Fátima Gálvez y Alberto Fernández, el oro de la perseverancia
- Los tiradores españoles triunfan en la nueva prueba mixta de foso olímpico tras varias participaciones fallidas en los juegos
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El primer oro de España en Tokyo 2020 se ha sentido como una liberación, tanto para la delegación española como para sus protagonistas, los tiradores Fátima Gálvez y Alberto Fernández, que han alcanzado juntos, en una prueba que es olímpica es su modalidad mixta por primera vez, la medalla que ambos habían perseguido sin éxito de manera individual en varias ediciones de los Juegos Olímpicos.
"La espera merece la pena", aseguraba Fernández a RTVE poco después de la entrega de medallas, en la que el himno español ha sonado por primera vez en Tokyo 2020. Para él son sus cuartos Juegos Olímpicos, sin que haya conseguido colarse en la final en ninguna de sus participaciones individuales: fue 33º en Pekín 2008, 25º en Londres 2012 y 17º en Río 2016, mientras que en Tokio se ha quedado a las puertas con un noveno puesto.
Una frustración recurrente para un tirador que se codea con la élite de su deporte y que se ha coronado hasta en tres ocasiones campeón del mundo, dos de ellas, en 2010 y en 2018. Este sábado se ha arrancado la espina olímpica siendo decisivo en la final: completó su ronda de 25 disparos con solo un fallo, el mejor de los cuatro finalistas.
"Somos un equipo y para mi era juego, me lo estaba pasando pipa. Ese era mi objetivo en estos juegos, divertirme mucho y venir a jugar, que es lo que sé hacer. Y con Fátima es muy fácil hacerlo, porque es la mejor", contaba ya con la medalla de oro colgada del cuello.
Un inicio dubitativo y un final brillante
Gálvez, por su parte, ha comenzado dubitativa, como ella misma admitía después: "Yo he sufrido un poquito más, sobre todo en los primeros platos, porque no veía el plato en la salida". Pese a todo, ha sabido reponerse y ha cerrado su ronda con ocho fallos sobre 25, suficientes para que la pareja española derrotara a los sanmarinenses Alessandra Perilli y Gian Marco Berti por 41 a 40.
“Tenía la confianza de que iba a salir todo bien, ya lo hablamos en su momento y veníamos preparados mentalmente“
"Tenía la confianza de que iba a salir todo bien, ya lo hablamos en su momento y veníamos preparados mentalmente. Y al final lo hemos conseguido", subrayaba la tiradora, que participaba en sus terceros Juegos Olímpicos y que, justo este año, se ha quedado más lejos que nunca de las medallas en la prueba individual: después de ser cuarta en Río 2016 y quinta en Londres 2012, en Tokio ha quedado relegada al décimocuarto puesto.
Cumple así la promesa que soltó ante su familia cuando era niña y veía las olimpiadas por televisión: "Yo voy a ganar una medalla olímpica", tal como recordaba su madre, Josefina Marín, en declaraciones RTVE tras la victoria de su hija. "Cuando era más chiquita se iba con su papa a los campeonatos, que a mi marido también le gusta mucho tirar al plato. Y le decía: 'Yo sé tirar, déjame la escopeta'. Y un día le dejó, le gustó, le gustó y mira donde ha llegado", rememoraba emocionada.
Juntos mejor que por separado
Frustrados por separado, ambos tiradores han alcanzado juntos una medalla que se les resistía, gracias a la inclusión de la modalidad mixta de trap en el programa olímpico de tiro. "Hemos competido juntos muchísimas veces en campeonatos del mundo y europeos, tenemos varias medallas de oro en el equipo mixto", recalcaba Gálvez poco después de subir al podio. Y apostillaba: "Sabíamos que aqui en Tokio se iba a hacer realidad nuestro sueño".
"La medalla para ambos es la guinda y, sobre todo, el disfrute de todo ese esfuerzo y ese trabajo que han hecho durante años", ratificaba a RTVE desde Asturias Beatriz Martínez, la esposa de Fernández, también tiradora. "Tienen que estar súperdesahogados, sueltos", añadía, al tiempo que destacaba su capacidad para competir en equipo: "Se han compenetrado muy bien".
Para el tiro español, es la cuarta medalla olímpica, la primera de oro, tras las platas de Ángel León en Helsinki 1952 y María Quintanal en Atenas 2004, y el bronce de Jorge Guardiola en Seúl 1988. Pero, sobre todo, es la culminación de un recorrido muy largo para dos tiradores consagrados a un deporte minoritario, tal como resaltaba el presidente del Comité Olímpico Español: "Un oro merecido para dos deportistas con una trayectoria brillante. Albert Fernández y Fátima Gálvez, gracias y enhorabuena por este éxito, por vuestra humildad y vuestro trabajo. Sois los mejores", indicaba en su cuenta de Twitter.
Y con la presión por conseguir una medalla olímpica ya liberada, ambos ya piensan en los siguientes Juegos Olímpicos: "A seguir trabajando y a vernos en París juntos, ¿no?", le decía Fernández a Gálvez ante las cámaras de TVE, a lo que ella ha respondido sin dudar: "Por supuesto".