Y el Atlético de Madrid se llevó la Liga más rara
- La liga rojiblanca se ha tenido que disfrutar en la distancia y sin poder pisar el Metropolitano
- En la recta final la afición colchonera se volcó para animar a su Atleti desde fuera del estadio
“Porque luchan como hermanos, defendiendo sus colores, con un juego noble y sano derrochando coraje y corazón”. Estas frases del himno del Atlético de Madrid, cantado a capella por 68.000 gargantas, es el recibimiento al equipo cada vez que saltaban al césped de su estadio para disputar un partido.
Incluso jugando lejos del Metropolitano, los jugadores podían sentir el empuje y el aliento de esa la afición desplazada por otros campos y que les animaba ‘partido a partido’. Pero este año el Atleti no ha podido contar con su ‘jugador número 12’, o no con la intensidad que su afición hubiera deseado, debido a una pandemia que ha impedido que haya público en los estadios.
Ya la pasada campaña fue rara, con parón incluído y las últimas 11 jornadas a puerta cerrada. Pero esta liga también ha sido particular ya que se ha disputado sin el calor de la afición en el estadio desde el inicio hasta el final. (Solo algunos partidos han tenido asistentes en las dos últimas jornadas, pero no en el caso de Atlético de Madrid)
“En un año tan complejo salió campeón el Atlético de Madrid“
Una liga única que la ha ganado el Atlético. ¿Quién si no? El único equipo que tiene en sus vitrinas una Intercontinental sin haber levantado la Copa de Europa, amplía ahora su palmarés de singularidades con esta Liga de la Pandemia, ganada sin el calor de los suyos en la grada.
Ya lo dijo Simeone: “En un año tan difícil, tan complejo, salió campeón el Atlético de Madrid. Eso tiene una marca. Habla de que el club y el equipo están hechos de otra cosa. En los problemas, cuando todo parece imposible, no hay gente en el estadio… este grupo lo dio todo”.
La Liga más rara que se recuerda
Y es que esta Liga ha sido excepcional de principio a fin. Comenzó más tarde de lo habitual, sin casi pretemporada por la resolución de la campaña anterior en pleno verano. Y con un calendario comprimido al máximo por una Eurocopa que arranca en solo unas semanas. Esto provocó un maratón de jornadas intersemanales y, a pesar de todo ello, el Atlético hizo una primera vuelta sobresaliente.
Terminó campeón de invierno, pese a tener dos partidos aplazados, pero sus 14 victorias, dos empates y una única derrota en este primer tramo ya hacían presagiar algo grande. Más aún cuando, instalado como líder desde la novena jornada, comenzó a sacar ventaja respecto a sus rivales por el título. Una alegría que la afición atlética vivía en la distancia y con la esperanza de volver a pistar el Metropolitano.
Pero esa alegría se fue tranfsormando en nervios cuando la pandemia se hizo notar. La oleada de casos de coronavirus que afectó a equipo y la plaga de lesiones comenzó a pasar factura a la plantilla rojiblanca que vio como ese colchón se iba dilapidando.
Tanto que el Barça tuvo en su mano hacerse con el liderato a finales de abril. Pero los culés cayeron en casa ante el Granada y el Atlético conservó el primer puesto con esa pizca de suerte que también le hace falta siempre a los campeones. Un sufrimiento que la hinchada rojiblanca también padecía en sus casas. Sin poder animar en el campo.
Apoyo de la afición fuera del estadio
Y al final, en esa carrera de obstáculos que ha sido la liga, ganó el equipo que nunca dejó de creer. El que siempre tuvo fe. El que creyó en todo momento en sus posibilidades. Contra todo y contra todos.
Además, y aunque el público no pudiera animarles desde su estadio, los de Simeone sí contaron al final con ese extra de energía que da una grada. Conscientes de lo que se estaban jugando, la afición atlética animó a los suyos más que nunca en las tres últimas jornadas ligueras.
Así fue como con concentraciones acordadas a través de las redes sociales, miles de seguidores se congregaron alrededor del Metropolitano en los duelos ante la Real Sociedad y Osasuna. Para cantar más fuerte que nunca y que el equipo no se sintiera solo, aunque en el graderío no ondeara ni una bandera rojiblanca.
Y así ocurrió también en Valladolid hasta donde se desplazaron 2.000 hinchas colchoneros, que sufrieron y animaron desde el parking como si estuvieran sentados en las buitacas de Zorrilla.
Y al final el Atlético tocó la gloria y ganó la liga más extraña que recordamos. La Liga de la pandemia y de la ausencia de público. Una liga que, como no podía ser de otra manera, han tenido que celebrar lejos de su afición y sin la tradicional visita a Neptuno.
Una Liga única y especial que todos los atléticos guardan ya en su memoria. Al igual que también lo está Luis Suárez, ese ‘Pistolero’ al que ningún colchonero ha visto todavía jugar en directo, pero que ya tiene un hueco en los corazones rojiblancos.