Colbrelli sobrevive y gana una espectacular París-Roubaix pasada por agua y barro
- El italiano culminó la extrema prueba en su primera participación ganando al 'sprint' a van der Poel y Vermeersch
- La lluvia, el barro y las caídas fueron el aliciente de una carrera ya de por sí extrema
Sonny Colbrelli (Bahrain) logró sobrevivir y vencer a una de las París-Roubaix más espectaculares de los últimos años. En una batalla final ante van der Poel (Alpecin) favorito y un Vermeersch (Lotto) combativo, el italiano se impuso en el 'sprint' final que terminó con la victoria del italiano envuelto en un mar de lágrimas de emoción por su gesta.
El Infierno de los adoquines tuvo un factor que llevó la carrera al extremo: La lluvia. Con el asfalto, ya ingobernable de por sí, el pavimento mojado y el barro prepararon un terreno impracticable. No hubo favoritos, sólo supervivientes.
Van der Poel estuvo al borde de la rendición, Laporte tuvo que frenar con el pie apoyado en la rueda posterior y varios corredores afrontaron la carrera con la cara cubierta de barro. Pura París-Roubaix. Ni siquiera el temido Bosque de Arenberg ganó en peligrosidad pero mantuvo su aura legendaria porque el pavé ya era imposible.
Van der Poel inicia la exhibición
En el tramo de cinco estrellas, Vermeersh y Eekhoff lideraron la carrera por delante de un pelotón reducido pero plagado de atacantes como van Aert o van der Poel. El neerlandés tuvo varios problemas mecánicos en el tramo 15, en Tilloy en Sars-et-Rosières, cambió de bicilcleta e inició la exhibición pedaleando como un loco.
La carrera se empezó a preparar peligrosamente para van der Poel. El ciclista de Alpecin fue el único que no mostraba debilidades sobre el pavé y endiabló el ritmo de su grupo, a 50 segundos de la cabera de carrera. Quedaban 12 tramos.
Moscon supo que van der Poel venía como un tiro y atacó desde la cabeza de carrera a 50 kilómetros de meta para inciar su aventura en soltario. El planteamiento era sencillo, arriesgar o perder. Las oportunidades del grupo de van Aert, poco a poco se fueron deshaciendo.
Moscon y el colmo de la mala suerte
La estrategia de tirar en solitario sonrió al italiano que aumentó su ventaja a un minuto y medio sobre van der Poel, que vio que no podía conseguir la victoria en grupo y apostó su carta a la desesperada lanzándose a buscar a Moscon para gastar todas sus fuerzas.
Pero en esta carrera nunca hay que confiarse. Moscon sufrió un pinchazo que le costó casi un minuto. En el cambio de bicicleta, la ventaja del italiano pasó del minuto y medio a apenas 40 segundos sobre van der Poel, y para terminar de rematar la mala suerte, el corredor de INEOS se fue al suelo. Un pinchazo, una caida y la fatiga estaba sentenciando al italiano.
En el Carrefour de l'Arbre, sector de cinco estrellas y de 2100 metros, se revolucionó la carrera. Van der Poel movió su ficha y alcanzó a un Moscon que ya iba con la bandera blanca izada. El neerlandés se postuló para ganar la carrera pero le apareció un nuevo competidor que estuvo a la sombra: Sonny Colbrelli.
El Velódromo de Roubaix recibió a van der Poel, Colbrelli y Vermeersch para la batalla final. El trío se miraba inquieto. El belga lanzó el primer golpe al que respondió Colbrelli con un ataque demoledor que le dio la victoria. A van der Poel las buenas sensaciones no le acompañaron en el 'sprint' final.
El italiano se deshizo en lágrimas de emoción tras culminar la prueba más extrema de lo normal y en su primera participación.