El 'efecto Xavi' se diluye en el Barça, fuera de octavos de la Champions 20 años después

• El conjunto azulgrana dependía de sí mismo, pero se mostró incapaz ante el Bayern (3-0)
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El Bayern inaugura, de forma dramática, una nueva era en el Barça

El FC Barcelona no estará en el 'bombo' de octavos de final de la Champions League. La derrota ante el Bayern Múnich este miércoles, sumada a la victoria del Benfica, le relega a la tercera plaza y a la Europa League.

Con la llegada de Xavi Hernández al banquillo para enderezar el rumbo que se torció con Ronald Koeman se habló de un 'efecto Xavi', que devolvió algo de ilusión al barcelonismo. Pero solo duró dos victorias en Liga.

Xavi Hernández: "Esta derrota debe ser un punto de inflexión"

En Liga de Campeones el Barça solo ha logrado un empate y esta derrota en las dos últimas jornadas, mostrándose incapaz de meter un gol. El de Terrassa no ha logrado aún insuflar al equipo algo más de potencial ofensivo.

Bien es cierto que no ha podido contar con Braithwaite ni con Ansu Fati, entre otras bajas. Pero el Bayern también tenía las suyas y frente a los culés no pareció resentirse tanto.

"Hemos hecho una gran fase de grupos ganando todos los partidos. Pero si analizas los 90 minutos de hoy hemos tenido muchas oportunidades de gol y suficiente control para que el resultado fuera más amplio", dijo el técnico del Bayern, Julian Nagelsmann, tras el partido.

El entrenador bávaro ya avisó en la previa de que saldrián a por la victoria, para evitar suspicacias en el Benfica al no jugarse nada, pero también porque consideraban al Barça "un rival directo por el título". Cumplieron.

Dos goles en seis partidos

En un solo partido los germanos anotaron más goles que el Barça en toda la fase de grupos: seis partidos (540 minutos) y dos goles. Lo raro es que hayan podido terminar terceros y poder jugar la Europa League. Una 'bola extra' con la que tratar de maquillar una temporada que se presume difícil.

Messi asegura estar dolido con Laporta

No han sido solo las bajas para este partido. El Barcelona está inmerso en un proceso de deconstrucción y reconstrucción al que tienen que hacer frente el tándem Joan Laportadesde el despacho y el banquillo, respectivamente.

La pérdida de potencial ofensivo comenzó en verano con la marcha de Leo Messi, la más sonada por ser el capitán y sempiterno Balón de Oro. Pero también se marchó Antoine Griezmann, quien el día antes lideró al Atlético a los octavos. Una salida que recuerda a la de Luis Suárez la temporada anterior, siendo el uruguayo fundamental para que los rojiblancos ganaran la Liga.

El Barça, fiel a su filosofía pero también acuciado por las deudas, ha tratado de hacer frente a las salidas con cantera: Ansu Fati, Gavi, Nico González, entre otros, o con la joven promesa de Pedri. Pero la también dudosa gestión técnica ha hecho que las lesiones hagan mella.

Los veteranos, Gerard Piqué, Jordi Alba y Sergio Busquets, han recibido la tarea de hacer frente común en el vestuario, aunque Piqué está en el punto de mira por la supuesta falta de implicación debido sus negocios paralelos, como la Copa Davis.

Crisis paralelas a principio de siglo

Una situación que no es extraña para Laporta ni para Xavi. El segundo ya lo vivió como jugador estando a las órdenes de Lorenzo Serra Ferrer. El Barça quedó tercero de su grupo en la Champions 2000-2001 por detrás de Milan y Leeds, aunque entonces ganó dos partidos y marcó 13 goles, mejor que ahora.

El Alavés mira atrás con nostalgia

Luego llegaría a semifinales de la extinta Copa de la UEFA, donde caería ante el Liverpool, a la postré campeón derrotando al Alavés en una final memorable (5-4).

Para Laporta tampoco es una situación extraña. El actual presidente tuvo un primer mandato ganando las elecciones en junio de 2003 y también se vio obligado a afrontar una renovación profunda con escasos recursos económicos. De entonces es recordado aquel "¡al loro!, que no estamos tan mal, hombre".

Laporta: "¡Al loro!"

Aunque hay paralelismos, también diferencias como los más de mil millones de euros de deuda a los que tiene que hacer frente el club. La refundación se presume ardua para el barcelonismo.