Deporte de élite y maternidad, el paso que cada vez más deportistas se atreven a dar
- Pese a lo difícil de conciliar maternidad y entrenamientos hay deportistas que se atreven a ser madres pero reclaman más ayudas
- Ona Carbonell, Blanca Manchón o Liliana Fernández relatan las dificultades de compaginar su trabajo con el cuidado de los hijos
- Toda la información sobre el 8M en el especial: #RTVEobjetivoigualdad
Enlaces relacionados
Ser deportista de alto nivel y ser madre ha sido durante mucho tiempo un deseo inalcanzable. Muchas deportistas aplazaban la maternidad hasta el final de su carrera deportiva. Sin embargo, desde hace algunos años está situación está cambiando y, aunque todavía queda mucho por hacer, cada vez son más las mujeres que se deciden a tener un hijo sin renunciar a seguir destacando en su deporte.
La atleta Allyson Felix, la tenista Serena Williams o la futbolista Alex Morgan se han convertido en referentes a nivel mundial al quedarse embarazadas y seguir en primera línea del deporte. Pero no son las únicas. En nuestro país encontramos cada vez más deportistas de alto nivel que compaginan la maternidad y el deporte de alto rendimiento.
Ona Carbonell, Maialen Chourraut, Teresa Portela, Blanca Manchón o Liliana Fernández son solo algunos ejemplos de estas deportistas pioneras que han seguido destacando tras haber dado a luz.
Todas ellas han cumplido su deseo de ser madres y, además, demostrar que después se puede seguir estando en lo más alto, participando en unos Juegos Olímpicos.
Blanca Manchón y su camino sin apoyos para volver a la élite
Pero el camino hasta llegar ahí, no ha sido nada fácil. Así lo cuenta la regatista Blanca Manchón que perdió a todos sus patrocinadores en 2016, tras anunciar que estaba embarazada de su hijo Noah.
"Existe la idea de que una madre deportista está ya acabada, que no va a volver a su alto rendimiento", cuenta esta sevillana que volvió a proclamarse campeona del mundo de windsurf solo 7 meses después de dar a luz.
Lo hizo sola, sin patrocinadores y sin el apoyo de su Federación que le exigía resultados demasiado altos nada más parir.
Blanca Manchón describe esos meses como "una pesadilla" y pensó incluso en dejarlo, pero a base de "sacrificio, pasión y constancia" demostró que se puede ser madre y deportista olímpica.
Ona Carbonell, olímpica un año después de dar a luz
Al igual que Blanca, Ona Carbonell también estuvo en Tokio después de haber sido madre. En su caso, Ona llegó a anunciar su retirada para cumplir su deseo de ser mamá.
Pero tras el parto y el aplazamiento de los Juegos a 2021 por la pandemia, Carbonell volvió a la piscina 40 días después del nacimiento de Kai y logró su plaza olímpica solo unos meses después de su maternidad.
Ahora, embarazada de su segundo hijo, Ona Carbonell, está inmersa en la presentación de su documental Empezar de nuevo. Un proyecto con el que la nadadora de sincronizada quiere mostrar al mundo todos los problemas que tiene las deportistas cuando son madres.
“Yo habría sido madre antes si no hubiera tenido ese miedo a perder mis becas“
"Hay que visibilizar las dificultades de una mujer deportista cuando decide ser madre y continuar con su carrera deportiva. No es un camino fácil. Es un camino que no está regularizado, se necesitan más ayudas, más becas", reclama.
"Yo habría sido madre antes si no hubiera tenido ese miedo a perder mis becas", reconoce la nadadora que insiste en que "queda mucho camino por recorrer".
En esta cinta que recoge desde el nacimiento de su hijo hasta su participación en Tokio, Ona también habla de lo difícil que es conciliar la maternidad y el deporte. Ella, por ejemplo, tuvo que renunciar a celebrar el primer cumpleaños de su hijo al estar encerrada en la burbuja de los Juegos Olímpicos.
También tuvo que renunciar a seguir amamantando a su hijo y señala que "la lactancia es otra cuenta pendiente".
"La diferencia entre hombres y mujeres es abismal porque hay muy poca visibilidad... Incluso la sociedad te mira de otra manera. Por el hecho de ser madre piensan que ya no va a conseguir las mismas medallas y eso hay que cambiarlo", añade.
Liliana Fernández, en su segundo embarazo, no piensa en la retirada
De las dificultades para conciliar también habla Liliana Fernández. La jugadora de vóley playa fue mamá en 2017 en mitad del ciclo olímpico que iba de Río a Tokio.
Sin la ayuda de su familia y su marido, no hubiera podido llegar a participar en sus terceros Juegos Olímpicos.
"Cualquier madre trabajadora tiene que hacer malabares para conciliar, pero es verdad que en el caso de las deportistas de élite los viajes entran en la ecuación y es más difícil. Yo tuve que dejarle a mi marido un banco de leche porque aún estaba con la lactancia materna", cuenta a RTVE.es
“Es una logística y un esfuerzo enorme“
"Es una logística y un esfuerzo enorme. Tienes que sacrificar mucho más. Yo he tenido el apoyo personal de mi familia y mi marido, el primero. Si él no me hubiera apoyado no estaría aquí hoy", añade Liliana que ahora, embarazada de su segundo hijo, continúa entrenando y sin pensar en la retirada.
Liliana Fernández señala que "es duro" pero no se siente "diferente a cualquier otra madre que se esfuerce cada día" por llegar a todo.
Normalizar el embarazo entre las deportistas
Lo que sí reclama es que "se visibilice y se empiece a normalizar" que una mujer puede ser madre y deportista de alto nivel.
A conseguir esa normalización van a contribuir la triatleta Eva Moral, la jugadora de basket Leslie knight o las futbolistas María de Alharilla y Marta Corredera.
Todas ellas se encuentran ahora mismo embarazadas. Quieren ser ejemplos de que la maternidad y el deporte son compatibles y así animar a dar el paso a futuras generaciones.
En este sentido, el fútbol va un paso por delante de otros deportes tras la aprobación, en 2019, del I Convenio Colectivo del fútbol femenino.
En esta normativa se respalda a las futbolistas que se quedan embarazadas y, además, se regula que si están en su último año de contrato tienen el derecho a renovar por una temporada más con las mismas condiciones.
María de Alharilla, madre y futbolista
María de Alharilla, capitana del Levante y embarazada a sus 31 años, se muestra feliz por este avance que le permite "compaginar el fútbol y la maternidad". "Este es el camino", asegura.
"Un embarazo en la vida cotidiana es muy normal, pero en el fútbol femenino, hasta ahora, no se ha podido realizar. No teníamos el respaldo para hacerlo. Espero abrir muchas puertas y que muchas jugadoras más se atrevan a dar el paso", añade.
Además, aunque el embarazo ahora esté regulado, De Alharilla también destaca que es fundamental el apoyo de los clubes, sin los cuales "el camino sería mucho más difícil".
En este sentido, se muestra más que satisfecha con el tratamiento que está recibiendo por parte del Levante que, entre otras cosas, le ha renovado dos años más.
Pero, aunque este Convenio sea un paso muy importante, aún quedan muchas cosas por hacer. Y es que, por ejemplo, en el texto no se habla nada de qué debe hacer una jugadora embarazada, si debe seguir o no con los entrenamientos.
"Es una situación nueva para todos. El cuerpo técnico y la dirección médica nos hemos tenido que poner a estudiar y a documentar", reconoce De Alharilla.
El convenio del fútbol, solo un primer punto de partida
Además, llama la atención que, pese a ser un convenio exclusivamente para mujeres, la palabra maternidad solo aparece en dos ocasiones.
La primera, en el artículo 13, en el apartado de Riesgos laborales cuando insta a los clubs a contemplar "todo lo relacionado a la protección de la maternidad de las futbolistas". La segunda, en el punto 5.2 del Anexo II, cuando advierte que "la discriminación por embarazo, lactancia o cuidado del lactante, maternidad, cualquier trato desfavorable o despectivo otorgado con ocasión de dichas situaciones, o referido a la propia condición de mujer constituirá una discriminación directa por razón de sexo".
Es por todo esto que María José López, abogada de AFE que participó en la redacción de este convenio, asegura que este documento "es solo un inicio, un punto de partida" pero queda mucho por regular en cuestión de maternidad.
"Se ha abierto el debate de qué pasa con las mujeres, la conciliación, la maternidad… y el fútbol juega como apertura en esta línea de reivindicación", asegura esta abogada.
Leslie Knight, de baja médica por su embarazo
Otro caso que demuestra que aún queda mucho por hacer es el de Leslie Knight. La jugadora del Estudiantes es pionera en el baloncesto femenino de nuestro país con su embarazo.
En su entrevista con RTVE.es cuenta que desde el principio recibió el apoyo de su club cuando le comunicó que estaba embarazada, sin embargo, desde entonces se encuentra de baja y sin poder entrenar con el equipo, cobrando a través de una compañía aseguradora.
"Es una sensación muy rara, te sientes apartada”, asegura esta estadounidense, de 35 años, que no puede entrenar ni viajar con sus compañeras.
"Es un poco agridulce...Estoy de baja y me está pagando una compañía privada, sigo cobrando mi sueldo pero el club ya no se encarga de pagarme cada mes. Además, en el partido no puedo estar en el banquillo porque estoy de baja y no debería estar ejerciendo como imagen del club. No estoy jugando pero puedo ir a animar a mis compañeras ¿no? Todavía es mi equipo", lamenta.
En este sentido Leslie Knight espera que se avance cuanto antes en un convenio para el baloncesto para que ninguna jugadora se sienta aislada ni invisible como le ocurre ahora a ella.
Eva Moral y el miedo a la invisibilidad tras una medalla olímpica
Otra deportista que tenía miedo a pasar desapercibida es Eva Moral. Esta triatleta paralímpica, ganadora del bronce en Tokio, quería ser madre y estar en los siguientes juegos de París. Para que le salieran las cuentas tenía que quedarse embarazada ahora, pero tras la alegría inicial de la noticia, reconoce que "sintió miedo a volverse invisible".
"Después de haber ganado la medalla, que estaba teniendo mucha visibilidad, siempre tienes miedo de volverte invisible. Fue más un miedo mental porque porque, desde que di la noticia, los medios de comunicación, mis patrocinadores y mi Federación me están apoyando al 100%", asegura.
“Las mujeres deportistas estamos preparadas para seguir entrenando y creando vida a la vez“
En este sentido Eva Moral está satisfecha porque "siempre es un momento difícil pensar en qué momento ser madre" y espera que su caso sirva para normalizar "el embarazo entre las deportistas y con el añadido de tener una discapacidad".
Además, Moral resalta que su embarazo "no es un parón". “Hay que cambiar el concepto. Yo sigo entrenando dentro de una circunstancia especial. Las mujeres deportistas estamos preparadas para seguir entrenando y creando vida a la vez. Es maravilloso”, asegura.
Anna Comet corrío hasta cuatro días antes de parir
En esta misma línea la atleta Anna Comet defiende que "estar embarazada no es estar enferma" y por ello durante su embarazo siguió corriendo y entrenando cada día.
En su caso, demostró que la actividad física es compatible con el embarazo, aunque se tuvo que enfrentar a los prejuicios de quienes creen que no es bueno hacer deporte estando embarazada.
"Es evidente que hay que adaptar el ritmo al momento que estás viviendo, pero eso no significa que tengas que estar parada durante el embarazo", comenta Comet.
“Ser madre no tiene que anularte como persona“
Ese mantenerse activa hasta el final le permitió reincorporarse enseguida a su rutina tras da a luz y a los tres meses del parto ya estaba compitiendo de nuevo.
"Al final, ser madre no tiene que anularte como persona. No porque seamos madres tenemos que dejar al lado nuestra profesión", asegura.
Y eso es lo que han hecho Ana Comet y todas estas madres deportistas que han contado su experiencia con la maternidad para RTVE.es.
Ellas han peleado por cumplir su sueño de ser madres sin tener que renunciar a su deporte. Demostrando que con sacrificio y constancia es posible llevarlo a cabo. Pero también exponen sus casos con la intención de allanar el camino a futuras generaciones.
Y es que, aunque cada vez sea más habitual ver a deportistas embarazadas, todavía queda mucho por hacer: crear un protocolo de embarazo en el deporte, regular las bajas de maternidad y la lactancia o poder conciliar la vida familiar con las competiciones son algunas de las peticiones que estas madres deportistas reclaman para poder desarrollar en igualdad su carrera sin tener que renunciar al sueño de la maternidad.