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Eurocopa 2020 | Selección española

La selección española de Luis Enrique se afianza gracias a la Eurocopa, pero deberá buscar más gol

  • El equipo sale del torneo con un once tipo casi fijado, pero en el que no destacan futbolistas goleadores
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Los jugadores de España, en la tanda de penaltis contra Italia.
Los jugadores de España, en la tanda de penaltis contra Italia.

La selección española se ha despedido de la Eurocopa. Pasados unos días de la eliminación en la tanda de penaltis contra Italia, la mayoría han empezado sus vacaciones y unos pocos privilegiados se han integrado en el grupo que luchará por las medallas en los Juegos de Tokio.

La Roja no ha ganado, pero ha vuelto al cuadro de honor y recuperado parte del prestigio que empezó a consumirse en 2014. Tras el fracaso en el Mundial de Brasil y con Vicente del Bosque todavía en el banquillo se empezó a hablar de la "transición dulce" o "blanda".

Tuvo que ser Luis Enrique el que llegara y se dejara de blanduras. Mantuvo al principio a Sergio Ramos por el carisma de este y a su tocayo Busquets por una apuesta personal que viene de su etapa del Barça. Repescó a Jordi Alba, pero el resto es un equipo de su puño y letra.

El actual seleccionador ha ido reconfigurando el 'puzzle' con cada convocatoria y afinando con cada once titular en estos años, hasta que ha llegado la Eurocopa y se ha visto, forzado por las circunstancias, un once tipo de la selección.

Portería consolidada, defensa en construcción

El primer debate zanjado, desde antes incluso de que comenzara el torneo continental, es el del portero. Ya nadie duda de que Unai Simón es su favorito y casi nadie vuelve a preguntarle en las ruedas de prensa.

La defensa genera más dudas. En esta Euro se ha afianzado Aymeric Laporte, nacionalizado por la vía rápida a petición del seleccionador. Ha sido el único junto a Simón en disputar todos los minutos de los seis partidos.

Las dudas recaen en el resto de posiciones por las pruebas realizadas y las ausencias. No se sabe aún si Ramos verá cerrada su etapa en la selección. Iñigo Martínez pidió no ser convocado y a Luis Enrique se le vio contrariado en la rueda de prensa de la convocatoria. Ha alternado con Eric García y Pau Torres como parejas de Laporte, mientras que Diego Llorente no ha tenido ni un minuto.

El propio seleccionador dejó caer que tal vez si no estuviera lesionado habría llamado a Carvajal para el lateral derecho, donde empezó probando con Marcos Llorente y terminó decantándose por César Azpilicueta. Otro fijo es Jordi Alba por la izquierda, y eso que al principio se resistía a convocarle.

Una media conocida de memoria

Mientras Busquets no baje su rendimiento en el Barça, será un fijo en los onces titulares de Luis Enrique. Incluso ha confiado en él en anteriores ocasiones, a pesar de que en su club estuviera cuestionado por aficionados y periodistas. El hecho de mantenerle y esperarle hasta que superase el confinamiento por COVID-19 da muestra de ello.

También confía en Rodri Hernández como recambio a corto y medio plazo. El del Manchester City ha sido el titular en los dos primeros partidos, siendo los dos la pareja habitual que cubre el pivote en las convocatorias.

Antes de la Eurocopa se había visto un mayor baile de volantes, pero en los recientes seis partidos han jugado Koke y Pedri, con mucha proyección para este último. A sus 18 años se ha graduado en esta Eurocopa a la edad en que la mayoría empieza la universidad.

Otros que parecían fijos meses atrás, como Mikel Merino o Sergio Canales, están incluso fuera de la convocatoria. De entre los que sí han venido, un Thiago que en la Liga de Naciones empezó como indiscutible se ha visto desplazado en esa posición, al igual que Fabián.

El ataque, la asignatura pendiente

En ataque es donde surge el mayor número de problemas. Luis Enrique no termina de dar con la tecla y ha sido la línea más en la Eurocopa, también antes de llegar a la misma.

Solo parece fijo Morata, al que el técnico defiende a capa y espada contra las críticas. Está incluso por delante de Gerard Moreno, y eso que el del Villarreal es un 'nueve' puro y el madrileño de la Juve es más un 'siete'; como sus dorsales.

Dani Olmo y Ferrán Torres se consolidan como fijos en las convocatorias y prácticamente también en el once, aunque se ven en ocasiones relevados. Uno de los motivos de ese relevo ha sido el buen papel de Pablo Sarabia estas semanas, al menos hasta se lesionó frente a Suiza.

Sarabia ha sobrepasado incluso a otro que viene siendo también fijo en las llamadas, caso de Mikel Oyarzabal. Detrás de estos llegan las incógnitas, como la de un Adama Traoré que apenas ha disputado dos minutos en el torneo.

Tampoco se sabe qué habría pasado de estar a mejor nivel Marco Asensio, quien al menos sí está convocado para los Juegos. Y la mayor preocupación es la recuperación de Ansu Fati, quien iba a ser junto a Pedri la cara visible de la renovación.

El gol, fuera de la ecuación sobre el estilo

Está por ver si unos y otros vuelven a meter a España en la senda del gol, que es el verdadero déficit de esta selección al margen de los nombres. Luego vienen goleadas como contra Alemania o Eslovaquia, que maquillan los números, pero no esconden el problema.

Los éxitos de la Roja del pasado reciente trajeron como consecuencia la implantación de un estilo como seña de identidad del equipo y una especie de condición 'sine qua non' para quien ocupara el banquillo. Esa filosofía se ha trasladado al fútbol base con sus ventajas y sus inconvenientes.

El 'tiqui-taca' se ha insertado como un 'chip' en la formación de nuestros futbolistas más jóvenes. Pedri tenía apenas siete años cuando España ganó el Mundial. Ya estando en Sudáfrica Maradona criticaba a nuestra selección, ironizando con que pusieran las porterías en las bandas.

También el holandés Van der Vaart ha ridiculizado el horizontalismo de la Roja en esta Eurocopa. El toque se ha llevado por delante la verticalidad de la antigua 'furia' española y los niños de ahora no quieren 'romper' la pelota cuando llegan al área, sino colocarla.

Eso no es achacable a Luis Enrique, que es quien maneja la situación ahora y trata de compensar ese déficit con un estilo que se basa en generar un sinfín de ocasiones. Gol por agotamiento del rival y testarudez española. Pero sigue faltando en nuestro fútbol ese 'artillero' o 'killer', por usar el anglicismo, que no se lo piense dos veces a la hora de chutar.