Ray Zapata, tras ganar la plata en Tokyo 2020: "La ayuda no está mal, pero podría ser mucho más elevada"

• Reconoce que se debería valorar más el gran esfuerzo realizado por todos los deportistas que participan en los Juegos
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Ray Zapata disfruta de su familia tras conquistar la plata en suelo en Tokio 2020

Ray Zapata se coronó como subcampeón de gimnasia artística en suelo, su especialidad, en los pasados Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. Ya en España, el sucesor de Gervasio Defer ha hablado con nuestros compañeros de 'Días de Verano' sobre cómo ha sido su regreso, así como de lo que le supone económicamente haber ganado la medalla de plata.

"La ayuda no está mal, pero podría ser mucho más elevada, no porque yo haya ganado una medalla olímpica ahora, sino porque todo el esfuerzo que hacemos los deportistas españoles es muy grande y hay gente que se queda a mitad del camino, corremos muchos riesgos de lesionarnos... Lo tenemos cubierto por una parte, pero nos dejamos nuestro cuerpo, mente y vida en eso", reconocía el gimnasta. Aún así, considera que "está muy bien" y que le va a ayudar mucho.

Zapata también ha valorado la importancia de las becas ADO: "Gracias a estas podemos dedicarnos solo a entrenar para conseguir este tipo de objetivos. Sin ellas no podríamos hacerlo. En mi caso, en la gimnasia, entreno por la mañana y por la tarde, por lo que sería impensable buscar un trabajo y hacer gimnasia a la vez".

Ray Zapata comenta su medalla - Ver ahora

Esperado reencuentro

Todo esfuerzo y dedicación tienen su recompensa, pero también conllevan una serie de cambios, y Zapata afirmó que aún no se ha repuesto de su éxito olímpico: "Estoy intentando asimilar todo. Es increíble ver las imágenes, el apoyo que te da la gente... A día de hoy voy andando por la calle y me reconocen. Es diferente, pero estoy contento de estar en mi casa".

Durante la entrevista, Ray Zapata estuvo en todo momento acompañado de su hija, Olimpia, y de su mujer, Susana, que "tenía bastante asimilado que iba a traer medalla". El reencuentro de la familia fue, en palabras del gimnasta, "increíble". También contó, como anécdota, que su intención al llegar a casa fue la de ponerle la medalla a su hija, pero acabó desechando la idea debido al gran peso de la presea.