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El Kyudo, tiro con arco japonés, la serenidad interior a tiro de flecha

  • Adaptado a las restricciones sanitarias, este arte marcial ofrece un refugio de serenidad mental
  • Muy popular en Japón, en España lo practican un centenar de personas de entre 14 y 80 años

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Así es el Kyudo, el tiro con arco japonés

El Kyudo es el tiro con arco tradicional japonés. Ataviado con una hakama y un kimono o dogui, la imagen del kyudoca es inconfundible. Con los brazos en alto, extiende el estilizado arco japonés y lanza su flecha sin esfuerzo aparente. Acertar en el blanco es importante, pero no esencial. Lo que sí es irrenunciable en este arte marcial es el equilibrio, el respeto al tiro y a los compañeros, y, sobre todo, la belleza. La belleza entendida como fuente de serenidad y perfección.

El kyudo, además de la actividad física y la dificultad técnica, no puede ser abordado sin aceptar un camino de conocimiento interior. “El kyudo no fomenta la competitividad, sino todo lo contrario, lo que se busca en el kyudo es la armonía, la belleza, y un conocimiento de uno mismo, al mismo tiempo que se practica con otra gente, incluso gente que no conoces”, explica a TVE Oscar Rosa, cuarto dan y vicepresidente de la Asociación Española de Kyudo, la AEK. “Yo empecé con el arco tradicional, oí hablar del kyudo y me pareció que iba a algo más que simplemente tirar al arco; es una forma de meditación con el arco”, afirma Javier Esteban, primer dan y kyudoka del dojo madrileño Zanshin.

El camino del arco

Pero esto no se consigue de un día para otro. “Unos seis meses de práctica”, como mínimo, indica Rosa, son necesarios para realizar un tiro mínimamente aceptable. Esto sin contar que alcanzar la excelencia de los grados superiores lleva casi una vida. Todo parece sutil y fluido, pero precisamente, en lograr esta sencillez reside la dificultad.

Es una suma de pequeños detalles, movimientos, la coordinación con el resto de arqueros, pues los tiros suelen realizarse de modo colectivo, que requieren una concentración total, autocontrol y mucha paciencia. “Me aporta un crecimiento constante, es como un recorrido que nunca llegas a la perfección, es como un camino a la mejoría y un trabajo hacia uno mismo. Me ayuda a concentrarme a tranquilizarme, a enfocar”, explica Giorgia, segundo dan y también kyudoka del dojo madrileño Zanshin.

¿Qué se necesita para practicar? Además de mucha actitud, la equipación necesaria son un guante especial, el yugake, la vestimenta reglamentaria compuesta por una hakama y un dogui o un kimono, el arco japonés asimétrico, llamado yumi, y flechas reglamentarias.

Mucho se ha escrito sobre la forma del arco japonés, su tamaño de más de dos metros y su forma asimétrica. Ha permanecido inalterado durante siglos y así aparece en antiguos textos y grabados. El manual oficial del kyudo apunta varias explicaciones a este hecho, pero sugiere una sencilla y convincente: la forma del yumi ha permanecido por su belleza.

El kyudo en España y en el mundo

En España apenas un centenar de personas practican este arte marcial. Las edades varían entre adolescentes y kyudokas de hasta 80 años. “En la práctica del kyudo no hay limitación de edad, sí que es más difícil practicar a edades tempranas que a edades mayores”, señala Óscar Rosa. Y añade: “Los arcos tienen una determinada longitud y se necesita una determinada altura, pero no hay ningún problema para ningún kyudoka de 70, 80 o 90 años practicar con su equipación”.

En Japón, la práctica del kyudo fue un capítulo obligatorio entre las clases guerreras. Los arqueros están presentes en toda su iconografía antigua y el carácter ancestral se acentúa por su condición de camino de perfección personal. A principios del siglo XX, los grandes maestros unificaron los estilos y los modernizaron, estableciendo reglas y convirtiendo el kyudo en un código compartido por una comunidad de practicantes que se ha extendido por el mundo.

Hoy en día es posible para un kyudoka que conozca este código acceder a cualquier dojo e integrarse en la práctica con sus miembros, aunque no se conozcan de nada. También conviven arcos y flechas de bambú con los más modernos de materiales sintéticos y metal, pero perviven el respeto y la espiritualidad.

La mística del arco y la flecha es algo común a prácticamente todas las culturas humanas. Utilizados desde hace miles de años, fueron herramienta de caza y arma de guerra. El cine los ha adoptado como uno de los iconos más potentes y atractivos de su imaginario. La imagen de un arquero, Robin Hood, o arquera, Katniss Everdeen, evoca ensoñaciones legendarias y estimula la curiosidad.

En tiempos de pandemia y restricciones, el kyudo propone un camino de serenidad interior a través de la ejercitación física y mental. Respetando todas las medidas sanitarias, poco a poco se ha adaptado la práctica al ritmo de los acontecimientos. Con flexibilidad, respeto y equilibrio, sin perder la estética.