Jessica Vall deja a un lado la natación para centrarse en su familia
- La nadadora española se aparta de la natación tras disputar en Tokio los segundos Juegos Olímpicos
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Jessica Vall fue un día esa chica que empezó nadando por ocio en un curso extraescolar de verano, con cualidades y aptitudes de campeona, a la que le gustaba lo que le hacía y que suponía para ella un momento de paz. Hoy, como cualquier deportista de élite, deja a un lado una trayectoria para enmarcar, para centrarse y dedicarle más tiempo a su vida personal y ser madre.
La nadadora española, que comenzó su carrera deportiva en el Club de natación de Cataluña con tan solo 6 años, se consagró a lo largo de su carrera como una auténtica especialista en los 100 y 200 metros braza. Para más inri, es la actual plusmarquista de esta categoría en España en piscina corta (25 y 50 metros). Además de ser un ejemplo para la escena deportiva femenina de su país, la de Sant Andreu compagina su amor por la natación con su vida laboral, pues desde que se licenciara como biomédica se encuentra trabajando en el Parque de Investigación de esta misma rama en la ciudad condal.
Ahora, tras haberse despedido de Tokyo 2020, su segunda participación en unos Juegos, Vall ha decidido apartarse de las piscinas para dedicarle más tiempo a su entorno familiar. La Vanguardia ha confirmado una decisión que venía meditándose a lo largo del presente año, según la especialista en natación de RTVE, Julia Luna.
Los Juegos Mediterráneos de 2013, su carta de presentación
A sus 25 años, Jessica Vall disputó los Juegos Mediterráneos de 2013 celebrados en Turquía. Fue el primer escenario internacional donde la nadadora española empezó a inscribir su nombre lejos de las competiciones caseras. Con dos medallas de plata y una de oro, en 100 metros braza, 400 metros relevo y 200 metros braza, respectivamente, Vall auguraba unos años de gloria para su palmarés personal.
Jessica Vall y su idilio con el viejo continente
A partir de su actuación memorable en Turquía, Vall despuntó durante los próximos años en los que fueron los mejores de su carrera profesional. A sus 32 años, puede presumir de un medallero a la altura de pocas. En el año 2014, el bronce en los 200 metros braza en el Campeonato de Europa celebrado en Berlín fue tan solo el inicio de los muchos metales que le venían por delante. Vall volvería a repetir podio en el Europeo de Londres en 2016 y en el de Glasgow en 2018, con la consecución de una medalla de plata en ambos.
En piscina corta a nivel continental también vio premiado su rendimiento y su buen momento con un oro en 200 metros braza y un bronce en 100 metros braza, ambos en la cita de Copenhague en 2017.
Kazán 2015 y el bronce con el que tocó la cima
El campeonato del mundo de natación de aquel año será difícil de olvidar para los amantes de este deporte y sobre todo para los seguidores de Jessica Vall. Después de realizar una competición magnífica al más alto nivel, la nadadora española llegó a una final histórica de 200 metros braza. No solamente por lo que supuso para Vall, su primer bronce en un mundial, sino por la forma en la que llegó.
Aquel 7 de agosto en Rusia, la deportista de Sant Andreu metió una marcha más en los 50 metros finales para conseguir subirse a un podio en el que hubo hasta 3 perseas de bronce. La igualdad hasta el final tuvo la culpa cuando tres nadadoras, entre ellas Vall, pararon el crono al mismo tiempo con una marca de 2:22:76.
A las puertas de las finales en sus experiencias olímpicas
Río 2016 fue su primera cita con los Juegos Olímpicos. Jessica Vall disputaba por primera vez aquella competición con la que cualquier niña pequeña soñaba desde que empezó, como es el caso de la española. No pudo seguir manteniendo la senda positiva que traía de sus resultados a nivel europeo, quedándose en las semifinales de sus dos especialidades.
5 años después y tras una pandemia que obligaba a posponer los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, Vall llegaba a un evento en el que era conocedora de que el aplazamiento iba a suponer muchos cambios. El principal, que los propios deportistas no llegaran en las condiciones en las que estarían preparados para su celebración el año anterior.
En sus segundos juegos, la nadadora cayó eliminada en las series de los 100 braza, tras quedar en un escenario complicado por su 18ª posición en las rondas clasificatorias. En los 200 braza sí que pudo avanzar hasta las semifinales, aunque quedó en una sexta posición que la alejó de la ansiada final. Luchó hasta el último suspiro en una prueba en la que llegó a estar cerca de los primeros puestos, pero finalmente se quedó fuera.
Tampoco ha tenido fortuna en su última prueba del evento, el 4x100 estilos de un equipo español formado por su compañera África Zamorano, Lidón Muñoz y una Mireia Belmonte que al igual que Vall se despide sin premio de la capital nipona.
Momento para apartarse de la natación
La nadadora española se marcha de estos Juegos de Tokyo 2020 satisfecha por su actuación y por haber peleado hasta el final. Jessica Vall deja a un lado su vínculo con la natación para centrarse en su vida familiar y personal.
La de Sant Andreu ha decidido darse un respiro tras años de dedicación y esfuerzo, con la espina clavada de no haberse colgado un metal en la esfera olímpica. El tiempo dirá si Vall vuelve a disputar unos Juegos, los que serían sus terceros en su cuenta personal, que se celebrarán en París en 2024.