Sara Sorribes, el salto definitivo de una gran promesa del tenis femenino

• La tenista española de 24 años ha derrotado a la número uno del mundo y favorita en Tokyo 2020, Ashleigh Barty
• Toda la información sobre los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 en RTVE.es

Tokyo 2020 | Sorribes da la sorpresa y elimina a Barty

Si los Juegos Olímpicos son el gran termómetro del progreso de un deportista, la española Sara Sorribes ha dado este domingo el salto definitivo para pasar de promesa del tenis femenino a alternativa consolidada para optar a los grandes títulos, con una espectacular victoria en la primera ronda del torneo individual de Tokyo 2020 sobre la número uno del mundo, la australiana Ashleigh Barty.

Pese a que las medallas quedan todavía lejos, su triunfo refleja una mejora que, a sus 24 años, esta temporada ya le había reportado su primer título individual, logrado en el torneo de Guadalajara, y la clasificación entre las 50 mejores tenistas del circuito por primera vez en su carrera.

“Es una sensación increíble. Todavía no puedo creerlo. Es algo increíble para mí“

"Es una sensación increíble. Todavía no puedo creerlo. Es algo increíble para mí. Es algo con lo que he soñado toda mi vida, estar aquí y, todavía más, derrotar a la número uno", se sinceraba la castellonense tras el partido, en declaraciones recogidas por el Comité Olímpico Español (COE).

Tokyo 2020 | Sara Sorribes tras ganar a la número 1 del mundo: "Sigo sin creérmelo todavía"

Una tenista más sólida

A diferencia de otras ocasiones, Sorribes ha sabido aprovechar la inconsistencia de Barty, reciente ganadora de Wimbledon, para endosarle un claro 6-4 y 6-3, en poco más de hora media sobre la pista dura del Parque Ariake de la capital japonesa. "La mejor lección es que tienes que estar ahí para cada punto, cada pelota", subrayaba la tenista española, que en dieciseisavos de final se enfrentará a la francesa Fiona Ferro.

Un enfrentamiento al que llegará cansada -este mismo domingo ha jugado también el torneo de dobles junto a Paula Badosa-, pero con la confianza multiplicada, gracias a un triunfo que demuestra que se ha convertido en una tenista mucho más sólida.

Este domingo, en su primer enfrentamiento ante Barty, Sorribes puso en juego más del 80 % de sus primeros saques y el 91 % de los segundos, solo cometió una doble falta, restó con gran eficacia y apenas incurrió en 13 errores no forzados, por los 55 de su rival. "Ella es una grandísima jugadora, con un gran nivel y un gran talento", resaltaba Sorribes a RTVE unas horas después, ya acabada la jornada en Tokio, "creo que he conseguido hacer mi juego todo el partido".

Campeona de Europa en categoría júnior

Llegue donde llegue en el torneo olímpico, su victoria demuestra que el triunfo del año pasado ante Naomi Osaka, el primero que conseguía frente a una de las diez mejores tenistas del mundo, no fue una casualidad, sino el inicio de su escalada definitiva a la élite.

Porque Sorribas es una promesa largamente esperada en el tenis feminino español: campeona de Europa júnior en 2014 -precisamente contra su amiga Paula Badosa en la final-, parecía destinada desde muy pequeña a triunfar en las pistas de tenis, donde pelotea desde los seis años.

Su madre, monitora de tenis, la introdujo en el deporte de la raqueta y fue quemando etapas en desde muy joven fijándose en la belga Justine Henin, cuádruple ganadora de Roland Garros… y campeona olímpica en Atenas 2004.

““

Soñar con la medalla olímpica

En 2015, con apenas 18 años, debutó en el equipo español de Copa Federación y al año siguiente debutó en Roland Garros al superar la fase previa. En 2017 ya estaba clasificada entre las cien mejores tenistas del circuito femenino, aunque después las lesiones lastraron un tanto su progresión.

Ahora, a punto de alcanzar la madurez como deportista, parece decidida a instalarse en la élite y en abril de este año se ha colado por primera vez en el top-50 de la clasificación de la Women’s Tennis Association (WTA), alcanzando el puesto 46.

“Estamos aquí para jugar, estamos aquí para disfrutar“

Un camino ascendente en el que, además, se puede permitir soñar con una medalla olímpica: "Estamos aquí para jugar, estamos aquí para disfrutar y eso es lo que vamos a intentar hacer".