Los velocistas desaparecen del mapa en su última oportunidad
- Alberto Bettiol gana en solitario en Stradella y Bernal aguanta la maglia rosa un día más, la crónica en RTVE.es
Alberto Bettiol puso el picante y el atractivo a una jornada irrelevante para la clasificación general del Giro de Italia, la más larga de la Corsa Rosa (231 kilómetros). El corredor italiano demostró sus grandes dotes ciclistas, a pesar de su juventud y supo dosificarse en la parte final con varias cotas para superar con autoridad a Remi Cavagna, que había lanzado instantes antes un ataque en solitario. El ciclista de Poggibonsi remató la fuga con solvencia en la línea de meta de Stradella.
A sus 27 años, el ciclista del Education First logra su primera victoria profesional en una gran vuelta y la tercera de su carrera. No ha tenido demasiado suerte en el pasado y le ha costado alzar los brazos, a pesar de su gran talento. Su rendimiento en esta edición del Giro de Italia no es menospreciable y ha estado presente en varios momentos con los favoritos durante la alta montaña. Es un ciclista completo, que se defiende bien en la contrarreloj, con buena punta de velocidad y con explosividad cuando la carretera se empina.
Día tranquilo para el pelotón
Los kilómetros transcurridos en carretera se empiezan a notar en las piernas de los hombres de la general y hoy vimos una excesiva relajación sin ningún interés por reducir la diferencia con los escapados. Los favoritos se tomaron la jornada con tranquilidad a la espera de la doble cita con la alta montaña que les aguardan.
Peter Sagan acaparó también el interés del día por una actitud un tanto criticable, sobre todo, por la extraordinaria clase que atesora el ciclista eslovaco. Su ambición por la victoria se ha contrarrestado con el nulo desinterés por pelear una etapa, que estaba perfectamente ajustada a sus características: prácticamente plana con un final quebrado para velocistas explosivos como Sagan.
El ciclista de Zilina no ha participado en la consecución de la fuga y cuando los equipos, interesados en sus sprinters, han comenzado a tirar para echar abajo la escapada, ha mostrado su desacuerdo con diferentes aspavientos hacia el equipo Cofidis. Claramente estaba pensando en sus intereses por mantener la maglia ciclamino. Así no Sagan. Los objetivos se luchan y no se regalan. “Nuestro objetivo era controlar la carrera desde el principio. Gaviria y Cimolai que no fuesen en la fuga y eso era la orden que teníamos. Ahora prefiero mantener este maillot que pelear por otra victoria de etapa. ¿El Ir en una fuga hoy tenía sentido? No lo tiene. Si estuviese Gaviria o Cimolai... Con esta maglia ciclamino, el objetivo es el que es, el mantenerlo en Milán”, apuntaba Sagan.
La grandeza de un ciclista radica en su ejemplo de superación y ambición desmedida, valores que nos ha demostrado con creces en los últimos años el corredor del Bora-Hansgrohe. ¿Peter Sagan ha perdido la magia? ¿Era etapa para velocistas? ¿Hubiera aguantado con el final picando hacia arriba? En su época más dominante, estoy seguro que no hubiera regalado esta etapa por su insaciable anhelo por la victoria, pero los años pesan y tiene que regular esfuerzos.
El objetivo del equipo es mantener la maglia ciclamino en Milán y, como bien ha dicho, su intención era controlar a sus rivales más inmediatos. Es verdad que los ciclistas están tostados y que las piernas ya están muy cansadas para aguantar 231 kilómetros, pero por respeto al Giro de Italia y, al ser la última oportunidad para los velocistas, debían haberse dejado ver.