El Barça logra su vigésimo quinto título de Copa de balonmano
- Los culés se han impuesto 27-35 a ABANCA Ademar de León en la despedida de Raúl Entrerríos de la Copa
- La variedad de argumentos en todas las facetas del juego del equipo azulgrana resulta una apisonadora
El Barça cumplió con el guion y se alzó con su vigésimo quinto título de campeón de Copa, el octavo de manera consecutiva, tras imponerse este domingo por 27-35 a un ABANCA Ademar de León en una final que supuso la despedida de Raúl Entrerríos del torneo copero.
Una final, en el que más allá del protagonismo indiscutible del capitán azulgrana, que fue designado mejor jugador del partido, el conjunto leonés nunca fue capaz de plantar cara al gigante azulgrana, lastrado por sus numerosas pérdidas de balón.
Problema que no debe restar méritos al triunfo de los de Xavi Pascual, que pese a su errático inicio, volvieron a demostrar la distancia sideral que les separa hoy por hoy del resto de los equipos españoles.
La variedad de argumentos que maneja el conjunto azulgrana convierte en una quimera para el resto de rivales la posibilidad de derrotar a los azulgranas.
Si, como ocurrió este domingo, no tienen el día jugadores como el francés Dika Mem, ahí está la figura de su compatriota, el pivote Ludovic Fabregas para canalizar el juego ofensivo, o los porteros Kevin Moller y Gonzalo Pérez de Vargas para solventar cualquier problema.
Raúl Entrerríos se despide de la Copa
Como siempre está el capitán Raúl Entrerríos, que en su despedida del torneo copero, volvió a dejar pinceladas del enorme talento que atesora.
Y eso que el Barcelona volvió a mostrar en el inicio de la final los mismos problemas de eficacia que ya le llevaron a sufrir más de lo previsto en los cuartos de final ante el BM. Logroño La Rioja y en las semifinales ante el Fraikin Granollers.
Sea por el cansancio acumulado, como apuntó el preparador barcelonista tras las semifinales, o por cualquier otra razón, lo cierto es que los jugadores barcelonistas se han mostrado extrañamente fallones en el lanzamiento durante todo el torneo.
No es normal ver a cañoneros de la talla de Dika Mem fallar, tal y como ocurrió este domingo, lanzamientos tan claros. Y es que el francés no sólo erró, sino que envió varios metros por encima del larguero sus dos primeros lanzamientos.
Variedad de argumentos del juego azulgrana
Erráticos lanzamientos que hicieron crecer y crecer hasta agigantarse la figura del guardameta argelino del Ademar, Khalifa Ghedbane, que con sus intervenciones pareció dispuesto a que la final no se muriese apenas iniciada.
Pero ni el buen hacer de Ghedbane, que cerró el primer período con siete paradas, algunas de ellas de gran mérito, pudieron compensar las continuas pérdidas de balón del conjunto leonés en ataque.
Así en un visto y no visto se pasó del 4-5 que figuraba apenas superados los diez minutos de juego al 7-11, que comenzaba a dejar clara la diferencia entre ambos equipos.
Si Mem no tuvo su día, quien no falló fue el capitán Raúl Entrerríos, que en la que fue su despedida del torneo copero, puso los pilares de la escapada azulgrana con dos goles casi consecutivos marca de la casa.
Una fuga a la que contribuyó notablemente el pivote Ludovic Fabregas, que no desaprovechó cada balón que le llegó a la línea de seis metros para martillear la portería de un Ghedbane, que minuto a minuto veía descender sus porcentajes.
Diferencias de hasta diez puntos
Circunstancia que permitió al Barcelona, pese al empeño del lateral croata Milan Gostovic, el único capaz en el Ademar de anotar con cierta frecuencia, alcanzar a los 22 minutos una máxima renta de siete tantos (9-16), que los de Xavi Pascual supieron conservar hasta la conclusión de la primera mitad (13-20).
Una diferencia que pese a dejar ya sentenciada la final no impidió a los de Xavi Pascual seguir con la máxima intensidad, como si quisieran desquitarse de la "gris" imagen que por momento mostró en los cuartos de final y semifinales.
Marcha extra que permitió a los azulgrana ampliar todavía más su ventaja hasta alcanzar una máxima renta de diez tantos (21-31) a falta de diez minutos para la conclusión.
Un tiempo que el Ademar, que con su presencia en la final ya se había asegurado su participación el próximo curso en las competiciones europeas, aprovechó para maquillar mínimamente el marcador, como reflejo el 37-25 final, de la mano de un Rubén Marchán, que volvió a dejar claro el porqué de su condición de relevo natural de Julen Aginagalde en el pivote de la selección española.