Abel Torres, un prodigio del motor con sólo 10 años
- El piloto de simracing es uno de los más jóvenes en su categoría y compite contra jugadores que le doblan en edad
- Abel superó a más de 800 jugadores para disputar el Campeonato de España de Gran Turismo con otros 11 aspirantes
Abel Torres representa el presente del simracing y futuro del motor en España. El piloto lleva aferrado al volante de su simulador de rallies desde que apenas sabía andar. Su última gesta fue superar a más de 800 pilotos para clasificarse entre los 12 participantes en el primer Campeonato de España de Gran Turismo. Sólo tiene 10 años.
Muy pronto, Martín Torres, su padre, vio que a su hijo le apasionaban los coches: "Le regalaban juguetes de todo tipo, pero él siempre se quedaba con los coches".
“"Esto no es normal eh, mira que yo llevo muchos años en esto y no he visto nunca cosa igual"“
La sopresa de Martín llegó cuando con apenas cuatro años, Abel, se montó en su simulador de rallies y empezó a manejar el coche con destreza: “Iba conduciendo y ya iba por la pista, no se salía por la hierba. Como le gustaba tanto, que me pedía que quería jugar, le hice un asiento de madera de su medida” asegura.
Fueron los inicios de un piloto que apenas llegaba a los pedales y ya llamaba la atención de los equipos de simracing. “José Iglesias, (director del Fordzilla) me llamó y me dijo ‘esto no es normal eh, mira que yo llevo muchos años en esto y no he visto nunca cosa igual’. Vino a Galicia y le fichó” cuenta el padre del piloto.
"Para él es un juego"
Abel Torres ya está jugando con los grandes desde que logró clasificarse para el Campeonato de España de Gran Turismo, superando a más de 800 aspirantes a la prueba. Fue el fruto del trabajo duro: "Durante el confinamiento del año pasado mejoró mucho. Le dedicaba más horas al día y eso se notó. Entrenó muchísimo para estar en el campeonato de Gran Turismo, tuvo suerte y lo pasó… pero le echó horas”.
Sin embargo, el joven piloto se lo toma como si fuera un juego. Nada de presión: “Yo le veo que se lo toma con mucha tranquilidad, como si fuera un juego. Creo que aún no se da cuenta donde está. Igual me lo tomo yo más a pecho que él incluso”.
Porque según nos cuenta Abel, a él lo que le motiva de verdad es la competitividad: “Cuando voy dando vueltas me aburro, pero cuando hay otro piloto que se me pone cerca, que 'se echa un pique' ahí es donde me lo paso bien".
Aunque es pronto para pensar en el futuro, el piloto nos cuenta su sueño: “La Fórmula 1 me costaría, si me dicen correr, corro, pero me gustaría irme a los GT, o subir a la iRacing (una de las grandes competiciones de simuladores)”.
Desde luego, Abel tiene aún tiempo para pensar a qué dedicarse cuando sea mayor. Por destreza o hablidad con el volante no será. Sólo él puede marcarse sus propios límites.