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Tenis | Open de Australia

Djokovic y Osaka se llevan el Open de Australia más extraordinario que se recuerda

  • El primer Grand Slam de la temporada ha estado marcado por los numerosos efectos de la pandemia
  • El confinamiento, el público intermitente en las gradas y la reducción de ingresos, principales contratiempos

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Djokovic y Osaka, "bendecidos" por una mariposa en uno de los momentos más curiosos del torneo
Djokovic y Osaka, "bendecidos" por una mariposa en uno de los momentos más curiosos del torneo

El Open de Australia 2021 ha llegado a su fin con Novak Djokovic y Naomi Osaka como grandes triunfadores tras dos semanas de apasionante tenis y de un largo listado de contratiempos y polémicas que han convertido a esta edición del torneo en la más inusual de la historia.

El Covid-19 ha sido una amenaza constante para el Grand Slam australiano, que ha tenido que ir superando, casi a diario, todo tipo de problemas asociados a la pandemia y que han puesto en jaque el desarrollo del torneo en más de una ocasión. A continuación, te explicamos por qué este Open de Australia ha sido el más extraordinario que se recuerda hasta la fecha.

Una cuarentena con turbulencias

A más de dos semanas para el inicio de la competición, el coronavirus comenzó a hacer de las suyas y complicó mucho la previa del torneo. Todos los jugadores debían pasar una cuarentena obligatoria de 14 días en sus respectivos hoteles, tal y como indicaban las autoridades del estado de Victoria pero, con la llegada de los protagonistas a suelo australiano, aparecieron los primeros positivos y las primeras turbulencias para el torneo, que se vio obligado a confinar de manera estricta a varios tenistas.

Una circunstancia que fue el detonante definitivo para que varios profesionales de la raqueta comenzasen a manifestar su malestar por no poder preparar correctamente el primer Grand Slam de la temporada. La imposibilidad de entrenar correctamente y los privilegios que la organización del torneo concedió a los principales favoritos con un confinamiento más cómodo, no tardaron en desatar un aluvión de quejas y críticas que hicieron temblar al Open de Australia.

Con el paso de los días y la llegada de la ATP Cup todo pareció encauzarse, pero aún habría sitio para un capítulo más en esta historia con la aparición de un brote de 13 positivos con origen en el hotel Grand Hyatt de Melbourne que amenazó seriamente la celebración del torneo. Los test masivos a tenistas a contrarreloj con resultados favorables, salvaron el primer match ball para la organización.

La intermitente aparición del público

Todos los contratiempos ocasionados por el virus parecían solucionados y el escenario cambió radicalmente en las horas previas al inicio del torneo. Las imágenes del partido de exhibición ente Nadal y Thiem con una pista abarrotada de gente fueron una inyección de optimismo y de esperanza global. Después de tantos meses, por fin un evento deportivo iba a celebrarse con público.

Numeroso público en las gradas del Memorial Drive Tennis Club de Adelaida.

Numeroso público en las gradas del Memorial Drive Tennis Club de Adelaida viendo el partido entre Nadal y Thiem. REUTERS

El escaso número de contagios en Australia permitió comenzar la competición con las gradas de Melbourne Park pobladas, dejando incluso algún momento icónico como la famosa peineta de una aficionada a Rafa Nadal durante uno de sus partidos. Pero el Covid-19 volvería entrar en escena y la aparición de otro brote obligó a recular a los responsables del torneo, que vaciaron de inmediato las pistas.

Las autoridades volvieron a adoptar severas medidas de confinamiento para los ciudadanos durante cinco días y eso permitió que las rondas finales del torneo pudieran jugarse finalmente con un porcentaje reducido de público. Este fue el punto y final a una historia de lo más variopinta que quedará en la memoria de los amantes del tenis.

Reducción de ingresos, mismo prize money y aumento de audiencias

Otro de los motivos por los que este Open de Australia será recordado es por la gran reducción de ingresos que tendrá el torneo y el estado de Victoria en esta edición de 2021. La pandemia también ha hecho estragos en el aspecto económico y se estima que el major va a dejar de embolsar hasta un 40% menos que en ediciones anteriores, algo que también generó críticas y sugerencias sobre un posible cambio de sede que fueron zanjadas por el primer ministro del estado de Victoria, Dan Andrews: "Si el Open de Australia no se celebra aquí, se celebrará en algún otro sitio. Tendrá lugar en Japón, China o Singapur, y entonces el gran riesgo será no recuperarlo".

Pese a estas pérdidas económicas, el torneo se lanzó a hacer un esfuerzo por mantener los mismos premios para los tenistas que en 2020 e incluso reforzó las ganancias en las primeras rondas para proteger la economía de los jugadores que no ocupan puestos de élite. Algo digno de admirar por parte de una organización que probablemente acabará pagando un precio muy caro.

En el apartado televisivo la subida de audiencias ha sido espectacular respecto a 2020. En España, el seguimiento del Open de Australia durante la primera semana de torneo fue un 33% mayor que en la edición anterior. Unas cifras increíbles que también aumentan en el resto de países europeos y en el propio país oceánico, donde el seguimiento de la competición de los aficionados locales por la televisión ha sido abrumador: el agónico partido entre uno de los ídolos en Melbourne, Nick Kyrgios, y el austriaco Dominic Thiem fue uno de los más vistos en el canal australiano Nine con un 32,7% de cuota de pantalla.

Lo único que no cambia: el triunfo de Djokovic

Si hay algo que sigue igual es el aplastante dominio de Novak Djokovic en la primera gran cita del año tras la victoria del serbio ante Daniil Medvedev por 7-5, 6-2 y 6-2. Con nueve entorchados en Melbourne, las azuladas pistas de Open de Australia son lo más parecido al jardín de su casa y ya amenaza de cerca, con 18 títulos de Grand Slam, a Roger Federer y Rafa Nadal (ambos con 20 trofeos de la máxima categoría) en la apasionante batalla que los tres mantienen por la historia.