Gino Mäder homenajea a Mikel Landa
- El ciclista suizo ha honrado al corredor vasco con una soberbia victoria en solitario en la segunda jornada con final en alto
- Gino Mäder gana en Ascoli Piceno y Attila Valter se viste de rosa
El corredor suizo del Bahrain-Victorius destrozó a todos los compañeros de la fuga y remató en solitario en la segunda jornada con final en alto del Giro de Italia en Ascoli Piceno, a pesar de que los favoritos apretaron por detrás.
“Hoy hemos dicho: vamos a correr en su honor [por Mikel Landa]. Es una sensación tan bonita después de la victoria que se me escapó en la París-Niza”, señalaba emocionado. Gran homenaje de Gino Mäder para su compañero, Mikel Landa, que dijo adiós ayer en el Giro de Italia. El ciclista de Aigle refrendó una victoria de prestigio en una jornada protagonizada por la lluvia y el frío, logrando su primer triunfo en una gran vuelta en la máxima categoría del ciclismo mundial.
El Ineos destroza al pelotón
El conjunto británico fragmentó el grupo en el descenso del primer puerto puntuable. Coronado el pelotón en Forca di Gualdo, el Ineos-Grenadiers, bien concentrado y abrigados sus corredores, aprovechó el viento y la lluvia, para descender a tumba abierta, sin paliativos. Filippo Ganna y Jonathan Castroviejo dinamitaron por completo el grupo, demostrando sin ninguna duda que es el equipo más potente del Giro de Italia.
Los ocho en bloque, ascendiendo Forca di Presta, se dieron el lujo de formar un abanico y distanciarse del grupo. El líder, Alessandro de Marchi, cedió terreno, sin poder seguir el ritmo frenético que imprimía el Ineos y perdiendo la maglia rosa al final de la jornada. Desde Luca Paolini no veíamos un corredor mayor de 34 años liderando la Corsa Rosa, lo que significa el valor de la hazaña lograda por el ciclista del Israel Star-Up Nation.
Hay que elogiar el trabajo incansable de Filippo Ganna. Es un privilegio tener a un corredor de estas características en un equipo. Conserva un potencial, una punta de velocidad, una fuerza y una resistencia, dignas de parecerse -en llano- al mismísimo, Miguel Induráin. Un placer verle correr de esa forma y sacrificarse por su líder, Egan Bernal.
Egan Bernal sigue de dulce
El corredor colombiano le devolvió la moneda acelerando el grupo de favoritos en el puerto final, llevándose a Remco Evenepoel, Dan Martin y Giulio Ciccone. Simon Yates volvió a dejarse tiempo en meta, visiblemente afectado por el aguacero y el frío que tuvieron lugar en la sexta etapa del Giro de Italia.
El líder del Movistar, Marc Soler, supo reponer sus fuerzas y aguantar con los mejores en un grupo destacado, perseguidor de Egan Bernal, entrando en meta con 15 segundos de diferencia respecto al corredor de Zipaquirá. El ciclista catalán, que no se dejó ver en la parte delantera en las anteriores jornadas de montaña, da muestras de ir mejorando, conforme pasan las etapas. Es de agradecer para el espectador español, que nos aferramos a cualquier cosa, por mantener viva la fe del ciclismo español. En cambio, el corredor del Bahrain-Victorius, Pello Bilbao, perdió un valioso tiempo en sus aspiraciones por estar entre los diez primeros de la clasificación general.
El aspecto negativo de la jornada fue el atropello de un coche del Team BikeExchange al ciclista, Pieter Serry. El conductor estaba hablando con un coche de los comisarios y ese despiste grave pudo pagarse caro. Por suerte, se quedó en un susto y el ciclista belga pudo reanudar la marcha.
Posible lucha Bernal-Evenepoel
Los ocho meses sin competir de Evenepoel conducen a la teoría de que su condición física irá de menos a más, conforme vaya cogiendo ritmo de competición. Si nos atenemos al sentido común, las primeras jornadas de montaña están dando la impresión que vamos a vivir un mano a mano entre el ciclista colombiano y el belga. Y eso puede ser un aspecto diferencial y emocional para el Giro de Italia extraordinario.
Ambos corredores jóvenes irradian calidad por todos los costados y, teniendo en cuenta, que Evenepoel es un especialista en la lucha contra el crono, Bernal tendrá que jugar la mayoría de sus cartas en la montaña. Que nos pillen confesados. Esto acaba de comenzar.