Los Chiefs de Patrick Mahomes defienden su trono frente a los Buccaneers de un renacido Tom Brady
- El equipo de Kansas City repite final tras proclamarse campeón en 2020 rompiendo su sequía
- A sus 43 años, Brady busca su séptimo anillo de campeón en su primer año lejos de los Patriots
La quincuagésima edición de la Super Bowl pasará a la historia. Sin haberse jugado aún, la afirmación no es errónea, puesto que la gran final de la liga estadounidense de fútbol americano (NFL) ya reúne en la previa datos que la convierten en histórica, empezando porque se disputará en mitad de la tercera ola de la pandemia de la COVID-19.
En la madrugada del 7 al 8 de febrero en Tampa (Florida) tendrá lugar el evento deportivo más seguido en todo el mundo, según arrojan las cifras cada año. En este 2021 las circunstancias pueden hacer que las cifras sean aún mayores. Como lo que ha pagado el cantante The Weeknd de su propio bolsillo para actuar en el cotizado espectáculo del intermedio.
En lo meramente deportivo, la expectación no ha desmerecido. Será un duelo entre el joven campeón y el viejo aspirante, Patrick Mahomes contra Tom Brady, Kansas City Chiefs contra Tampa Bay Buccaneers, que juegan en casa aunque con aforo reducido a 22.000 personas con distancia de seguridad.
Mahomes hizo de líder de los Chiefs en 2019, que remontaron a los favoritos de San Francisco 49ers para conseguir un título que se les resistía durante décadas.
Ahora los de Kansas no van de 'cenicientas', sino de favoritos ante los Buccaneers guiados por un Tom Brady en una eterna 'segunda juventud' que, en su caso, se ha alargado hasta los 43 años.
A buen seguro los Patriots de Nueva Inglaterra, a los que lideró hasta 2019 ganando la Super Bowl, se estarán preguntando por qué le dejaron marchar. Entonces creyeron que con 41 años y seis entorchados ya había cerrado el círculo; grave error.
'Creed contra Rocky'
Brady es como el veterano campeón, reconvertido a aspirante, un Apolo Creed que desafía al 'Rocky' Mahomes para recuperar su cinturón de los pesos pesados. Los 'quarterbacks' suelen ser los que atraen los focos, pero tras una gran temporada suele esconderse un gran equipo.
Hay cierto paralelismo con los Chiefs, sobre todo en comparación con 2020, puesto que los de Tampa buscan recuperar un título que se les resiste, en este caso 18 años: en 2003 se llevaron la Super Bowl ante Oakland Raiders.
En el caso de los vigentes campeones, Mahomes sigue teniendo a sus receptores Travis Kielce y Tyreek Hill para completar su juego de pase, unido a la efectividad del pateador Harrison Butkler.
En carrera tienen al novato Clyde Edwards-Helaire, aunque le supera el 'running back' de los Buccaneers Ronald Jones II tanto en carreras como en yardas completadas esta temporada, según las estadísticas de la NFL.
Otro de los puntos fuertes de Kansas es la defensa. La línea de los Chiefs supera hombre por hombre a los de Tampa en número de placajes. Aunque el baremo parece favorecer a los Buccaneers, que acumulan 59 'touchdowns' a favor por 42 en contra frente a los 57-44 de sus rivales de esta madrugada.
Veteranía en los banquillos
En los banquillos también habrá duelo entre dos veteranos. Andy Reid busca repetir título con los Chiefs y enfrente tendrá la revancha que llevaba 16 años esperando frente a Tom Brady, quien le privó cuando militaba en los Patriots de la Super Bowl con los Philadelphia Eagles.
Con 62 años a sus espaldas, es aún más joven que su homólogo entrenador jefe de los Buccaneers, Bruce Arians (68), quien ya sabe lo que es ganar una Super Bowl como técnico asistente en su etapa en los Steelers de Pitsburg.
Son estadísticas tan parejas que auguran una final de incógnitas, lo que busca una competición que ante todo prima el espectáculo.