Biatlón, esquiar con el rifle a cuestas
El deporte, de orígenes escandinavos y desarollo militar, se ha modernizado, aunque apenas tiene practicantes en España.
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El biatlón -literalmente, dos deportes- combina el tiro y el esquí de fondo y, según recoge el propio Comité Olímpico Internacional, hunde sus raíces en las técnicas de supervivencia que se ponían en práctica en los bosques nevados de Escandinavia.
Sin embargo, como deporte sus orígenes son militares. De hecho, en los primeros Juegos de Invierno, en Chamonix 1924, se disputó como 'Patrulla militar'. Desapareció del programa olímpico en las siguientes ediciones y reapareció en su forma moderna, civil, en 1960.
Las mujeres empezaron a participar en la cita de Albertville 1992, en su caso con distancias inferiores en las cuatro pruebas individuales y una de relevos en las que se dividía entonces el biatlón olímpico. Desde 2014, además, hay una competición mixta de relevos, que en Pekín 2022.
Correr y disparar
Todas las especialidades tienen en común que se trata de carreras en las que los atletas esquían por un sendero con elevaciones limitadas y el arma a cuestas, y que la distancia se divide en rondas de tiro. Dependiendo de la prueba, los tiros fallados se penalizan con tiempo añadido al resultado final -en el caso de la especialidad denominada 'individual'- o bien que se incremente la distancia total que debe recorrer el participante -en el resto-.
La carrera de esprint es la más corta: 7,5 kilómetros la femenina y diez kilómetros la masculina. La de persecución se desarrolla en función de los resultados de la anterior. La prueba de más fondo, la denominada individual, se va hasta los 15 o 20 kilómetros, según la categoría. Y la de salida en masa, que cierra el programa, está reservada a los mejores biatletas de los Juegos.
Además, todas las pruebas tienen otra característica común y es que se alterna una ronda de disparos de pie con otra tumbado.
Sin apenas arraigo en España
Este deporte, que se rige por una federación internacional propia, apenas tiene practicantes en España. El año pasado no llegaban a medio centenar de federados, frente a los casi 1.400 de Noruega, donde no solo el entorno y las numerosas instalaciones son más propicios para el biatlón, sino también la tradición en el manejo de las armas, con una poderosa Asociación Nacional del Rifle que incentiva los deportes de tiro.
Alemania, primera, y Noruega, segunda, son las naciones que dominan este deporte de la familia del esquí nórdico -en la que la bota no está completamente fijada a la tabla-.
Y un atleta noruego, Ole Einar Bjørndalen, es el deportista masculino más laureado en la historia de los Juegos de Invierno con 13 medallas –ocho de ellas de oro–. Al rey del biatlón solo le supera en el medallero histórico su compatriota Marit Bjørgen, esquiadora de fondo, que tiene dos bronces más.