Los números demuestran que no estamos ante el mejor Pogacar del Tour
- Sus rivales no le han apretado, como Roglic en 2020. Los niveles de Pogacar son 3% o 4% menos de los máximos del pasado año
- Sigue la etapa 10 del Tour de Francia en directo, a partir de las 14:20 en Teledeporte y +tdp
Tadej Pogacar no tiene que demostrar nada a estas alturas de la película. El corredor esloveno asombró al mundo en la Vuelta a España 2019 y su nombre empezó a conocerse en el pelotón profesional. Ni corto ni perezoso, al año siguiente, la dirección del equipo -con Joxean Fernández Matxin al frente- decidió que estuviera en el Tour de Francia.
Ahí llegó el momento de su consolidación con la increíble victoria en la ronda gala, la carrera más prestigiosa del mundo. El factor psicológico es fundamental en el ciclismo y, especialmente, en las grandes vueltas, donde muchas variables externas pueden dar al traste todo el trabajo realizado durante el año.
Pogacar acudió a su primer Tour sin ninguna presión, con el objetivo de aprender y, si la oportunidad llegaba, intentar dar un salto a la victoria. Pero esta edición está siendo diferente. Defender el título ante los ojos de todo el mundo cambia mucho la perspectiva y la presión que genera. En cambio, el ciclista del UAE Team Emirates se ha manifestado inaccesible, sin que nadie pudiera contrarrestar su ritmo frenético.
Los elogios hacia Pogacar no han parado de producirse
Devastador. Extraterrestre. Es de otro planeta. Gesta de otra época. Se han leído muchos elogios hacia el ciclista esloveno en esta primera semana del Tour de Francia, sobre todo, por el ataque lejano en la octava etapa, la jornada más larga del Tour de Francia desde el siglo pasado.
Pero los datos son un fiel reflejo de la realidad y los expertos señalan que la primera semana del Tour de Francia -salvo este domingo- ha sido menos rápida que todas las vueltas de una semana de esta temporada. En concreto, la Itzulia fue una de las carreras más veloces por los w/kg generados por los ciclistas.
Visto que los rivales de Pogacar -tras su exhibición en la contrarreloj- apenas le inquietaban, fundamentalmente por la desaparición temprana de Roglic y Thomas que, tras sus caídas en la tercera etapa, no han levantado cabeza, el UAE Team Emirates decidió el viernes plantear una táctica inédita -hasta el momento- para el ciclista esloveno.
Uno de los ideólogos de esa estrategia -junto con Matxin- tiene nombre español: Iñigo San Millán. El entrenador del joven esloveno -y director de rendimiento del UAE- planteó al equipo que la mejor defensa es un ataque a distancia si tenía piernas. Al principio, Tadej se mostró escéptico. "Esto no es la Playstation", le contestó a San Millán. Pero el corredor de Klanec al ver que sus competidores no exhibían sus mejores piernas, decidió atacar. Y lo demás es historia viva del ciclismo.
“¿Por qué distanció tanto a sus rivales? Porque atrás iban sin fuerzas“
La paradoja es que todos presenciamos una etapa legendaria, digna de otra época, pero nada más lejos de la realidad. Sus números hablan por sí solos. Salvo el ataque inicial -donde mostró niveles de fuerza propios del mismo-, en el resto de los 33 kilómetros fue a ritmo de umbral y sin forzar la máquina. ¿Por qué distanció tanto a sus rivales? Porque atrás iban sin fuerzas. Y un hecho refuerza este punto: David Formolo, que iba en el grupo inmediatamente después de Pogacar on Carapaz, Gaudu, Vingegaard, Urán, etc, subió el Col de la Colombière a unos w/kg, muy por debajo del límite fisiológico de estos corredores. Para hacernos una idea, todos los rivales de Pogacar han dado este año en todas las vueltas de una semana que han hecho -6.3-6.5w/kg- aproximadamente en las subidas y este año no alcanzan los 6w/kg.
Sus niveles son más bajos que el año pasado
La impresión que Tadej ha dado en esta primera semana de Tour de Francia es que sus niveles son extragalácticos cuando, en realidad, en ningún momento ha llegado a dar los números del año pasado o siquiera este año, véase en La Itzulia.
En la jornada del dommingo, con final en Tignes, donde asestó otro golpe en la clasificación general, Pogacar fue más lento que durante su concentración en Sestriere, donde replicó la misma etapa, tras diez días de entreno. Para más inri, el último kilómetro y medio a meta en Tignes ofreció unos w/kg muy por debajo de su umbral. En definitiva, sus niveles son un 3 ó 4% menos de los máximos parámetros que llegó a tener en el Tour de Francia de 2020. Esto no quiere decir que el ciclista esloveno no pueda alcanzar sus mejores cifras, sino que, con menor rendimiento, ha sentenciado el Tour de Francia porque sus rivales no le han apretado lo más mínimo.
Los motivos del bajo rendimiento de sus rivales
El alto ritmo de competición en la primera parte de la temporada ha provocado que sus competidores lleguen sin la energía necesaria. "Es el ritmo más alto que yo he visto nunca”, señala el director de rendimiento del UAE.
Otro factor a tener en cuenta son las concentraciones en altura, donde los corredores llegan fundidos. Y se ha notado en el Ineos-Grenadiers y, especialmente, al Jumbo-Visma, con un Sepp Kuss, por ejemplo, que está muy lejos del nivel mostrado el año pasado.