hispanos afrontan el Mundial de Egipto con el reto de completar un ciclo histórico

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Los Hispanos aterrizan en el Mundial del coronavirus

La selección española de balonmano afronta el Mundial de Egipto, que comienza este miércoles, en el grupo de favoritos tras la conquista del Europeo hace un año por estas mismas fechas. Los Hispanos, dobles campeones del mundo (2005 y 2013), quieren completar un ciclo que sería histórico con los Juegos de Tokio en el horizonte.

El seleccionador español Jordi Ribera volverá a apostar por el mismo bloque que se alzó con su segundo oro continental consecutivo en Estocolmo, con la excepción del pivote Rubén Marchán, que sustituirá a Julen Aginagalde.

Después de la decepción que supuso la ausencia de Río 2016, el combinado español ha ido de menos a más y afronta en Egipto un reto que hasta ahora solo ha estado al alcance de la Francia de los 'Experts': enlazar Europeo y Mundial (2010-2011 y 2014-2015).

En ausencia de público, por el coronavirus, y también ausencia de preparación por la falta de partidos, el nivel de juego de los Hispanos es la gran duda. La actual EHF Cup ha otorgado sendos sinsabores ante Hungría y HungríaCroacia, aunque se trata de un torneo cuadrangular más de exhibición en el que España participa precisamente como campeona de Europa.

Aparte del mencionado cambio de Marchán por Aginagalde, Ribera sigue apostando por la generación que ha cosechado los éxitos recientes, un grupo de jugadores que ya tiene implantado el estilo.

La selección española basa su fortaleza en el colectivo y en la pista destaca por la riqueza de su elaborado juego combinativo, informa Efe. Serán los argumentos frente a los tres rivales del grupo: Brasil, Polonia y Túnez.

Brasil, una selección en auge

Empezarán ante Brasil, una selección que liderada en defensa por el barcelonista Thiagus Petrus y en ataque por el también azulgrana Haniel Langaro no ha dejado de crecer en los últimos años.

Así lo demuestra la más que meritoria novena plaza en la que el conjunto sudamericano concluyó el pasado Mundial de Alemania y Dinamarca, en el que Brasil dejó claro con sus victorias sobre potencias como Croacia y Serbia que está capacitada para medirse de tú a tú con los equipos europeos.

Si España no podrá permitirse ninguna distracción en su debut ante los brasileños, tampoco podrá relajarse lo más mínimo ante Polonia, un equipo que aunque sin alcanzar el nivel que le llevó a arrebatar al conjunto español el bronce en el Mundial de Catar 2015, posee argumentos suficientes para derrotar a cualquiera.

Al igual que Túnez, que con su aguerrida defensa y capacidad de lanzamiento exterior, ha logrado hacerse desde hace años un hueco entre la elite mundial.

Son rivales ante los que España tendrá que lograr obligatoriamente la victoria si quiere acceder con pleno de puntos a la segunda fase en la que los "Hispanos" se cruzarán con los tres primeros clasificados del grupo A, en el figuran las selecciones de Alemania, Hungría, Uruguay y Cabo Verde.

Es la llave que abrirá las puertas a unos cuartos de final en los que la selección española, si se cumplen los pronósticos, se enfrentaría con Noruega o Francia, dos de los máximos favoritos para alzarse con el título mundial.

Sander Sagosen, el líder de Noruega

Liderado por el central Sander Sagosen, para muchos el mejor jugador del mundo, el conjunto noruego posee todos los argumentos para alzarse, a la tercera, con el cetro mundial.

Máxime tras el retorno del pivote Bjarte Myrhol que se perdió por enfermedad el pasado Europeo, en el que Noruega fue "bronce", tras ceder un único partido ante Croacia en las semifinales tras dos prórrogas.

Francia se presenta con la ausencia destacada de Nikola Karabatic, que se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha el pasado mes de octubre y que dejará a Francia sin su líder tanto dentro como fuera de la pista.

Esta circunstancia obligará a la nueva generación de jugadores franceses encabezada por los barcelonistas Ludovic Fabregas y Dika Mem a dar un paso adelante en Egipto.

Es algo que no lograron en el pasado Europeo, en el que Francia quedó sorprendentemente apeada del torneo en la primera fase, tras sumar tan solo una victoria, ante Bosnia, en todo el torneo. Sin duda llegan a Egipto con ganas de quitarse la espina.