Las mujeres que han dejado su nombre escrito en las páginas de la historia de los Juegos Paralímpicos
- Las mujeres han jugado un papel importante en el mayor evento deportivo del mundo paralímpico.
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Mujeres que han hecho historia en los Juegos Paralímpicos
Maria Scutti
Trischa Zorn
Teresa Perales
María Carmen Riu y Rita Granada
Libby Kosmala
Natalia Patryka
Neroli Fairhall
Todas son especiales por alguna razón y han logrado hazañas que nadie ha podido igualar. Ellas siempre serán recordadas en el mundo paralímpico y, algunas, tienen la oportunidad de agrandar todavía más su leyenda en Tokyo 2020.
Repasamos algunos de los nombres en femenino más destacados que han dejado y dejarán huella en los Juegos Paralímpicos:
Maria Scutti
Fue la gran estrella de los primeros Juegos Paralímpicos de Roma 1960. Maria Scutti logró una hazaña que nadie ha sido capaz de igualar: la consecución de 15 medallas en una misma cita paralímpica, de las cuales 10 fueron de oro.
La para atleta se quedó en silla de ruedas a raíz de un accidente de tráfico. Esta dificultad no le impidió ser una deportista polivalente. La italiana participó en cuatro modalidades diferentes, donde en ninguna se le escapó la medalla: atletismo, natación, tenis de mesa y esgrima.
Los Juegos italianos fueron su única participación paralímpica y donde demostró su talento dejando grabado su nombre para siempre.
Trischa Zorn
Su nombre quedó marcado con letras de oro en los Juegos Paralímpicos. La nadadora Trischa Zorn dejó huella al ser la deportista más laureada de la historia. A sus espaldas deja un gran legado, es la reina de la natación, en su palmarés cuenta con un total de 55 preseas: 41 de oro, 9 de plata y 5 de bronce. Medallas obtenidas durante sus siete participaciones paralímpicas, compitió de manera ininterrumpida desde Seúl 1980 hasta Atenas 2004.
Además de todos los metales conseguidos la nadadora ha establecido ocho récords mundiales en diferentes categorías: 50 m atrás, 100 m atrás, 200 m atrás, 200 m IM, 400m IM, 200m de pecho, relevo combinado 4x50 y relevo libre 4x50m. Trischa nació con aniridia. Su condición solamente le permitía ver objetos que estaban a ras de ella, por lo que siempre ha competido en natación adaptada. Tras dos implantes de íris artificial que le realizaron en 2003, Trischa mejoró su visión, pero siguió compitiendo en el mundo paralímpico.
Es la estrella de los Juegos Paralímpicos y por eso no podía faltar en el Salón de la Fama Paralímpica, en el que está incluida desde el año 2012.
Teresa Perales
De la deportista más laureada internacionalmente pasamos a la leyenda española. La nadadora maña cuenta en su palmarés con 27 medallas paralímpicas: 7 oros, 10 platas y 10 bronces. La última conseguida en Tokyo 2020, donde realizó el milagro. Lesionada en el hombro izquierdo, logró lo imposible añadiendo una presea más a su palmarés.
En el país nipón suma su sexta participación paralímpica. De todas sus citas, Teresa Perales se ha llevado un metal para su colección.
La para atleta, que lleva participando en todas las ediciones desde Sidney 2000 ,sufrió a los 19 años una neuropatía que la condenó a una silla de ruedas. Adaptándose a su nueva vida, comenzó en las piscinas y, al año siguiente, ya estaba compitiendo.
Entre sus distinciones, fue galardonada este año con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes y fue nombrada Hija Predilecta de Zaragoza.
María Carmen Riu y Rita Granada
María Carmen y Riu y Rita Granada son las primeras representantes españolas que tuvimos en unos Juegos Paralímpicos. Hubo que esperar hasta Tel Aviv 1968 para ver participar a la expedición española en este evento deportivo y allí estaban ellas. Las nadadoras formaron parte de la delegación de nuestro país.
Riu consiguió en Israel un doble hito: ser la primera deportista española en lograr participar en una cita paralímpica y convertirse en la primera mujer en lograr una medalla para España.
La catalana logró dos preseas plateadas en la clase 3 de las pruebas de 50 metros braza completa y 50 metros de libre completa. En la otra cara de la moneda, Rita. La nadadora que compitió en 3x25m estilos culminó la final con un cuarto puesto.
Libby Kosmala
La tiradora Libby Kosmala representó por última vez a su país con 74 años en Río 2016. Con doce juegos a sus espaldas, la atleta australiana se retiró tras los Juegos cariocas.
Parapléjica de nacimiento, se introdujo en la vida deportiva gracias a un paciente del hospital Royal Adealide. Fue una deportista polivalente, ya que practicó entre otros: natación, esgrima o carreras en sillas de ruedas.
Estuvo presente en Tel Aviv 1968 como secretaria adjunta de su delegación y debutó en Heidelberg 1972, donde se alzó con el bronce en relevo 3x50 m de natación. Tras estos Juegos compitió la modalidad de tiro al rifle donde ha brindado 12 medallas a su país, Australia.
Natalia Partyka
De la más veterana pasamos a la más joven. Natalia Partyka, jugadora de tenis de mesa, debutó en los Juegos Paralímpicos de Sydney 2000 con tan solo 11 años. Tras un estreno bastante discreto en las islas antípodas, su carrera comenzó a despegar convirtiéndose en la rival a batir.
La palista croata, que nació sin mano ni antebrazo, han conseguido colgarse nueve metales paralímpicos.
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Y este no es el único record que ostenta la polaca. Desde que se clasificó para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Pekín 2008, no ha dejado de competir en ambas citas, siendo la única atleta que ha participado en cuatro ediciones de Olímpicos y Paralímpicos.
Neroli Fairhall
Aunque el record de más participaciones en ambas citas lo sostenga Natalia Patyka, Neroli Fairhall fue la primera que abrió el camino para que un para deportista pueda competir en ambos Juegos.
La neozelandesa empezó a practicar tiro con arco a raíz de un accidente de moto que la postergó en una silla de ruedas. La tiradora consiguió participar en cuatro Juegos Paralímpicos de los que se llevó una medalla de oro en Arnhem 80.
En 1894 le ganó el derecho a representar a su país en los Juegos Olímpicos. En el país estadounidense alcanzó la trigésimo quinta posición, pero se llevó un premio más importante: entrar en las páginas de la historia.