Kashafali, del campo de refugiados a profesor de matemáticas y oro paralímpico
- El plusmarquista mundial no pudo ir al colegio hasta que tuvo 13 años
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Salum Ageze Kashafali es el nuevo campeón paralímpico de los 100 metros lisos T12 en Tokyo 2020. Antes de eso, tuvo que huir de la República Democrática del Congo y albergarse en un campo de refugiados.
Kashafali nació en 1993 en el Congo, creciendo en un país devastado por la guerra civil que lo sumía, y donde el único objetivo que tenía era mantenerse con vida. En ese momento no estaba entre sus ideas ser un gran deportista de éxito: “había momentos en que nos esforzábamos por mantenernos vivos”.
“Había momentos en que nos esforzábamos por mantenernos vivos“
El atleta explica que hubo una noche en la que estaban durmiendo. De repente, se despertaron y estaba todo en llamas debido a la explosión de varias bombas. “ Lo primero que vimos después de salir por la puerta fue gente en el suelo. Simplemente esperas morir”, añadió el joven de 28 años.
Tras el campo de refugiados, pudieron mudarse a Noruega
A los 11 años, consiguió huir de la guerra y del horror junto a su familia, permaneciendo durante meses en un campo de refugiados. Hasta que ‘les tocó la lotería’: “mudarme a Noruega fue como ganar la lotería, era una oportunidad en un millón”. Su infancia no consistió en jugar al fútbol o correr por las calles, sino en sobrevivir.
La familia pudo emigrar a Noruega, más específicamente, a Bergen. Allí, una nueva vida se abrió para los Kashafali. “Pasamos de mendigar comida a poner un techo sobre tu cabeza. Esto es más grande que cualquier cosa que pudieras imaginar”, le contaba al Servicio de Información de los Juegos Paralímpicos.
Una vez en Bergen empezó su adaptación, que no fue fácil, ya que solo hablaba swahili y francés. “No fui a la escuela hasta que tuve como 13 años. No sabía leer, no podía siquiera escribir mi nombre, explicaba Salum. Pero poco a poco, con la ayuda de amigos, lo consiguió.
Ahora es profesor de matemáticas
“Siempre les dije a mis padres que si alguna vez tenía la oportunidad de ir a la escuela luego quería ser profesor. Me encanta enseñar”, dijo. Y así lo hizo. Ahora, da clases de matemáticas en una escuela.
Pero en ese tiempo de adaptación, le diagnosticaron Stargardt, una enfermedad degenerativa precoz, normalmente diagnosticada en menores de 20 años. Afecta a la mácula, encargada de la visión central, y hace que vayas perdiéndola.
Una vez superadas todas esas dificultades que le ha ido poniendo la vida, Salum Ageze Kashafali hace historia en el atletismo. En el Mundial de Doha 2019 de Para Atletismo, el noruego ganó el oro en los 100 metros T12, con un tiempo de 10.54. Y ese mismo año, en el campeonato Noruego, batió el récord del mundo en esta prueba dejándolo en 10.45.
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Ya en la capital nipona, batió, esta vez, el récord paralímpico con 10.46 en la primera ronda. “Estar aquí en Tokio y en posición de ganar, con suerte, una medalla, es el sueño de todo atleta”, finalizaba el plusmarquista. En la final, volvía a batir tanto el paralímpico como el mundial, dejándolos en 10.43. Así ha sido, todas las adversidades a las que ha tenido que hacer frente el corredor, le han terminado pagando con este oro paralimpico.